ME, MYSELF AND I Jensoo I •Adaptación•

Capítulo 3

—¿Cuál será su nombre? —me preguntaba, ahora recién he notado su existencia y realmente me intrigaba. Era bastante atractiva como para pasar desapercibida ante mis ojos.

Giré mi cabeza para poder verla, pero una pequeña bola de papel golpeó mi cabeza, giré aún más para aniquilar con la mirada a Rosé, quién sólo me indicó moviendo sus labios un "léelo".

Tomé la bola de papel y la extendí para poder leer el contenido, "No te hará caso, jaja", reí al leerlo, tomé mi bolígrafo y escribí "¿Por qué no mejor bas comenzando con mis trabajos finales?", volví a arrugar el papel para lanzarlo hacia atrás donde se encontraba mi amiga, intentando golpearla.

La clase transcurrió aún más lenta que las anteriores, no había materia que detestara más que historia, fingía ponerle toda mi atención al maestro que no paraba de hablar.

—Chicos, la clase de hoy terminó —anunció el profesor al escuchar el sonido de la campana.

Todos inmediatamente comenzaron a guardar sus pertenecias y corrían hacia la puerta, yo esperé un poco ya que mi objetivo parecía estar escribiendo un mensaje de texto en su celular, tomo su mochila y comenzó a caminar hacia la puerta.

—¡Hola! —saludé con mi mejor sonrisa.
Vaya, de cerca es aún más atractiva. Su cabello era castaño, largo y con pequeñas ondulaciones, alborotado, perfecto. Sh mirada era profunda como una pequeña galaxia. Su piel blanca estaba estrategicamente decorada con sombras y luces como si de una obra de arte se tratase, pero lo que más llamó mi atención fueron sus labios, perfectamente definidos, un grosor excepcional, de color perfecto, con la humedad exacta para hacerlos brillar y hacerlos el doble de provocativos.

—Soy Jennie Kim —dije extendiendo mi mano hacia ella.

–¡¿Ah sí?! –dijo con un tono de emoción y dulzura. Eres una boba Rosé, pensé victoriosa sonriendo por el dulce tono que usó—. No me interesa —cambio el dulce tono por uno totalmente desinteresado.

Comenzó a caminar de nuevo con largos pasos hacia la puerta, ignorándome. ¿Pero qué carajos fue eso?, me pregunté ofendida y bastante molesta.

—Te lo dije...—canturreó Rosé cerca de mí.

—Seguro que tú le dijiste que me ignorara —le dije en tono acusatorio.

Era totalmente imposible que alguien se negara a mis encantos.

—Acéptalo Jennie, no tienes oportunidad con alguien de su tipo —soltó una carcajada pasando su brazo sobre mis hombros—. Te recomiendo que te rindas—besó mi mejilla—. Por ahí escuché que Seulgi ama las películas de comedia.
—¿Y eso qué? —pregunté mientras caminábamos hacia la puerta.

—Bueno, si serás su mejor amiga debes saber cosas sobre ella —Rosé estaba por volver a carcajearse pero con la mirada le advertí que no lo hiciera.

—Escúchame Roseanne —le dije seriamente—, ella será mía —presioné con mi dedo índice su hombro—, y se va a arrepentir de esto —dije refiriéndome a que me rechazó hace unos momentos.

—Pareces segura —hizo una sonrisa malvada, retórica y engreída.

—No parezco —dije copiando la misma sonrisa —Lo estoy.

Una de las cosas en común entre Rosé y yo, es nuestra incalculable competitividad, a veces podía ser contraproducente como en este caso.

—¿Vendrás al juego esta noche?— me preguntó Rosé mientras nos aproximábamos a la salida del edificio.

—Claro, tengo que ir a apoyar a... —me detuve en seco cuando me di cuenta de lo que estuve a punto de decir, ya no tengo a nadie a quien apoyar.

—¿A...?—preguntó conteniendo la risa.