Mierd* y más mierd*, decir que podía chocar era lo de menos, literalmente había salido de mi oficina completamente preocupado al escuchar que mi Alfa se encontraba adolorido y lo peor, es que se negó a decir exactamente que tenía.
La llamada había ocurrido en medio de una reunión con los nuevos inversionistas. Desde luego mi secretaria se encargó de tomarla, entrando algo desesperada después de tocar y asegurarse de no irrumpir, y en cuanto entró me explico que el Joven Jeon no se encontraba bien y que había llamado por mi ayuda. Al principio me quede procesando la información, recordando de por medio que debía cerrar el trato con los inversionistas, pero, al mismo tiempo sabía que nada era más importante que mi pareja, así que decidido me levante, mire a mi representante y me disculpe con todos, pidiéndoles que continuaran, pues sabía que la persona a mi lado conocía cada parte del proyecto y si los hombres y mujeres de negocio estaban dispuestos a llegar al final, el contrato se les sería entregado y más tarde yo mismo me encargaría de agregar mi firma junto con la de ellos, y así salí casi corriendo, tratando de marcar a mi novio al menos unas 10 veces sin resultado algunos por parte de él.
El camino a casa fue peligroso, casi me sentí en esas películas de acción y no sé si por gloria de Dios nadie salió herido y lo mejor, no fui detenido, porque de ser así, ni loco hubiera esperado a que me fraccionaran o algo por el estilo.
Al estacionar frente mi hogar, mis manos temblaron verificando que traía mis llaves y todo empeoró cuando en varios intentos mi cuerpo se movió como la vieja lavadora de mis padres. Cuando finalmente entre, el aroma de mi Lobito parecía expandirse por toda la sala, siendo lo suficientemente fuerte para que mis fosas nasales captaran el olor.
-Oh...
El celo, definitivamente era el celo de mi Alfa, después de tantos años juntos, reconocer ciertos puntos claves ya no era tan complicado, beneficiándome en que siempre podía anticiparme y comprar sus supresores, pero, al parecer en la mañana había estado algo distraído sin darme cuenta y no presté atención a esos puntos clave, aparte las fechas parecían haberse adelantado un poco.
-¡Kook!
Llame ligeramente, en busca de tantear el terreno.
Por lo general Jungkookie solía ponerse algo agresivo y territorial en sus celos, siempre me gruñía hasta que me reconocía y saltaba a tomarme, no me dejaba atender mucho el teléfono y menos abrir la puerta o recibir personas, en sus pequeños momentos lúcidos se disculpaba, alegando que su animal interno era demasiado molesto, yo solo me reía y le daba un beso.
-Jungkookie, Minnie está en casa -Los pasos que se escucharon fueron rápidos, hasta que los vi bajar saltando las escaleras de dos en dos, al principio me miro, olfateándome- Hola...
Su ceño se frunció, soltando un gruñido.
-Hueles a Omega... -regaño- y no me gusta para nada.
Sonreí apenado, recordado ese lado posesivo que olvidaba y tomaba solo lo que le importaba.
-Si... yo... lo siento -junte mis manos sobre mi estómago, ladeando mi cuello en espera de el- tuve una reunión y desde temprano me encargué de checar que cada detalle estuviera en perfectas condiciones junto a mi representante y mi secretaria.
Sus manos jalaron de mi cintura, enterrando su rostro contra mi cuello y por unos instantes sus dientes rozaron nuestra unión, si se podía decir así.
-Vamos a la cama, ¿si? -Sus orejitas se levantaron, demostrándome que toda su atención se encontraba en mi- No, no, me refiero a que descansarás, te haré un té y esperaremos...
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¡Lobito en celo! Kookmin +18
Fanfiction¿Qué puedes hacer cuando tu lindo novio que además es un cambia formas de lobo entra en celo?... bueno... dejarte llevar sería la mejor opción, ¿no?. -Kookmin -Jk (Alfa) -JM (Humano)