-TWO-

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Los días se arrastraban interminables, la primera semana sin su presencia había sido una agonía. Necesitaba la esencia del otro para sentirse completo; la luna parecía enfurecida, su lobo estaba agitado y triste.

Su mente racional luchaba contra el impulso de ceder. No tenía sentido seguir aferrado a algo que ya no le daba valor, era suficiente. Era gracioso ver, como una vez que decidió dejar atrás su amor y sus fantasías, parecieron surgir mil corazones más dispuestos a conquistarlo. ¿Y si el pequeño omega les diera una oportunidad? Después de todo, Jungkook no era el único chico atractivo en el mundo.

- Minmin, necesitas alimentarte - le insistió su amigo, visiblemente preocupado - No puedes fingir conmigo, sé cuando algo no está bien contigo, incluso cuando dejas de comer.

Jimin realmente se sentía reconfortado por el cuidado genuino de quienes verdaderamente lo querian, haciendolo sentir como un pequeño lobito mimado. 

En especial su mejor amigo Seokjin, quien desde siempre habia sido atento y protector con él. Su naturaleza alfa le confería una calidez y una preocupación innatas, y ahora era conocedor de sus sentimientos.

-No tienes de que preocuparte Jinnie, ahora todo estará bien. Solo tengo que esperar un poco más. Mi lobito tendrá que acostumbrarse a vivir sin él - el omega era un maestro en ocultar sus debilidades, siempre manteniendo una fachada alegre y radiante frente a los demás.

El alfa lo rodeó con un abrazo reconfortante desde atrás mientras caminaban juntos hacia el aula de clases que compartian - Tu aroma a fresas y vainilla ha disminuido, solo se desvanece cuando no estás bien- comentó con preocupación - No puedes engañarme. En la salida, te llevaré a alguna cafeteria bonita y podrás elegir el postre que quieras.

Las miradas curiosas sobre ambos no pasaron desapercibidas; podía sentir cómo lo fotografiaban furtivamente, seguramente para publicar las imágenes en algún sitio anónimo en línea e impartir rumores falsos con el objetivo de llegar a oidos de una sola persona. Pero ya no le importaba. Tenía a alguien que lo valoraba, y eso era suficiente.

 -¡Ouch! -exclamó Jimin al recibir un leve golpe en la cabeza. El alfa que lo abrazaba se separó rápidamente, emitiendo gruñidos, para buscar al culpable entre los presentes de su entrono.

- ¿Una bola de papel? ¡¿Que idiota trata de hacerle daño a mi Minmin?! - gritó Seo Soo Jin, quien había aparecido junto a ellos de repente casi corriendo. Era otra alfa de fuerte presencia y aspecto encantador, amiga cercana del rubio. - ¡Hablen ahora mismo si no quieren tener problemas conmigo! - Era entretenido verla enfadada, ya que usualmente era reservada con sus emociones

La multitud estaba desconcertada, algunos omegas incluso temblaban de miedo debido a las feromonas de enojo que desprendían ambos alfas mientras buscaban al culpable. Sin embargo, nadie era capaz de señalarlo ni decir una palabra.

- No pasa nada, no me dolió, solo me tomó por sorpresa. Quizás fue lanzada por accidente - intervino Jimin, tratando de apaciguar la situación y evitar que el aroma se extendiera más. A regañadientes, tanto la chica como su amigo fueron persuadidos por el pequeño omega y decidieron dejar pasar el incidente.

- La próxima vez, presta más atención, Seokjin. Podría ser solo un papel ahora, pero la siguiente podría ser algo más peligroso - advirtió la chica con seriedad

El aludido solo rodó los ojos - Siempre tan dramática, pero está bien, lo acepto. Esta vez fue mi culpa por no reaccionar más rápido. Lo siento, Minmin - se disculpó el chico, dejando caer su cabeza de forma tierna en el hombro del omega.

Jimin solo sonrió, agradeciendo los pequeños momentos de alegría que tenia al estar rodeado de sus amigos. Disfrutaba de sus conversaciones sin sentido y de las bromas tontas que ambos alfan solian hacer para hacerlo reir a él. Sus intenciones eran completamente dulces.

Sin embargo, en esos días, sus propios pensamientos solían empañar su ánimo, dejándolo desanimado y sin motivación. Sentía la necesidad de liberarse, y prefería hacerlo en soledad.

En el cambio de clases, una vez más, se encaminó hacia el mismo lugar de siempre, el refugio donde nadie en la escuela podría encontrarlo, un espacio donde podía permitirse sentirse mal sin tener que dar explicaciones a nadie.

Al llegar a la pequeña zona de la azotea, encontró nuevamente regalos en su lugar habitual. Esta vez había un pequeño tupper en forma de frutilla con Japchae dentro, un paquete rosa que contenia un cupcake de chocolate y un termo con leche de fresa helada. Junto a los regalos, una vez más, estaba la notita en forma de corazón: 

~Eres realmente valioso para mí. Cuídate por tu propio bien, no solo por estar en paz con los demás ~

El omega sonrió, una sonrisa genuina luego de mucho tiempo floreciendo en su rostro. Después de todo, aún podía encontrar razones para sonreír sinceramente.

Necio y Terco - KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora