Cada movimiento, sonido, aroma avivaba en Giselle una atracción imposible de resistir, su apetito era insaciable en cuanto percibía la existencia de Isaac cerca de la suya. La piel pálida y suave de Isaac era atractiva con tenues manchas de sangre, lo descubrió la noche pasada mientras permitía que él la llevara a un torbellino de emociones y sensaciones.
Isaac sentía que Giselle calculaba perfectamente sus movimientos, la emoción bullía en su pecho cada vez que los profundos ojos de Giselle se posaban en él. Amaba que ella estuviera sedienta por su sangre y que respondiera con la misma intensidad cada vez que sus pieles se rozaban.
Es por la necesidad de tenerla entre sus brazos que estaba con el rostro contraído sentado en la sala donde hace meses él había aprendido sobre etiqueta.
—Deja de tener ese horrible rostro —le refunfuño Olivia quieta con las piernas y brazos cruzados.
Isaac desvió su mirada tratando de ignorar la burlesca sonrisa Olivia.
—Así es mi cara —se limitó a responder.
—No lo mires de esa manera —rio Penny posando sus dedos sobre la pierna de Olivia.
Los apresurados pasos de Colin invadieron la sala, Isaac se irguió lanzándole una mirada irritada a Penny, creía que lo habían llamado para tener una conversación sobre la convivencia con Giselle, pero al ver los ojos apenados de Colin comprendió que había confabulado para traerlo a conversar con él.
—Me voy —afirmó levantándose, sin embargo, Olivia lo atajó sosteniendo el cuello de su camisa.
—Te quedas —afirmó.
—Es bueno que hablen —carcajeó, Penny abandonando la sala junto a Olivia.
Colin acarició su cuello buscando las palabras para romper el silencio entre él e Isaac, los ojos helados del muchacho provocaron en Colin un arrebatador estremecimiento.
—Nunca me perdonaras —sentenció cerrando tristemente sus ojos.
—No tengo que perdonarte nada —siseó resguardando sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo—, me vendiste. Solo era un niño.
—Isaac, nunca quise, solo era un niño también, no sabes cuanto te he buscado —intentó explicar. Sus cejas se curvaron dolorosamente—, cada día fue una tortura.
Isaac entrecerró sus ojos y frunció sus labios analizando las palabras de Colin, de quien en el pasado amaba fervientemente como a un hermano, quería odiarlo, deseaba hacerlo, pero hace varias noches le había confesado a Giselle que se sentía confundido y ella sonriendo dulcemente le respondió que viera en su corazón.
—Déjame, por favor —pidió sintiéndose abrumado.
Colin oprimió sus labios lamentando no haber conseguido el perdón de Isaac. Se ajusto la correa de su bolso y alzó su mirada tratando de recomponerse.
—Quiero que sepas que he conseguido los ingredientes, pase muchos años intentando conseguirlo —mencionó esbozando una pequeña sonrisa—, te prometo que pronto tendrás la cura. Espero sepas lo importante que eres para mí, Isaac.
Colin se fue de la gran sala cabizbajo, la revelación del encuentro de los ingredientes para la cura lo dejo helado, se asentó juntando sus manos ¿Podría ser humano? ¿Al fin podría ver el arcoíris al lado de Giselle?
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Lo ansiaba, las horas pasaban tortuosamente lentas, según Penny solo iban a tardar un par de horas, pero la noche había llegado y Giselle aguardaba por Isaac. Contuvo su pesada respiración e intento controlar ese carnal anhelo.
Ella percibió a un grupo de personas en las afueras de su hogar, el rostro delicado de Giselle oscureció al abrir la puerta principal encontrándose con la figura del detective Holland.
—Señora Nathan —saludó inclinando sutilmente la cabeza, vio en el formal rostro de Holland una expresión de victoria—, hemos conseguido información muy interesante y estoy seguro que usted nos ha ocultado información importante.
Giselle se estremeció. No estaba lista para tratar de pensar fríamente cuando su cuerpo pedía sangre. La helada brisa del invierno se coló en la casa, estaba todo perdido.
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ETERNA NOCHE
ФанфикLa muerte de Carter Nathan fue el final y el inicio para una nueva etapa en la vida de Giselle. Pero, mientras Isaac y Giselle son libres de disfrutar su amor las circunstancias que los rodean se transforman en llamas destructivas. Sin saberlo, se...