¿Puedes olvidar los errores del pasado?

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NARRA YUZU

Ver a Mei se sintió como si mil kilos fueran puestos en mis hombros, por que no la odio, jamás podría odiar a alguien que amé con  todo mi corazón; a alguien que aun amo con todo mi corazón. Quería decirle muchas cosas cuando estuviéramos frente a frente de nuevo, pero verla con esa determinación y esas lagrimas cayendo de su rostro... entendí que jamás iba a poder verla sin que mi pecho doliera profundamente, por que eramos algo tan hermoso que incluso le dimos envidia a la eternidad y termino arruinandonos la existencia. 

Iría al único lugar que se volvió mi sitio seguro, además de los brazos de mi hermosa Aiko; mi pequeño estudio con mi mejor amiga y de verdad esperaba poder estar sola ahí un par de horas. 

NARRA MEI

Al entrar a la academia me di cuenta que debo verme notoriamente terrible, alumnas, profesores, incluso el personal que mantiene limpia y ordenada la escuela me miraban, jamás lo admitiría en voz alta o al menos eso pensaba, pero Yuzu me inyectó tanta de esa energía y juventud que la caracterizan, yo sabía, a lado de ella cualquier persona debe verse radiante, por que así era estar a lado de ella, sentirte enorme y feliz.

Llegue a mi oficina y vi la enorme fila de documentos que me estaban esperando, antes me hubiera lanzado a ellos y terminarlos los más pronto posible. Pero hoy... sentía que mi cabeza, mis sentimientos, mis ideas, estaban ahí donde sea que Yuzu estuviera justo ahora, entonces me levanté de la silla tan cómoda que tenía frente al escritorio y caminé hacía los únicos abrazos que se sentían tan cálidos como los de Yuzu.

Mei: buenas tardes profesora ¿podría permitirme a Aihara Aiko por favor? -jamás, en los pocos años que tiene mi hija cursando la academia, fui capaz de interrumpir sus clases, por que jamás sentí la necesidad de hacerlo, ella estaría en casa con Yuzu cuando yo regresara, pero sabía que no volvería a ser así, a menos por ahora.-

Aiko: ¿qué pasa madre? ¿hice algo mal en mis clases?

Entonces me sentí terriblemente mal, mi hija solamente creía que yo existía para regañarla, no para venir a buscarla y abrazarla por que siento que cada parte de mi cuerpo se esta quebrando a pedazos enormes. 

Mei: no hiciste nada Aiko, solo ven aquí ¿si?

Me bajé hasta estar a su altura y por segunda vez en el día, abracé a mi hija y ella pasó sus manos detrás de mi cuello y jamás me había sentido tan agradecida con la vida por darme a una niña tan hermosa y con unos brazos tan cálidos como los que Aiko tiene. 

Mei: ¿sabes que te amo mucho verdad? que yo haría cualquier cosa con tal de verte feliz o verte sonreír.

Aiko: entonces, ¿por que me regañas tanto? -se separó de mi, ella quería verme a los ojos, igual que Yuzu cuando tenía dudas en esa hermosa cabeza dorada.-

Mei: por que no solo los niños cometen errores, los adultos no somos perfectos y también nos equivocamos, pero eso no significa que yo no te ame o no dé mi vida por ti, por que lo haría Aiko, jamás dudes de eso.

Aiko: eso me lo dice mami todos los días, ¿me lo estas diciendo por que nos fuimos ayer de casa?

Ví a mi hija con unas terribles ganas de llorar, no, no era por eso, o quizás si, por que creí que pasará lo que pasará, Yuzu jamas iba a dejarme, pero me equivoque y ahora estoy pagando cada una de mis acciones. 

Mei: te lo repetiré cada día, te lo diré cada que sienta la necesidad de hacerlo mi amor, te diré cada cosa que sentí cuando te tuve en mi vientre y te abrazaré tanto como pueda, ya lo entendí Aiko, no soy nada sin mami y sin ti, sé que lo entiendes por que eres muy lista, así que déjame amarte mucho, ¿si?

Aiko: te amo mucho mamá... -y se lanzo a mi mientras lloraba.- Yo creí que tu no me querías, creí que solo mami me amaba.

Mei: no es así Aiko, yo te amo con todo mi corazón, perdóname por ser una mala madre para ti, pero vamos a cambiarlo juntas, te lo prometo. 

Y así me aferré a un pequeñito cuerpo, con cabellera azabache como la mía, con piel pálida como yo, pero cálida como Yuzu. Nunca me había dado cuenta de la mezcla tan perfecta que era Aiko, físicamente era como yo, pero sus sentimientos, su sinceridad y su valentía de decir las cosas, eran como Yuzu y recordé todas las cosas que hizo para que estuviéramos juntas ¿por qué perdí todo con tal de sentirme deseada en otra parte?

Aiko: mamá, ¿mami y yo volveremos a casa? -se separó de mi e impuso cierta distancia entre nosotras mientras se cruzaba de brazos.- Ayer mami lloró mucho en la noche y sé que es por tu culpa.

Mei: lo arreglaré con Yuzu, promesa.

Aiko: no hagas promesas que no vas a cumplir mamá.

¿De verdad Aiko tenía 5 años? parecía un pequeño adulto reprochándome que lastimé a Yuzu. Entonces sonreí, por que cuando se cruzaba de brazos y miraba al frente, era como yo, una combinación perfecta.

Mei: esta vez voy a cumplir cada una de mis palabras Aiko. 

Y así sonrió y asintió satisfecha de lo que dije.

Aiko: entonces déjame ir a comer helado con mami, pero no quiero ir a cambiarme el uniforme.

Una niña de 5 años estaba imponiéndome condiciones y solo solté una pequeña risa, era toda una Aihara.

Mei: por esta vez te lo dejaré pasar Aihara, pero sabes bien que no hay ninguna excepción contigo, aunque seas mi hija.

Aiko: lo sé mamá, pero solo por hoy me aprovecharé de la situación. 

Me despedí de Aiko y la dejé volver a su aula, pero antes de girar para entrar al salón, me grito:

Aiko: DEBERÍA IR CON NOSOTRAS DIRECTORA, MAMI NO SE NEGARÍA. 

Y así entró a su salón... ir por un helado con mi hija y con Yuzu... ¿sería capaz de hacerlo hasta ahora? claro que si, aprovecharé cada oportunidad que tenga y ahora entiendo que siempre he tenido a una pequeña aliada conmigo. Por favor, a quien sea que nos escuche ahí arriba, permitanme recuperar a Yuzu, esta vez no voy a lastimarla. Es una promesa.


CONTINUARÁ...


NOTA

Hola xd, perdonen la tardanza de todo esto, espero que sigan ahí, que sigan esperando la continuación de todo esto y yo espero ser capaz de llenarlos como lectores, cuídense mucho, se vienen grandes cosas para cada una de mis historias, solo tengan me un poco de paciencia, gracias por leer, sayonara.   


Después de mi...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora