1. Así empeza esto

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A y B estaban aburridos, por lo que decidieron salir a jugar.

—¡Hiciste trampa! —chilló A. Una chica de cabellos morados que le llegaban poco más arriba de los hombros— ¡De nuevo!

—No-o —rio B. Un chico de cabello negro azulado. Ambos bestia ropas oscuras, pues se habían preparado para salir a jugar.

—No se valía usar poderes —A cruzó los brazos.

—Nunca dijiste eso —A iba a reclamar, pero se dio cuenta de que su hermano estaba en lo cierto—. Bueno, iré a por mi equipo. Suerte con los tuyos —Y sin más, B desapareció.

A suspiró y también desapareció.

–ᨖ–ᨖ–ᨖ–

Una alerta estaba sonando en la computadora. La pantalla se había puesto roja y no parecía tener fin.

—Señor, ¿puedo saber que está pasando? —preguntó un hombre algo mayor, su voz y forma de vestir le hacían resaltar lo elegante.

—No lo sé, Alfred. No recuerdo haber puesto esta alarma —respondió un hombre con un disfraz oscuro, con capa y una máscara que no traía puesta—. Hay coordenadas, pero es un lugar al que no he ido mucho.

—¿Alertará a los demás?

—Iré solo —Se puso su máscara.

—¿No piensa apagar la alarma?

—Yo no puse esa alarma. Alguien quiere que vaya. Ya se apagará.

El mayor suspiró mientras veía como el enmascarado subía a un coche lujoso y equipado color negro.

Las coordenadas eran de un lugar a las afueras de la ciudad, una escuela abandonada hace años. Él solo había pasado por ahí un par de veces, pero nunca se había quedado más tiempo.

En el lugar solo estaba el edificio que alguna vez fue llamado escuela. Las paredes tenían grafitis y en el lugar donde debería estar la puerta, solo había una tela que decía «Bienvenidos»

No había luz. El primer piso estaba vacío, a excepción de una alarma silenciosa que no se le hizo difícil desactivar.

Al llegar al segundo piso y entrar en la primera habitación, se encontró con un hombre con una S en su pecho.

—Tambien recibiste una alerta —más que pregunta, era afirmación, pero el hombre de colores oscuros no respondió—. Tan comunicativo como siempre —sonrió.

—¿Hay alguien además de nosotros?

—No que haya visto. Acabo de llegar y algunas habitaciones están cubiertas con plomo. Quien quiera que mandara la alerta sabía que no la dejaríamos pasar.

—Guíame —El hombre de la S, llamado Superman, guió al hombre de negro, Batman.

Solo tuvieron que ir a la habitación de a lado. Superman fue el primero en entrar, estaba dispuesto a recibir cualquier ataque, pues sabría que no le harían daño. Pero no contaba con que una pequeña flecha con punta color verde brillante se clavara en su pecho.

Batman se apresuró a sostener a su compañero y colocarlo en el suelo. La habitación estaba vacía. Tomó la flecha y la sacó del pecho de Superman.

Choque de mundos [Marvel×DC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora