Una mirada (Hermione Granger)

~2.22~

El día había llegado... lo inevitable estaría por pasar... algunas personas se despedían de aquellos seres queridos... entre ellos Nymphadora Tonks-Lupin y su esposo Remus Lupin, despidiéndose de aquel querido niño... Teddy, su Teddy, al cual le habían prohibido asistir a aquella guerra pero no sabían que el chico era igual de rebelde que aquellos dos.

También estaba Molly Weasley despidiéndose de tantos hijos que tuvo, ella no iba a asistir dado a su edad por lo que solo estorbaría.

Los que se despedían rogaban que no fuera un adiós o un hasta nunca, rogaban que fuera "nos vemos más tarde, cuando el mundo haya mejorado aunque no se note tanto"

—¡¿Cómo se te ocurre?! ¡Obviamente no vas!— exclamó Avery enfurecida al ver que su esposa estaba lista para partir a la guerra

—¡Me necesitarás!— debatió Hermione

—¡Estás embarazada, maldita sea!, ¡no es bueno ni para ti ni para el bebé!— reclamó Avery

—¡¿Y qué esperas que haga?! ¡¿Que me quede de brazos cruzados mientras estás en peligro de muerte?!; ¡¿Si estuvieras embarazada y McGonagall te prohibiera ir a la guerra te quedarías de brazos cruzados?!—

—¡No la metas en esto!—

—Andy— llamó Hugo— ¿por qué mamis pelean más que antes?— preguntó el pequeño

Andrew se veía dudoso sobre su respuesta, una palabra mal y habría más drama

—En una pareja, es normal que peleen, pequeño, dime algo, ¿tú peleas con Rose?— preguntó Andrew

—Sí— respondió tímidamente el niño

—¿Eso te hace quererla menos?— volvió a preguntar

"Sí" pensó el niño

—No— mintió

—¡No vas a ir y punto!— se volvió a escuchar el grito de Avery— disculpen que hayan tenido que escuchar eso— dijo una vez que notó que su hijo y medio hermano estaban afuera— nos vemos después, cariño— le dijo a su hijo mientras lo abrazaba— en caso de que... no regrese, nunca cambies, ¿sí?— pidió la chica al borde de las lágrimas

—No hables así— interrumpió Andrew

—Nos vemos— sonrió Avery antes de dejarle un beso en la frente y colocar la pulsera que tenía puesta en la muñeca del niño

Avery se dirigió hacia el cuarto de su hija mientras era seguida por Andrew

—No seas tan pesimista— pidió el chico

—No soy pesimista, soy realista—

Avery tocó suavemente la puerta y cuando Rose desde adentro le indicó que pasara, la chica entró lentamente intentando memorizar el cuarto ya que podría ser la última vez que lo viera, la última vez que viera a su hija en ese cuarto.

—Nos vemos luego, pequeña— anunció Avery

—Ya no soy pequeña, mamá— Rose rió

—Para mí siempre lo serás— sonrió Avery mientras se desabrochaba el collar que traía puesto y lo ponía alrededor del cuello de su hija— si no regreso... prométeme que cuidarás a tu hermano, pero más importante... prométeme que no cambiarás— pidió Avery

—No hables así— pidió la menor

—Promételo— volvió a pedir la mayor

—Lo prometo, pero regresarás— afirmó Rose

Avery dejó un beso en la frente de Rose, miró a Andrew y salió del cuarto para que el chico se despidiera

—Todo listo— anunció Andrew