La noche había caído. O eso era lo que aquella suave tela sobre su rostro le obligaba a pensar. Esa negrura en el ambiente, una oscuridad que la había consumido desde hace ya algún tiempo, le gustaba pensar que solo se trataba de la noche, imaginando como la luz de las estrellas la iluminaba tenuemente, pues pensar en la calidez del sol, para entonces, solo era un deseo maravilloso y distante; ya no era capaz siquiera de recordar como aquello se sentía.
El frío le calaba los huesos, al mismo tiempo que una pesadez habitual consumía su cuerpo, cualquier intento por moverse era simplemente inútil. Sus músculos estaban entumecidos. Odiaba pensar en el tiempo que había pasado. Una semana, un mes...un año.
Era relativo, un conteo innecesario.
El tiempo era algo que solo podía calcular, aquel quien era libre para disfrutarlo. Ella, no lo era.
Su cuerpo tembló entonces, y sintió un escalofrío inusual en la punta de sus dedos. Como si aquello hubiera querido recordarle, que estaba viva, que aún, estaba con vida.
Se lamento, y en consecuencia su corazón dolió. No había calidez, pero efectivamente aún seguía allí. En la oscura profundidad del mar, con aquellas cadenas aprisionando sus manos. Y en compañía únicamente de esas despiadadas bestias marinas.
El nivel 7 de Impel Down.
Un nivel extraño y desconocido.
La prisión acuática. Hogar, de una única reclusa, puesto que dicho nivel había sido creado especialmente para ella.
Sus ropas se mecían al compás de las mareas oceánicas, en tanto su respiración era garantizada simplemente por aquella burbuja que rodeaba su cabeza; burbuja cortesía de Sabaody.
Se hallaba arrodillada en una plataforma de concreto, con grilletes de roca de mar sujetando tanto sus manos como sus pies. Una venda negra y gastada cubría sus ojos, una seguridad tan meticulosamente creada...para contener a un terrible monstruo.
Aquella bestia, a la que incluso los reyes del mar evitaban.
Originalmente había sido atrapada allí, con el propósito de que aquellos enormes monstruos la destrozaran silenciosamente, el gobierno mundial había querido mantener en absoluto secreto la existencia misma de aquella mujer, al mismo tiempo que buscaban que obtuviera un final horrible, final que realmente nunca se atrevieron a darle.
El porqué de aquello era un misterio incluso para ella. Un secreto...pero cierto es, que hay algunos secretos que por más que intenten ocultarse, no podrán contenerse.
Era un sueño arrogante intentar bloquear el sol con un dedo. Todo había sido inútil, y debido a que no podían matarla, o no se animaron a ello, decidieron encerrarla para siempre.
Solo más tarde, supieron que había sido un grave error.
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Año xxx
4 horas para la ejecución de Portgas D Ace.
Impel Dow tembló aquel día, los estallidos habían sido audibles incluso para ella, tanto así que hasta los reyes del mar no se sentían en las proximidades de su espacio.
El estruendo quebró por completo el océano y los cañonazos no tardaron en perforar la profundidad de aquel sereno mar.
Tenso entonces sus muñecas, los pensamientos no tardaron en agolparse en su cabeza. ¿Qué rayos estaba sucediendo allí?
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One Piece: Archivo Eliminado
Fanfic"La voluntad heredada. El cambio de las eras y los sueños de la gente. Estas cosas nunca podrán detenerse. En tanto la gente siga buscando el significado de la libertad, estas cosas nunca dejaran de existir." - Rey de los piratas, Gol D. Roger Al no...