Capítulo -03-

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Con frustración caminó de un lado a otro, dando vueltas por toda su habitación, con los nervios a flor de piel intentando pensar con claridad, Amelia intentó calmarse y recuperar la cordura.

Sin embargo no pudo, su rival, Penélope, quién últimamente se había encontrado entrando y saliendo de la Oficina de su prometido. Por alguna extraña razón, cada que ambos se encontraban, Athanasio traía impregnado en él aquél intenso y concentrado aroma olor a margaritas qué esa víbora usaba, el perfume de Amelia olía a frambuesas y estaba casi segura de que para que el perfume se quedara en Athanasio por horas debían haber mantenido un contacto demasiado cercano.

Por otro lado había surgido un descuido, Penélope acababa de pedir una colección completa de vestidos, retrasando finalmente el pedido de su vestido de bodas en la boutique de gran renombre del Imperio.

Claramente ella podría pedir primero la finalización del vestido si traía la órden del emperador, pero él mismo Athanasio permitió el retraso del vestido con la excusa de que una emperador sabio debe ser paciente.

Amelia lo conocía de pies a cabeza y ella sabía que Athanasio nunca era paciente y jamás perdonaría que retrasen sus planes y más su boda.

Pero con el poco afecta que sentía hacía Amelia era de esperarse.

La obvia molestia impregnada en el rostro de Amelia era más que evidente, es decir ¿quién no se enojaría por ello? La reciente noticia de una tercera interfiriendo en sus planes de casarse con el hombre que ama, nada podía provocarle más indignación que aquella, más aún porque su propio prometido estaba de lado de aquella víl mujer.

Apretó los puños con rabia, clavando así sus propias uñas en la tersa piel de sus pequeñas manos, mordió sus labios con angustia manteniendo el ceño fruncido.

Cinco días habían pasado y en esos cinco días Penélope seguía apareciendo frente a ella con mucha frecuencia, lo único que era cierto para Amelia, era qué Penélope tenía una muy probable aventura con Athanasio.

Más que estar enojada con Penélope, ella sentía resentimiento en contra de Athanasio y había optado por evitarlo un par de días sin explicación alguna.

Claramente a Athanasio ésto se le hizo tranquilo, fue cómo recibir vacaciones luego de tanto trabajo pesado.

Amelia se había encerrado en su habitación buscando respuestas en sí misma, pensando en cómo arreglar la situación cómo una adulta madura, por alguna extraña razón había pensado en acelerar la boda de Penélope y Claude.

¿Claude amaba a Penélope, verdad?, si eso era así, tal vez todo tenía arreglo y podría por fin alejar a aquella serpiente de su hombre.

Se puso de pie rápidamente y fue en busca de él, Claude era su única salvación ahora y tal vez podría convencerlo, a lo mejor la idea de apresurar la boda a él le agradaría, debía ser positiva.

Nada podía fallar ahora.

O eso pensó, Claude la recibió con generosidad y de forma tranquila escuchó lo que Amelia tenía que decir, ambos estaban tomando té tranquilamente en el jardín

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O eso pensó, Claude la recibió con generosidad y de forma tranquila escuchó lo que Amelia tenía que decir, ambos estaban tomando té tranquilamente en el jardín.

Luego de crear un ambiente cómodo, Amelia por fin le dijo lo que quería a Claude.

—Su Alteza, por favor acelere su boda con lady Penélope. —Sus manos se apretaron ante las pupilas dilatadas por la sorpresa frente a ellas.

Sus facciones se oscurecieron de un momento a otro.

Intentó mantener su imágen serena frente a su querida Amelia, a pesar de ello se le era difícil mantener la calma, se estaba poniendo ansioso.

—¿A qué se debe su repentina petición princesa heredera? —Con curiosidad fingida la observó, él lo supo de inmediato, desde el momento en qué lo dijo, él dedujo a qué se debía esa petición.

Amelia tomó aire de forma nerviosa, tenía miedo de qué Claude no aceptara hacerlo, si no aceptaba las cosas se iban a complicar aún más.

—Yo... seré honesta, quiero mantener a la señorita Penélope lo más lejos posible de su Majestad Athanasio, la cercanía creará rumores y eso perjudicaría mi relación con su majestad, no quiero provocar inconvenientes. —Sin bacilar dijo todo lo que tenía que decir, jugó con sus dedos con nerviosismo, sus piernas temblaron y Claude era muy consciente del temor de Amelia de qué él no aceptara hacerlo.

Claude soltó un suspiro, estaba exhausto por la situación, es cierto qué él no quería y no permitiría su boda con Penélope  bajo ninguna circunstancia y menos si eso traería cómo consecuencia el matrimonio de su hermano y Amelia, jamás lo permitiría.

—Podría hacerlo pero ésto no es algo que su majestad vaya a permitir, creo que sabes qué mi hermano guarda cierto afecto hacía Penélope y no es algo que él vaya a permitir. —Un punto muy importante él cuál iba en contra de su plan, es cierto, Athanasio jamás permitiría aquello.

Penélope era la mujer amada del emperador ¿por qué la dejaría casarse con su patético y débil hermano menor?

Amelia entró en razón, mordió su labio inferior con frustración, la tristeza pintaba su rostro y jugó con su cabello intentando recuperar la calma.

—Lo comprendo, lamento haberle molestado con mi presencia, ahora me retiro, nos vemos luego su alteza Claude. —Se puso de pie dispuesta a irse, pero ante de dar un paso hacía la entrada al Palacio nuevamente, Claude la detuvo tomándola por la muñeca.

—Hay una forma!, una forma de hacer qué ambos se separen, la tengo, así qué por favor escuche lo que tengo que decir, prometo que le gustará.

Ella se dio la vuelta con curiosidad, expectante ante lo que él iba a decir.

Claude sonrió con malicia, una pequeña carcajada salió de sus labios, con rapidez la atrajo hacía él mientras la tomaba de la cintura, con las narices de ambos tocándose, él finalmente habló.

—Finjamos ser amantes.

" My Dear Amelia ꣻ𝆬𝆤 ━━WMMAPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora