One Piece: Archivo Eliminado

#3

Lentamente la fuerza se iba desvaneciendo de su cuerpo. El revestimiento en su barco pareció desaparecer violentamente en el mismo instante que la fuerte corriente oceánica lo atravesó.
Sonrió entonces con cansancio, quizá había sido demasiado arrogante cuando deseo recorrer el mundo por su cuenta. Había puesto la mirada demasiado alto y no pudo evitar recriminárselo en ese momento.

"— Yo...realmente quiero saber que significa ser libre — recordó aquella confesión que hacía un año atrás en la que se enfrentó, con cierta timidez, a aquel imponente grupo— deseo buscar una respuesta por mi cuenta. Por esa razón pienso que mi recorrido con ustedes debería terminar aquí. Se que aún tienen cosas que hacer, entiendo que irán a buscar a Teach, pero no siento que sea mi deber estar a su lado. — trago seco y se inclinó ligeramente pegando los brazos a su cuerpo, su voz temblaba, pero en contraste parecía firme, apretó con fuerza sus puños y elevo el tono de voz— Estoy muy agradecida de lo que hicieron por mi durante todo este tiempo, tanto ahora como en el pasado, sé que estoy pagando su buena voluntad con ingratitud... Pero...ya no quiero más guerras. Lo siento...lo siento mucho...por favor entiéndanme"


"Lo siento"


Cerro sus ojos cuando permitió que la oscuridad la consumiera nuevamente, esa pequeña pero triste sonrisa se mantuvo en sus labios, la presión del agua hizo mella en su cuerpo. El oxígeno se escapaba lentamente de sus pulmones al tiempo que perdía la consciencia, lo había aceptado, se hundiría hasta lo profundo de aquel mar sin haber podido cumplir aquella única ambición que realmente se permitió tener. Su anheló de libertad.

Un torrente submarino la arrastro a continuación y algunos estallidos lograron oírse en algún punto a la distancia. Quizá se debían a delirios al enfrentarse a su propia muerte. No se imaginó que perecer se sentiría tan solitario, sin recuerdos, sin compañía.
No obstante en algún momento una extraña calidez pareció recorrerla, el peso en su cuerpo lentamente comenzó a disiparse a la vez que algo la rodeaba y sujetaba con fuerza, ¿Así se sentía partir? Abrió vagamente sus ojos. ¿Ya había terminado? No podía verlo, no podía distinguirlo en aquella oscuridad...no estaba realmente segura.
Fue entonces cuando, junto a esa calidez que la había invadido repentinamente, un aroma inusual se adentró en sus fosas nasales, sudor y sake, con algunos rastrojos de tabaco, su cuerpo choco contra algo más firme, pero para entonces su poca y forzada conciencia se desvaneció por completo.

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La imagen a continuación fue sorprendente para más de uno. Aquel gigante que apareció de repente, un mítico Monje marino, fue golpeado por un enorme tentáculo, pronto todos se agolparon a uno de los laterales del barco.

— ¡Hey! ¡Es suficiente! ¡Detente! — Bastaron solo aquellas palabras para que la arremetida del kraken fuera detenida en un instante. Los gritos emocionados no se hicieron esperar.

— ¡Luffy! ¡Zoro! ¡Sanji!

— ¡Están vivos!

Las exclamaciones no tardaron en inundar el ambiente que se animó ante la risa de su capitán, y la clara sorpresa que género que aquellos tres, quienes ahora compartían burbuja, se hallarán acompañados de ese enorme monstruo de las profundidades, que tan solo momentos antes los había atacado.

— ¡Chicos los estábamos buscando!

— Perdiéndose de esa forma...tch...saben cuántos probl...—ussop se detuvo repentinamente, quizá debido a su aguda visión noto algo inusual en aquella burbuja donde estaban sus tres compañeros, se encontraban más apretados de lo esperado— Oe...¿qué es eso de allí? —se preguntó. En la medida que aquel trio se aproximaba al barco el de coloco aquellas lentillas para observar con detenimiento.

— Una... ¿una mujer? —pregunto quizá anonadado aquel pequeño reno, en cuanto sus compañeros ingresaron al barco.

Los ojos de los demás se habían clavado ahora en el semblante serio del hombre de cabello verde. En los brazos del mismo descansaba una pequeña chica de melena negra.
Su cuerpo estaba evidentemente húmedo a tal punto que aun algunas gotas de agua caían al suelo, su cabello estaba revuelto y sus ojos permanecían cerrados.
El rubio de las cejas arremolinadas se notaba algo serio en ese momento.

— La señorita estaba ahogándose en el agua, el ataque del kraken debió destrozar su barco —articulo Sanji en la medida que buscaba encender su cigarrillo, observo al marimo con molestia. ¿Por qué no había podido sujetar a aquella lady el mismo?.

— No puedo creer que realmente domaran a ese monstruo —comento Nami en tanto observaban como el espadachín acostaba con cuidado a la muchacha en el suelo. Chopper se acercó rápidamente a ella para poder revisarla. Había tragado demasiada agua.

Sin embargo aquella tranquilidad momentánea no pareció durar mucho más, desde las profundidades un fuerte estruendo tuvo lugar. El volcán submarino había comenzado a entrar en erupción.

— Esto... ¡esto es malo!