Sin importar mis errores, realmente yo...

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NARRA MEI

Al terminar las clases, esperé a mi pequeña Aiko, durante toda la jornada estuve pensando en si realmente a Yuzu no le importaría salir por un helado conmigo a su lado. Le recé a todos los santos y dioses que ella tanto me mencionaba, les pedí con todo mi corazón que me permitieran recuperar a mi familia, que me permitieran recuperar a Yuzu y que ella no me dejará por alguien más, aunque sería lo que me he ganado. 

Esa sensación de perder todo es lo que más me preocupaba. Perder a mi hija, perder a Yuzu, perder a mi familia por la tontería que hice. Sin duda, si Mei de 17 años hubiera estado en mi situación, se abría negado a todo. Por que Yuzu era lo más importante y con el paso de los años, perdí de vista como hacerla feliz. 

Salí de mi oficina con dirección al salón de clases de Aiko. Iría por ella por primera vez, siempre era Yuzu quién pasaba por ella, yo siempre estaba ocupada en la oficina y mi hija lo entendía, Yuzu también lo hacía. Mientras iba caminando, pensaba en las muchas cosas que dejé de hacer por ellas, era mi culpa esta situación y no intenté justificarme en ningún momento. Si perdía la batalla con Yuzu está vez, sabré que nunca fui lo suficiente para ella, que ella merece un millón de rosas y sonrisas. Yo solo pude darle una flor marchita, junto con una sonrisa quebrada. 

xx: Buenas tardes directora Aihara. 

Mei: Buenas tardes -hice una reverencia, la cual fue correspondida de la misma forma. - ¿Se encuentra Aihara Aiko por aquí?

xx: Claro que sí, permitame llamarla. 

Fueron en busca de mi pequeña Aiko, cuando escuché unos pasos acercarse y acompañado de eso, unas sonoras carcajadas que dejaban saber de quién se trataba, era Yuzu. Me emocioné mucho al escucharla, sentí mi estomago apretujarse y sequé mis manos en la falda de mi traje femenino. Pero, al poner un poco más de atención, me di cuenta de que no venía sola...

Yuzu: Harumin, Aiko se pondrá feliz al verte.

Harumin: espero eso Yuzuchii, hace mucho tiempo que no veo a la enana corretear por el local. 

Debí suponerlo, era Taniguchi-san, a diferencia mía, Yuzu tenía un montón de personas que la amaban, que la estimaban. No importaba el apellido que Yuzu llevase, Aihara o Okogi, todos la amábamos por su personalidad, por su corazón... si, todos la amábamos por eso. 

Yuzu: Mei... perdón, Aihara-san -hizo una reverencia igual que todos los demás padres de familia cuando me veían y lo odié, odié con todo mi corazón que hiciera eso. Porque ella no era como los demás, era mi esposa y la madre de mi pequeña Aiko. - 

Mei: Hola Yuzu... -saludé y estiré mi mano, ella pareció dudar un poco, pero no lo hizo, no tomó mi mano, así que la bajé lentamente apretando el puño.-

Harumin: Hey presi, un gusto verte de nuevo. 

Mei: Lo mismo digo Taniguchi-san.

Harumin: Venimos a buscar al pequeño geniecillo, la llevaremos por un helado.

Mei: Yuzu, hablando de eso...

No pude continuar, Aiko salió del salón y en cuanto vio a Taniguchi, se lanzó contra ella, abrazándola y dándole un ataque de besos por todo su rostro. ¿Cómo era eso posible? Me pregunté, como es que Aiko podía hacer eso con ella y a mí, apenas me podía sostener la mirada sin bajar su hermosa carita.

Es culpa tuya, todo eso es responsabilidad tuya. Jamás la trataste como tu hija, nunca le diste ni un solo beso de buenas noches. 

Era duro, pero era lo que merecía.

Aiko: Te extrañé mucho Harumin-sempai. 

Harumin: Mi pequeña genio, yo también te extrañé mucho a ti. 

Aiko se quedó junto a Taniguchi, ignorando también a Yuzu, la cual solo las veía con una sonrisa. Ellas parecían una familia, una verdadera familia y entonces me sentí completamente fuera de lugar, esas sonrisas debió hacerlas Yuzu para mí y Aiko. Esos abrazos debieron ser míos y no de Taniguchi. 

Harumin: ¡Bueno, vayamos por ese helado! 

Aiko: hablando de eso sempai... -por fin mi pequeña pareció recordar que yo iría también. - Mami, ¿La señorita directora puede acompañarnos? 

Yuzu volteó y me miró por un segundo, segundo que atesoré profundamente. 

Yuzu: claro Aiko, yo no tengo ningún problema con eso -entonces se agachó a la altura de nuestra pequeña. - Ahora debemos ir a cambiarte a casa de Harumin, ahí nos quedaremos por unos días. 

Harumin: así es pequeña, Harumi-mamá te hará sentir mejor. 

y Aiko sonrió tan grande, que me perdí en sus ojitos, en su sonrisa y en el gran parecido que tenía con Yuzu al sonreír así de grande. 

MeI: Yuzu, no pasa nada si Aiko no se cambia, por una vez, no pasará nada.

Yuzu: No quiero violar tus reglas, Aihara-san. 

Mei: No estás violando nada si yo lo autorizo. 

Entonces no dijo más. Caminó tomando de la mano a Aiko, Taniguchi-san y yo la seguimos justo detrás de ambas. Parecía una competencia no declarada a cerca de cuál de las dos les cuidaría mejor las espaldas. 

Harumin: Presi, presi, presi. -Dijo tan bajo, que solo logré escucharla por ir a su lado. - Es una pena que hayas perdido y dejado ir a tu familia. Pero no debes preocuparte, me aseguraré de hacerlas felices. A ambas.

Ahora, definitivamente la guerra estaba declarada. 

Mei: No deberías competir por algo que no es tuyo, Taniguchi.

Harumin: La dejé ir una sola vez, Aihara... -se detuvo a medio pasillo y yo hice lo mismo, dejando que Yuzu y Aiko se adelantarán a la salida. - Una sola vez y solamente la hiciste llorar. Perdiste tu oportunidad y si tú no supiste ver tus errores y corregirlos. Yo sé cada uno de ellos y te aseguró que yo no voy a repetirlos. 

Entonces se volteó al escuchar que Aiko la llamaba. La llamó a ella, a pesar de saber que yo también me había quedado atrás.

Tal vez, no era una guerra tan pérdida para Taniguchi. Tal vez, solo era que tenía mejores armas que yo y la invasora en terreno ajeno, era yo. 


CONTINUARÁ...


Me extrañaron? xd 

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2023 ⏰

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