-THREE-

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Casi caigo de nuevo en ese laberinto de amor. Debo tomar una decisión pronto, sin importar lo que piensen los demás. Estoy agotado de esta situación. Por más que busco respuestas, siempre regreso al mismo punto.

He dejado de perseguirte. Diosa luna, ya he pedido perdón, aleja esta oscuridad. Estoy cansado de estas mentiras tediosas, no quiero seguir destruyéndonos. No fui yo quien tomó esta decisión inicialmente. Ahora solo confío en mí mismo.

¿Qué haces frente a mí ahora que he decidido romper nuestros lazos? ¿Por qué vuelves a entrometerte en mis asuntos? Después de un doloroso mes sin discusiones internas con mi lobo, apareces de nuevo, echando por tierra todo el esfuerzo que he hecho para superar esto.

- ¿Es cierto? - Exigia saber. Sus ojos reflejaban tristeza, aunque quizás solo era su mente jugándole una mala pasada. - ¿De verdad hoy te emparejas con ese alfa? -

- No quiero hacerte quedar como un tonto, pero eres la última persona a la que debería importarle.

Un gruñido escapó de él inconsientemente. - Solo dime, por favor - Era más una súplica que una simple petición.

- No le des tantas vueltas a la situación, ya sabes la respuesta que buscas - No sabía de dónde había sacado tanto valor, pero el omega estaba decidido a tomar el control de la conversación - Esta noche, en el festival de la luna llena, la diosa luna nos bendecirá. Confío plenamente en él y nunca soltaré su mano. Espero que eso sea suficiente para que entiendas tu lugar -

El alfa quedó en silencio, aturdido por las contundentes palabras de Jimin.

"Deja de pensarlo tanto, idiota." gritó internamente su lobo al alfa.

¿Pero que creen? El tiempo transcurrió y la hora del encuentro amoroso más se aproximó.

El alfa se encontraba en su habitación, casi apunto de llorar. Su cabeza dolía demasiado y su pecho pesaba con una opresión abrumadora. Sentía como si el mundo se desmoronara a su alrededor. El mero pensamiento de perder por completo a Jimin, su omega, quien estaba a punto de formar un lazo con otro alfa, desencadenó un torbellino de emociones. Su lobo interno aullaba de angustia y desesperación, incapaz de aceptar la idea de separarse de su pareja. Un casi ataque de ansiedad se apoderó de él, envolviéndolo en una espiral de tristeza y desesperanza.

En ese momento, la única persona capaz de hacerlo recapacitar apareció. Namjoon, su hermano mayor, irrumpió en la habitación con tal fuerza que casi derribó la puerta. - ¡¿Qué estás haciendo aún aquí? ¡Deberías estar corriendo YA si quieres detener esa unión! Todo esto es tu culpa y tú mismo debes arreglarlo. No lo sueltes, mantente unido a él en todo momento y no pienses tanto en lo que pasara en el futuro - exclamó con voz firme, sacando a Jungkook de su estado de desesperación con determinación en sus palabras.

Era cierto, todo había sido culpa suya, pero no permitiría cometer el mismo error dos veces. - Gracias, Nam - fueron sus últimas palabras antes de transformarse en su forma lobuna y salir corriendo a través del bosque hacia el lugar donde se celebraba el hermoso festival de unión para muchas parejas. Esperaba que no fuera demasiado tarde. Realmente esperaba que aún hubiera tiempo. 

Al llegar al festival, se encontró con una multitud de personas ansiosas, algunas en parejas esperando su turno, mientras que otros simplemente disfrutaban de la celebración entre familiares y amigos. Casi todo el pueblo se encontraba en el evento, había quienes lucían trajes festivos de seda, mientras que otros permanecían en su forma lobuna. A pesar de tantas personas, Jungkook luchaba por encontrar a su Jimin entre la muchedumbre, teniendo que confiar en su agudo sentido del olfato para localizarlo.

Detuvo sus pasos un instante, permitiéndose sumergirse más profundamente en la fragancia de fresas y vainilla. Una vez capturada, su corazón comenzó a latir desbocado. La sola idea de una unión inaceptable lo abrumaba. En el centro del bullicioso bosque, el epicentro de la celebración, destacaba la figura que tanto buscaba: el chico de ojos celestes y cabello rubio, envuelto en la luz de la festividad y tomado de la mano por otro alfa.

Su atuendo blanco lo hacía resplandecer.

Su lobo, agotado por la tensión, lanzó un aullido penetrante que atrajo todas las miradas hacia él. El llanto que brotó fue tan melancólico que incluso los omegas a su alrededor sintieron emoción en sus ojos. Habían presenciado el llamado desesperado de un alfa hacia su omega, un acto que solo podía provenir del alma de alguien que sufría profundamente por el amor de su pareja destinada.

El omega a quien llamaba liberó las manos que no le pertenecían y, antes de girarse, le regaló una sonrisa al chico, recibiendo otra a cambio.

Sus ojos cristalinos buscaron rápidamente al causante de sus emociones conflictivas y deseos más profundos. Finalmente, la pareja logró establecer contacto visual, ambos encontrando el brillo de su propia alma reflejada en los ojos del otro. El lobo negro se transformó, cubriéndose con una bata blanca para preservar su modestia. Necesitaba llegar cuanto antes para tomar a su omega en brazos. 

Como si estuvieran danzando en un sueño, ambos chicos corrieron hacia el otro con corazones palpitantes, anhelando el encuentro que sellaría su destino. Al abrazarse, se sintieron envueltos en un aura de amor y luz, mientras la luna, testigo silente de su amor, derramaba su brillo más intenso sobre ellos. La diosa misma estaba bendiciendo su unión con un resplandor celestial, prometiendo una conexión eterna e indestructible entre sus almas ya entrelazadas.

El amor es inconfundible, más que un estricto patrón es un estilo de vida saludable. Para amar no se necesita demasiado, solamente lo suficiente de ambas partes, no lo pienses demasiado.

Se la combinación del frío invierno con la cálida primavera. Solamente intentalo cuando estés preparado. Si empujas demasiado te caerás, pero puede ser que alguien siempre este dispuesto a levantarte. "El amor es jodidamente tedioso pero tu eres alguien asombroso"

Acá es donde ocurren las uniones celestiales de dos lobos destinados

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Acá es donde ocurren las uniones celestiales de dos lobos destinados

Necio y Terco - KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora