Quédate. |Karchez|

01.

– ¿Te estoy esperando en la entrada dónde estas? –La mayor de las hermanas le decía por el celular a la menor de ellas.

– Voy saliendo, ¿podemos llevar a Sofía a la casa?, es que tenemos que hacer un trabajo.

–Vamos, aquí las espero, solo dense prisa por que tengo que volver al trabajo a las 4:00.

Las dos hermanas tuvieron que mudarse a España por trabajo de la mayor de ellas, no era que a la pequeña le molestara pues salir de México era de lo mejor que les pudo haber pasado. Las condiciones en las que tuvieron que salir no fue lo mejor. Sus madre había fallecido cuando eran unas niñas, la relación con su padre no era la mejor, así que en cuanto tuvo oportunidad la mayor salió de su casa, prometiendo a la pequeña que volvería por ella en cuanto pudiera darle una buena vida a ambas, y así fue 2 meses después.

La mayor de ella se hizo cargo de la pequeña y ahora vivían las dos jóvenes en un país nuevo con gente nueva. Tenían 1 año viviendo en Madrid, estaban acostumbradas a la gente, las calles, el acento y a estar solas. Solo se tenían la una a la otra.

–Hola guapas súbanse. –La mayor de pelo rojo hacía con señas a las dos mas chicas, mientras ellas hacían caso a subir rápido. –¿Como estuvo la escuela?

–Nos hicieron un examen sorpresa. –La pequeña de cabello rubio habló.

– ¿Y qué tal? –La pelirroja respondía mientras las miraba por el retrovisor.

–Sorprendidas. –Dijeron al unísono las dos pequeñas.

–Que tontas que son. –Respondió con una risa.

Llegaron a la casa de las dos hermanas y bajaron las más pequeñas, pues la pelirroja tenía que correr a su trabajo, tenía su hora de descanso y aprovechaba para recoger a su hermana de la escuela.

–Chiqui ven. –Frenó a la rubia. –Te quiero pórtate bien y en unas horas nos vemos. –La acercó y le dió un besito en la cabeza.

–Te quiero, aquí te espero. –Le dió una sonrisa y cada una siguió a sus deberes.

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-Que puto día de mierda tía. –La amiga de la pelirroja decía mientras se subían al carro.

– No lo pudiste decir mejor y todavía tengo que ir al mercadona a hacer la despensa. Estoy a dos de quitarme la espalda a ver si ya no me duele.

–Eres muy tonta Lía enserio.

–Que ya te dije que mi madre solía decir eso. –La pelirroja contestaba. –¿Me vas a acompañar o seguirás de quejosa Mel?

–Te acompaño con una condición. –Mel le decía mientras sonreía.

–Ya me imagino que será, dime. –Lía contestó

–Que tú me acompañes a una fiesta el viernes. –Le levantó ambas cejas tratando de convencerla

–Mel, ya sabes que no puedo, tengo que cuidar a Aurora.

–Pero si ya tiene 17 años, déjala sola que no le va a pasar nada. –Le tomó el brazo. –Tienes Que disfrutar, tienes 21 años y pareces una madre de 50, no bromeo. –Borró la sonrisa tonta de su cara.

–No quiero que le falte nada, solo me tiene a mí y yo a ella. –Despegó la mirada un momento de la calle para mirarla

–Pero si también me tienes a mi pedazo de tonta. –Le empujó la cabeza y de inmediato reaccionó que su amiga estaba manejando. –Ay perdona. Pero que me tienes a mí, sé que no soy una madre ni un padre ni una hermana pero soy tu amiga, y estoy aquí para lo que sea, así que no seas tan estirada y vamos, que si quieres podemos dejar a tu hermana con mi madre