Diario 5
Son las 6:13 AM. No dormí casi, lo más raro es que no tengo sueño, estaba discutiendo conmigo mismo toda la noche pues estaba seguro de que estaría con mucho sueño el día de hoy. Veo que no fue así, siento como si hubiera tomado litros de café. No puedo contener mi emoción -¡Hoy la voy a ver!-. Grité por la ventana que está en mi cuarto, por suerte no hay nadie en estas horas.
Ya me vestí pero es muy temprano para salir apenas son las 8 de la mañana y ella de seguro aún sigue dormida. ¿Por qué las horas no pasan más rápido? Esperaré hasta 12.
Son las 12 en punto, ya no aguanto más, iré.
Ya estoy aquí. Ella está cocinando, veo que su madre no esta, la voy a ayudar a preparar el almuerzo. Suele preparar en grandes cantidades pues la rodean muchos hermanos a los cuales les tengo mucha estima.
La ayudé un poco en la cocina no pasó mucho tiempo cuando de repente, tuvimos un "algo". De esos que creí y ella afirmaba "se había acabado". Yo payaseando, cómo de costumbre. Jugando con un destornillador, fui lentamente a su espalda, mientras ella cortaba vegetales para preparar el guiso. Me acerqué con cautela a su oído y le dije; -Te voy a robar-. En tono de susurro. Observé que se le erizó la piel. Ella se voltea con velocidad. En ese instante, sólo en ese instante. Sentí que todo volvía, nos miramos fijamente con gran profundidad e intensidad, nuestros labios nos pedían a gritos, aclamaban reencontrarse nuevamente. No fui valiente al intentar besarla, tal vez porque presentía que su madre entraría a la cocina en cualquier momento. Se que fui un cobarde, pero siempre me invaden preguntas en momentos así. Preguntas cómo; ¿Quiere que la besé? ¿Y si termina más enojada conmigo? ¿Y si me aparta y se enoja conmigo? Siempre intento evitar esos momentos incómodos qué para mí serían la vergüenza más grande de todas.
Estamos esperando a que la comida se termine de cocinar, mientras intento platicar con ella. Estoy tratando de llegar al tema de lo que experimentamos. Pero sin éxito, no fui capaz de mencionarlo, talvez por vergüenza. En vez de eso solo emporé las cosas, aparentemente dije algo que no le cayó muy bien. Así es, suelo hablar de más. Confirmó nuevamente que no quería volver. Afirmaba qué le gusta sentir paz, estaba cómoda porque su madre ya no la vigilaba tanto como de costumbre.
Tengo un anillo de compromiso, tengo tanta ilusión por dárselo. ¿Cómo diablos hago? Tengo este anillo desde hace más de un mes. No se lo propuse antes porque estaba esperando a terminar unos pendiente de estudios y de trabajo para garantizarle una vida feliz y estable. Talvez se lo hubiera propuesto antes, de seguro hubiera aceptado. ¡Qué no daría por una máquina del tiempo en estos momentos!
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El diario de un alma enamorada
Ficção AdolescenteNos sumergimos en la vida de Theo Rizzo. Un chico de 21 años que pasa por una serie de conflictos y situaciones emocionales que sólo serán contadas a través de escrituras en su diario y cartas dedicadas a Ella. El chico espera recuperarla, pero no...