capítulo II:

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Han se encontraba sentado en el piso aun lado de la pared sin entender y con la mano extendida sorprendido por la repetida huida de su pequeño amiguito

- ¿Por qué se habrá ido así de la nada? ¿No le gustarían los besos o el afecto? – Se preguntó el pequeño inclinando su cabecita de lado con toda la inocencia del mundo.

- ¡Han! – El pequeño volvió hacia donde había escuchado su nombre observando como su amigo corría hacia él preocupado - ¿Estas bien? – Se arrodillo en cuento llego hacia él - ¿Qué te sucedió? – Pregunto aún más exaltado al mirar como sus rodillas estaban manchadas de sangre

- ¿Hum? ¿Esto? No es nada grave Felix, estoy bien yo...

-Han Jisung, deja de decir eso, no estás bien – exclamo molesto, pero en cuanto miro a su amigo algo asustado por su conducta, solo dio un suspiro- Yo... lo siento Ji – este solo asintió con la cara mirando el suelo y Félix se acomodó dándole la espalda a su amigo – ahora sube o llegaremos tarde...otra vez – Dijo ofreciéndole a Jisung ser cargado por el gran y hermoso príncipe de la escuela

- ¡Ow! Lix, eres tan lindo – Chillo haciendo que Felix se sonrojara y se pusiera nervioso

- ¡Ya, So-Solo sube! – Han asintió y con un poco de dificultad por el dolor, se recargo hacia la espalda de su amigo, el contacto del pequeño cuerpo en la espalda de Felix se sentía cálido y más al sentir los bracitos rodear su cuello, una sonrisa de oreja a oreja se formó en su cara- ¡Vamos! –Expreso con emoción

- ¡Vamos! Tengo una gran aventura que quiero contarte – Y mientras caminaban Jisung comenzó a contar lo que hace unos minutos atrás había sucedido en el transcurso del camino hacia la escuela.

-Y después llegaste tú corriendo exageradamente hacia mí – termino de comentar Han, Lix solo rio bajito por lo último dicho por el castaño, pero ¿Cómo no preocuparse por ese pequeño?

Lo había conocido en su primer día después de llegar de intercambio de Australia, al tratar de escapar de toda la chicas y chicos que no dejaban de molestarlo y gritar lo hermoso que era, corrió tratando de desaparecer por un momento buscando un lugar tranquilo, le gustaba ser idolatrado, pero también era tedioso y cansado no poder estar a solar un momento así que solo se escabullo hasta llegar a la biblioteca de la escuela, al observar que no había nadie más que la bibliotecaria, una señora de avanzada edad, suspiro tranquilo, tomo un libro cualquiera y se sentó escondiendo su rostro en el libro por las dudas.

Silencio, solo silencio, se sentía feliz y calmado, acomunando su mano en la mesa y el libro cubriéndolo cerro los ojos, pero su paz no duro por mucho tiempo cuando un carraspeo se escucho

Félix mordió su labio inferior, maldiciendo por dentro, lo habían encontrado o eso era lo que él pensaba así que bajo con miedo el libro y observo a un pequeño castaño con lentes quien le miraba de una mera seria

- El libro

- ¿Qué?

- ¡Ash! El libro ¿Lo estas ocupando o solo lo utilizas para dormir niño bonito?

- ¿Bonito? – Las mejillas de Félix no se hicieron esperar y comenzaron a tomar un tono carmesí

El recuerdo de aquella vez volvió a su mente lo cual lo hizo sonreír aún más

- ¿Si me estas escuchando o estás de nuevo en tu mundo niño bonito? – Han pensaba que eso le molestaba a Felix y siempre que quería hacerlo enojar le decía de ese modo, ya que la primera vez que lo había conocido le había dicho de ese modo "Niño bonito" tomando un rojo en toda su cara, tal vez del coraje pensaba y más porque había dejo el libro y se marchó.

Jisung era tan inocente a veces

Lix sonrió de nuevo volviendo a tomar ese rubor y se limitó a preguntar, dejando a un lado su obvio tono rojizo que se había formado en sus mejillas agradeciendo que Han no lo viera de frente

- ¿Pero por qué siguen de insistente con ese cabeza hueca?

- ¡Felix!, MinHo no es ningún cabeza hueca, él es...es perfecto – suspiró como siempre y colocando su cabeza en la espalda de su amigo, Lix un poco irritado por lo dicho solo logro gruñir de desagrado – ¡Aja como digas! ¿y la rata esa de la que me dices, qué?

- No es una rata Lix, ese pequeño amiguito me salvo de una buena golpiza solo que...

- ¿Qué?

- Huyo – comento triste

- ¿Pero por qué huyo, si me acabas de decir que Mark lo aventó con mucha fuerza hacia la pared ¿Cómo se pudo recuperar tan pronto e irse?

- Bueno, tal vez porque...lo bese - Félix paro en seco

- ¡¿Qué hiciste qué?!

Por otro lado, el pequeño mustélido corría por el gran bosque hasta perderse entre los árboles, volteando de un lado a otro como si alguien estuviera persiguiéndolo, pero no, no había nadie, así que suspiro y de un momento a otro cerro los ojos y cuando los abrió observo de nuevo su cuerpo, sus ahora brazos, piernas y torso desnudo, recuperando su respiración, suspiro cerrando sus ojos solo para volver a su mente como el pequeño niño castaño de lindas mejillas regordetas, bellos ojos y preciosa sonrisa lo había besado, sonrió avergonzado

-Rayos, ese niño me tomo desapercibido – Sonrojado con los ojos brillosos miro hacia el suelo avergonzado aún – Pero...me gusto, sus labios– Dijo para luego pasar su lengua y morder el labio inferior – ¡Ja! Quiero más.   

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