3. Otro universo... ¿¡Otro universo!?

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Después de verificar que ninguno de los recién llegados tenía alguna herida, fueron esposados a las camillas, pues el Capitán insistió en que las celdas no eran necesarias.

—Hay algo más que debo decirles —avisó Viernes—. Los escaneos indican que ninguno es de este universo. No sé explicarles bien, pero tienen algo que los distingue. Además de que no están en ninguna base de datos.

—Esto es fantástico —murmuró Tony, a su lado estaba Banner—. Dile a Pepper que es posible que no llegue.

—No tienes que quedarte, yo puedo hacerlo —dijo Banner—. Hace tres horas que estamos aquí, los demás se fueron a dormir.

—No voy a dejarte solo con ellos. Esas esposas no los van a retener.

—¿Cómo estás tan seguro? Son las más fuertes que tenemos.

—¿Crees que alguien que resiste las balas y misiles no pueda romper esas esposas?

—Creo que lo estás pensado demasiado. Deberías dormir.

El ritmo cardíaco de los pacientes aumentó, alertando a los científicos. Observaron la pantalla en busca de la causa de ello, pero a los segundos, los corazones volvieron a la normalidad. Confundidos, no tuvieron de otra que acercarse a las camillas y examinarlos en persona. Banner iba a revisar al súper hombre, pero justo antes, este abrió los ojos.

Al no saber dónde de encontraba, y solo ver cómo un hombre desconocido se alejaba de él, Superman intentó ponerse de pie, pero las esposas solo le permitieron sentarse, haciendo un fuerte ruido.

—¿Acaso Cap no sabe poner cadenas? —bufó Tony— Las dejó muy flojas.

—¿Dónde estoy? ¿Quienes son ustedes? —exigió saber Superman. Al ver a sus compañeros en las demás camillas y en situación similar a la suya, no dudo en romper las esposas y ponerse de pie— ¿Qué nos hicieron?

La siguiente en despertar fue Diana. Ver sus muñecas esposadas no le agradó nada, por lo que usando su fuerza rompió las esposas y se puso de pie.

Superman usó su velocidad para pasar por todas las camillas, y usando su visión de calor destruir las esposas. Casi de inmediato sus compañeros despertaron, algunos tardaron más en ponerse de pie que otros, pues sus mentes estaban débiles.

—No hay porque alarmarse —habló Tony—. Intenten recordar cómo llegaron aquí.

—¿Quiere que avise a los demás? —preguntó Viernes.

—Si —se apresuró a responder Banner—. Nos vendría bien su ayuda.

—¿Dónde estamos? —volvió a preguntar Superman.

—Ella nos mandó aquí —avisó John, con su usual tono calmado—. No recuerdo mucho, pero creo que ellos nos ayudaron.

—¿Estás bien? —preguntó Diana, pues su amigo no se había puesto de pie.

—Si... Todo el rato estuve intentando romper el control mental. Puse mucha energía.

—Ustedes nos atacaron —intervino Tony—. No hablaban, y sus ojos estaban grises.

Wanda, Visión y Steve entraron a la habitación. Diana reconoció a la mujer que le había ayudado a liberarse, y supuso que los que tenían frente a ellos no eran malas personas.

—Vienen de otro universo —habló Banner, sorprendiendo un poco a los recién llegados—. ¿Qué o quién los mandó aquí?

—No sabemos —dijo Superman—. Puede que estemos tan confundidos como ustedes.

Un silencio algo incómodo invadió la sala. La liga de la justicia no sabía si confiar en los que tenían frente a ellos. Algunos tenían pequeños recuerdos de estar peleando contra alguien, lo que si recordaban era a la mujer que les ayudó a volver en sí.

Choque de mundos [Marvel×DC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora