Se había acoplado a situaciones poco afortunadas desde que sus padres pusieron a Carter Nathan en su camino, la cotidianidad se vio con el tiempo incrustada con el sabor de su sangre entre sus labios, sus ojos se cerraban ante una cachetada o empujón que la lanzaba al suelo. No obstante, así como llegó el invierno a Hills Rose, una nueva temporada se había asomado en su vida, y parecía que seria permanente. Una temporada eterna.
Ya no saboreaba la sangre, ahora podía verla, olerla y entregarla.
Su sangre ya no era derramada para complacer los retorcidos deseos de su esposo.
La sangre de Madam Giselle se había transformado en el deleite de ese desconocido hombre que habitaba en las profundidades de la mansión Nathan, en la oscuridad de un secreto que no sería comprendido para la razón humana. Ella por su propia voluntad había descendido a la penumbra para encontrarlo, no tuvo miedo de él, había expuesto sus labios ante él, y manchado tantas veces su piel del liquido carmesí para alimentarlo.
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El viento helado sacudía la copa de los árboles, ansiaba abrir las ventanas para sentir algo más, que azotara su piel, su cabello se mecía y chocaba contra su rostro, aquella sensación le recordaba que seguía con vida.
Giselle extendió su mano, estaba tan helada como la noticia que había recibido hace unas horas, su mente necesitaba procesarlo, era difícil de imaginar, la vida que había tenido los ultimas años había culminado. La muerte de Carter fue el punto final, y ese hombre cruel se había marchado con todos sus años colmados de infelicidad.
Y su muerte no fue piadosa, como Leo le había informado secamente, fue atacado por un hombre, uno igual a Isaac ¿Debía sentirse feliz? Carter fue encontrado empapado de sangre, despojado de la vida, la dignidad y el dinero que tanto guardaban los Nathan.
Giselle cerró sus ojos e inhaló el gélido viento.
—Giselle... —esa voz, suave, dulce, seductora.
Él estaba allí, en el marco de la ventana, sosteniéndose esperando que ella le diera el permiso, su cabello oscuro se removía al igual que su camisa blanca, recordó esos momentos donde sus encuentros debían ser sigilosos. Giselle alargó sus brazos, y él se deslizó como la brisa para unirse a ella en un abrazo.
—Te extrañe tanto... —susurró ella, por fin percibió la calidez de sus lágrimas.
—Él no te volverá a lastimar —le recordó acariciando la cabeza de su alma destinada—, por fin Giselle sonreirá, libre.
—Aún falta, Isaac.
—¿Falta?
Giselle apartó su cabeza del pecho de su amado Isaac, lo observó unos instantes, sus ojos perpetuaban dulzura, no obstante, habían obtenido un pequeño brillo alimentado de sus nuevas experiencias del mundo. Alzó su mano para acariciar la mejilla sonrojada del joven.
—Hay un asesino fuera, y tengo mucho que hacer ahora que soy viuda... —reflexionó.
Isaac torció sus labios comprendiendo lo que les deparaba, si bien, podían compartir su amor sin ser descubiertos, su historia aún no había finalizado. Presionó sus labios contra los de Giselle, ella no lo detuvo, separó sus labios y permitió que Isaac la llevara hacia la cama.
Por fin podían compartir una noche sin temor a ser descubiertos, y aunque los pensamientos de un futuro incierto estaban en sus mentes, el palpitar de sus corazones les permitió amortiguar el frio viento que entraba por la ventana.
Hey, muchas gracias por leer este primer capítulo, espero les haya gustado, luego de ese final triste necesitamos consuelo :'D nos estaremos leyendo, muchos apapachos a la distancia. Te amamos Isaac ❤
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ETERNA NOCHE
FanfictionLa muerte de Carter Nathan fue el final y el inicio para una nueva etapa en la vida de Giselle. Pero, mientras Isaac y Giselle son libres de disfrutar su amor las circunstancias que los rodean se transforman en llamas destructivas. Sin saberlo, se...