Capítulo 10

31 2 0
                                    

JUNGWOO

El amor es un Dios, y un Dios muy viejo. Puesto que ni los prosistas, ni los poetas, han podido nombrar a su padre ni a su madre; lo cual significa, sin duda, que es muy difícil sin estudio explicar su origen. Es el Dios que hace más bien a los hombres pero a la vez los mata lentamente.

DE LA MANO DE OMS

Los latidos de mi corazón marcaban el ritmo de mis pasos, Seúl estaba cubierto de blanco. A pesar de la calma que reinaba en las calles, yo era consciente del peligro inminente al cual me exponía, o quizá, nos exponíamos todos.

Tomé la mochila y me pasé por el hombro, la rendija de la puerta necesitaba un poco de aceite.
Irene había hecho lo de siempre, dejarme el desayuno, dejarme una muda de ropa, y Donghae simplemente brilló por su ausencia.

Las horas pasaron de forma rápida en el colegio, al levantar la mirada me topé con una mirada de odio hacia mí, una mujer de no más de cuarenta años con dos pequeños niños en los brazos.
Decidí pasar de largo aquel incidente.

— ¿Cuántas contestaste? —Sungchan parecía demasiado ensimismado en la prueba de aquel día, literalmente no había estudiado en lo más mínimo, no porque no me gustara estudiar sino más bien porque no me interesaba nada sobre la edad media y sus componentes.

—Cinco, ¿Tú?

—Todas, pero creo que todas las hice mal.— Sungchan siempre decía lo mismo; “Que le fue pésimo en el examen”, pero casi siempre sacaba diez.

— ¿Quienes crearon el muro? —Pregunté como si en realidad me importase un poco.

—La familia Im, y el presidente Nakamoto.

—Bien—Dije resignándome a tomar un siete como resultado final, Donghyuck se encontraba a pocos metros de nosotros, pero como siempre cuando estaba con Joy nosotros éramos invisibles.

— ¿Leíste sobre las torturas a los desobedientes? —Sungchan traía entre sus manos el manual de la OMS, aquel pequeño libro con tapa de cuero era como nuestra segunda biblia y Donghae me había obligado a leerla una y otra vez.

Si hacías algo malo: Castigo.

Si salías del muro: Castigo.

Si desobedecías: Castigo.

El profesor repasó el plan de estudios por lo menos dos veces más, incluía una lectura a la revista “De la mano de OMS” y la revista familiar también producida por la mano de OMS, como a los tres cuartos de la clase, una risita me sobresalto.
No me había dado cuenta que Yuta había entrado al aula con un ramillete de flores.

¿Qué tipo? No lo sabía.

—Así, que—Se aclaró la garganta— ¿Quieres salir hoy conmigo? Mi padre organizará una cena.

— ¿Qué? —Trataba de ser amable, y mucho más cuando escuchaba aquellos murmullos.

— ¿Tienes planes para el almuerzo? —Preguntó Yuta, balanceando su peso sobre uno de sus pies.

No tuve oportunidad de responder.

—Tenemos que ir a probar esa nueva carne que están poniendo en el recetario del colegio, mi padre dice que es muy nutritivo—Me dijo, llevándome como a un niño pequeño por el antebrazo.

—Bien—Dije, en un intento de mantenerme calmado. Apenas pusimos un pie en el comedor estudiantil, todos nos vieron nuevamente de forma extraña.

—Sonríe—Murmuró—Las primeras impresiones siempre quedan grabadas  en  lo más profundo del ser humano, y ya que seremos esposos,  sería bueno que todos sepan lo felices que somos—Mi cabeza daba vueltas.

Deadly Obsession ✳DOWOO✳ NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora