" My Dear Amelia ꣻ𝆬𝆤 ━━WMMAP

Capítulo -04-

Una pequeña mujer de baja estatura y cabellos rosados estaba perpleja ante la propuesta de Claude.

Sus labios temblaron e inmediatamente se alejó de él con una creciente incomodidad la cuál empezaba a llenar su cabeza.

—Y-yo... Su Alteza le pido que deje de bromear, si lo que usted propone es en serio me niego rotundamente, sabe que si los rumores de una aventura entre usted y yo se esparcen entre las personas, su Majestad es capaz de degollarnos a ambos por traición al emperador y adulterio. —Ella dio un paso atrás mientras el rubio la observó con fingido arrepentimiento.

—Tiene razón, es una idea infantil, puede retirarse, lamento hacerle perder el tiempo princesa heredera, no volverá a suceder, un placer. —Avergonzado se retiró rápidamente del jardín entrando a su palacio.

Amelia ni siquiera pudo fórmular palabra alguna debido a lo repentino que fue aquello.

Suspiró con frustración, su plan había fallado y para rematar, Claude casi la arrastra a la hoguera.

Con resignación volvió a su habitación, si él no iba a adelantar su boda con Penélope, lo único que podía hacer Amelia era observar cómo le arrebataban a su prometido con descaro.

Amelia debía hacer algo al respecto, la idea de ser amante de Claude no era del todo mala, sin embargo, si se humillaba de tal forma a Athanasio, él podría cortarles la cabeza.

No le quedaba más que esperar a que un milagro ocurriera y Claude se casara con Penélope.

Aunque, sólo faltaban 3 meses para su boda ¿que podía pasar?, era cuestión de ser paciente.

Amelia finalmente se retiró a su habitación en busca de descanso, su mente la estaba torturando al sobre pensar demasiado la situación, tal vez sólo debía tomar una siesta para apaciguar su angustia.

Ya pensaría en otra forma de arruinar a Penélope.

Por otro lado, Claude se encontraba sumamente avergonzado ¿como Diablos se había atrevido a proponerle aquello a Amelia?

Estaba claro que Amelia era tan pura que jamás aceptaría engañar a alguien, a pesar de ello le faltó el respeto y la hizo sentir incómoda.

Quería colgarse a si mismo por tal acto sin vergüenza.

Pero antes que eso, muy en el fondo él deseaba oír un "si" de sus labios y besarla tiernamente mientras la tomaba por la cintura, pero claramente Amelia sólo quería hacer ese tipo de cosas con una persona, Athanasio, su hermano.

Con frustración se recostó en uno de sus muebles, siguió pensando continuamente en una forma de sabotear la relación entre Amelia y su jodido hermano, él debía tenerla a cómo dé lugar.

Tal vez si aceleraba su plan de asesinato, para acelerarlo debía tener una razón coherente.

Tal vez él engaño de su prometida, un sedante al punto de hacer que ambos tuvieran relaciones sexuales y así Claude tendría la excusa perfecta para matarlos, a ambos.

Si, iba a conseguir un afrodisíaco potente capaz de lograrlo, aquello devastaría a su querida Amelia, pero todo era por la felicidad de ambos, si él no se ponía en marcha, Amelia terminaría siendo engañada, echada de su puesto de emperatriz y humillada por su hermano, no iba a pemitirlo bajo ninguna circunstancia.

No mientras él siga vivo.

—Hmm... Su Majestad ¿cree que la quisquillosa de Amelia esté angustiada? No ha venido a molestarlo durante una semana entera. —Una dulce y sexy voz susurró en el oído del rubio el cuál se encontraba sosteniendola por la cintura.

Penélope río con gracia al notar las acciones infantiles y ciertamente tiernas de Amelia por conseguir a su hombre de vuelta.

Pero eso no iba a suceder, Sólo una mujer podía ser la emperatriz de Obelia y esa mujer sería Penélope.

—Sabes que eso me hace felíz, el no verla me trae paz y tranquilidad, Amelia es demasiado melindrosa y pegajosa, en cambio tú, eres atrevida y sexy, si tengo la oportunidad, probablemente termines siendo mi emperatriz. —Besó su cuello con cariño mientras la apretujaba con sus brazos desde la cintura.

Penélope río nuevamente, Athanasio era un mejor partido que su tímido y aburrido prometido, Claude de Alger Obelia era probablemente el hombre más frío con el que Penélope había estado, al verlo por primera vez, ella pensó en que era muy atractivo, quería tenerlo para si misma en una noche, sin embargo su actitud fría e indiferente lo jodió todo.

Penélope quería a un hombre con objetivos, extrovertido y atrevido, alguien cómo Athanasio, desde el principio tuvo sus ojos sobre el emperador.

Sin embargo, a pesar de ello, una jovencita molesta de cabellos rosados le ganó primero, en menos de dos semanas el emperador ya estaba comprometido con aquella princesa extranjera.

Al principio se le hizo tierna, pero aún así la detestaba debido a que el puesto de emperatriz era suyo, nadie tenía derecho a portarlo más que ella.

Aquello la llevó a seducir al emperador y engatusarlo para enamorarlo, tendría la corona cueste lo que cueste.

Cómo una ramera se le lanzó al emperador y tuvo su primera noche a escondidas, esperaba una carta de cortejo y sin embargo el emperador no la buscó hasta dos semanas después que empezó a citarla a su Oficina.

Ella pensó que estaba aburrido pero él siguió teniendo tantos encuentros con ella cómo quisiera.

Penélope aceptaba gustosa y lo visitaba con la excusa de asuntos Políticos.

Fue así que ambos se volvieron amantes.

—Su Majestad ¿dejaría a esa mocosa por mi? Sabe que mi corazón es suyo pero quiero tenerlo sólo para mi, no deseo compartirlo con alguien más. —Acarició las mejillas de Athanasio con cariño y lo recostó en su pecho mientras sonreía.

—Apenas me casé con ella la decapitaré para ti, sólo ten paciencia, mi querida Penélope, sabes que serás mía a pesar de todo. —Sonrió de igual forma el contrario acurrucandose en ella.

Ambos, eran iguales de inucuos, malvados y perversos y sin embargo así de querían, por igual y deseaban tenerse.

Penélope lo quería por el trono y Athanasio la quería por molestar a su hermano.

Poco sabían que de hecho le estaban haciendo un favor.

Claude estaba preparándose para su ataque inicial.

Y aquello les saldría caro.