Cap 5.- Un forzado regreso

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La tarde transcurría con calma, y con ayuda de la capa, Yui podía disfrutar de la tranquila caminata, mientras ella y Panda llegaban al lugar donde se encontraban las moras.

El bosque se mostraba muy tranquilo y apacible, pero para la chica era todo lo contrario. Los aromas, la brisa, los vibrantes colores de las flores y pastizales, la motivaban a querer seguir descubriendo parte de ese mundo. Un mundo que conocía únicamente bajo la luz de la luna, cubierta por el manto de la noche,  cuando los colores de las flores son más místicos y sombríos, así como el carácter de Megumi, quien seguía su búsqueda por el bosque, en compañía de sus lobos.

—¡Rayos! ¿Dónde podrá estar? —musitó Megumi, deteniéndose bajo la copa de un frondoso árbol.

El pelinegro estaba bastante molesto por no encontrar a su hermana, al igual que se encontraba incómodo por el calor del sol, ya que los Alfa no están acostumbrados a estar mucho tiempo bajo la luz

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El pelinegro estaba bastante molesto por no encontrar a su hermana, al igual que se encontraba incómodo por el calor del sol, ya que los Alfa no están acostumbrados a estar mucho tiempo bajo la luz. Incluso, sus lobos acompañantes se echaron junto a Megumi, exhaustos por el mismo calor.

—Lo sé. Yo también estoy cansado —dijo el pelinegro, acariciando el pelaje de sus lobos—. Descansaremos un poco, y luego continuaremos, ¿está bien?

El lobo de oscuro pelaje respondió con un aullido, y sin importar la distancia, Yui pareció reconocer el sonido, provocando que ella volteara de inmediato.

—¿Lika? —susurró Yui, preocupada.

La chica buscó con su mirada entre los árboles; sin embargo, no encontró nada. 

—¿Ocurre algo, Yui? —preguntó Panda, extrañado por el comportamiento de su amiga.

Yui mantuvo sus puntiagudas orejas en alerta para comprobar si no había otro aullido, pero todo se mantuvo en calma, por lo que ella pensó que sólo fue su imaginación.

—N-nada... No es nada —respondió ella, meneando la cabeza para despabilarse.

—Bien. Entonces, sigamos.

Al caminar por unos minutos más entre un escabroso camino de piedras resbaladizas, ambos llegaron al campo de moras. Un lugar con grandes y frondosos arbustos llenos de pequeñas frutas rojizas sobresaliendo de sus ramas. El aroma era tan dulce, que sin probar las moras, la saliva se escurría de tu boca. 

Durante gran parte de la tarde, Panda y Yui estuvieron recolectando varias moras en una canasta para comer en los días siguientes, ya cuando vieron que tuvieron suficientes, los dos decidieron regresar.

—Con estas serán más que suficientes —dijo Panda, sujetando la canasta entre sus garras.

—Huelen muy apetitosas —comentó Yui, dando una ligera olfateada a la canasta.

—Puedes tomar unas y probarlas. Después de todo para eso venimos.

—Esperaré hasta llegar a la cabaña. Si no, sería capaz de acabarme un arbusto completo.

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⏰ Última actualización: Jun 12, 2022 ⏰

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La hija del Alfa / OC X Toge InumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora