Capítulo 6.

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Antes de que terminara aquella tarde, Mati estaba la mar de preocupada por su hija Emma, sabía que la había dejado en buenas manos, o al menos así quería creerlo pero no es como si pudiera haber hecho otra cosa mejor, la desesperación la había llevado a ello y de verdad sólo esperaba que al regresar su hija estuviese bien y que el baterista la haya cuidado como es debido, así que estaba deseando que sea lo que sea eso tan importante que había en su empresa como para que tuviera que acatarlo yendo presencialmente terminara rápido y pudiera regresar pronto con su hija.

Que hablando de ella, Harin y Emma se encontraban ahora mismo en el metro dirección a la academia de música, tal y como le había dicho a la madre de la pequeña en su momento, debía acudir esa misma tarde a dicho lugar, así que aprovechando eso decidió que le enseñaría a la pequeña el lugar entre otras cosas para que así pudiera tener una buena y primera impresión, lo que le preocupaba un poco al joven al respecto era el tema de la comunicación, aún así, ¿iría todo bien?

-I miss my mum. -Murmuró al baterista empleando algo de inglés que en su momento su madre le enseñó.
-I know, but you will soon be with her. -Le respondió él con una dulce sonrisa, realmente sólo deseaba que el tiempo que tuviera que quedarse la niña a su lado estuviera bien.

En cuanto salieron del metro, Harin tomó la mano de la pequeña y se dirigió al lugar, cerca de la entrada se dio cuenta de que Kanghyun acababa de entrar, lo cual significaba que debía de haber llegado muy pronto, y el guitarrista en cuanto vio a su compañero de banda junto a la hija de su vecina de en frente quedó totalmente boquiabierto.

-¿Eh? ¿esa niña no es la hija de Marta? ¿cómo es que está contigo?
-Bueno... -Murmuró Harin, emitiendo una sonrisa un poco nerviosa. -Entremos primero y te explico, debemos hacer ahora lo posible para que esta niña tan hermosa la pase bien, ¿ah? -Dijo esta vez aquello último, dirigiendo la mirada hacia la pequeña por unos cortos segundos.

El momento para ir a recoger a Verónica había llegado, así que tanto Dong Myeong como Cya se encontraba ambos en un taxi dirección al aeropuerto, el mayor podía notarlo, inclusive olerlo, per el guitarrista se encontraba demasiado nervioso y sí, lo entendía, ¿quién diablos no se pondría nervioso/a el ver a tu ex después de tantísimos años y más aún cuando todavía sientes algo por él/ella? estaba claro que no lo había escuchado todavía del propio Cya pero Dong Myeong estaba casi seguro de que esto era así y lo peor no era eso para el tecladista ahora mismo sino el hecho de no haber podido dar una buena excusa para no ir, de igual modo se habría sentido mal porque obviamente Verónica también es su amiga, en resumidas cuentas, estaba entre la espalda y la pared y simplemente no podía haber dicho que no sin más y mucho menos sin haber dado un buen motivo.

Dong Myeong no quería que Cya sospechara, aunque a veces se preguntaba a sí mismo si estaba bien esto de seguir ocultando sus sentimientos por su mejor amigo, ¿pero acaso no sería peor si lo descubriera? ya no sabía qué hacer, realmente se encontraba acorralado, no saia sinceramente qué era mejor ni peor y sentía que por eso mismo acabaría volviéndose loco. En fin, ahí estaba, a punto probablemente de suceder cosas que no querrá ver, que no querrá sentir, pero el joven se había concienciado de tratar de ser fuerte en todo momento y que sus sentimientos hacia Cya no le hicieran daño, pero tenía miedo, mucho miedo, y ahí estaba él jugando a ser valiente.

Durante todo el trayecto en aquel taxi Cya no dejaba de mirar a su amigo de reojo, comiéndose también la cabeza, estaba volviendo a sentirse culpable cuando ni siquiera sabía si lo que él sospechaba era verdad, y no es como si pudiera preguntarle sin más "Hey, Dong Myeong. ¿Acaso te gusto?" para nada, estaba claro que algo así no podía hacerlo.

En cuanto llegaron al aeropuerto, esperaron ambos en el lugar adecuado, Cya estaba tan nervioso que no hacía más que ir de un lado para otro, Dong Myeong se mantuvo en todo momento de brazos cruzados y viendo a su amigo, el cual solo parecía ser un saco lleno de nervios a punto de romperse por no caber ni un nervo más ahí dentro y es que a diferencia de él y como era obvio no estaba para nada nervioso, sino todo lo contrario.

STAY with me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora