𝐃ear 𝐓ower...¹ ꒰ ᵗᵃᵉᵍʸᵘ ꒱ ☑️

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Eoduun, aún siendo un animal bastante único, seguía cumpliendo con ciertos comportamientos que la Madre Naturaleza le había dado.

Si bien es cierto que se ha humanizado mucho al convivir 24/7 con una persona, el instinto de caza y el ser territorial eran algo que formaban parte de él, pero podía manejarlo sin problema por lo que no siempre demostraba dichos comportamientos.

Sin embargo, había algo que se escapaba de su control, algo que le causaba terribles malestares y lo dejaba muy extasiado: el celo, que por suerte únicamente le daba una vez al año, durante unos pocos días.

Pero qué días tan infernales.

Por la nula presencia de otros búhos en las cercanías y por respeto a los virginales ojos de Beomgyu, Eoduun no hacía absolutamente nada por intentar aliviar su condición. En su lugar se quedaba adolorido al lado de la ventana hasta que se le pasara, fingiendo que todo estaba bien.

Pero Beomgyu no era tan despistado como para no notar el deprimente estado de su compañero, por eso investigó un poco con los libros que ya tenía.

Cuando encontró la causa, no se avergonzó. Entendía que era algo natural en los animales, pero no sabía qué hacer para ayudarlo sin tener que ver algo asqueroso.

Ahí recordó cuando pasó la pubertad.

Se había asustado muchísimo la primera vez que amaneció con cierta sorpresita en su entrepierna, y no era para menos pues nunca leyó algo así en los libros, su única fuente de información.

No sabía cómo arreglarlo, incluso llegó a llorar desconsoladamente pensando que se trataba de una especie de gripe o algo por el estilo, pues tenía algunos síntomas como el estar muy caliente y sentirse incómodo. También solía dramatizar mucho la situación haciendo preguntas del estilo "¿Cómo haré pipí ahora?" mientras lloraba.

Con el tiempo comprendió que era algo común e intentó sobrellevarlo de alguna manera. Pero no se arriesgaba a tocar eso, le daba un poco de miedo, aunque no fue necesario. Había descubierto que un buen baño de agua fría era una solución bastante eficaz.

Por eso pasó toda su pubertad bañándose con agua fría nada más despertar, hasta que un día finalmente todo eso se detuvo. Mas no puede negar que desde entonces hay unos muy pocos días al año donde vuelve a amanecer de esa forma, pero como ya tenía arreglo no le preocupaba demasiado.

Pensó que el celo del animal podría ser algo similar a esa extraña experiencia, quizás más doloroso e insoportable teniendo en cuenta el estado de su amigo. Y con eso en mente, le preparó un balde de agua fría para que el búho pudiera bañarse con la esperanza de que funcionaría.

—Duun, ven aquí, esto tal vez te puede ayudar —soltó dejando el balde frente al ave.

Como Eoduun odia bañarse, Beomgyu se había preparado mentalmente para forzarlo y recibir varios picotazos. En cambio, se sorprendió mucho al ver al búho tirarse al agua como si nada. Y luego de hundirse varias veces, este empezó a acicalarse las plumas como normalmente hacía.

—¿Mejor?

—Buh uhh.

No supo qué dijo, pero Beomgyu sonrió satisfecho al ver como Eoduun volvía a ser el de siempre.

El agua fría es milagrosa, ¿uh? Pensó divertido.

Desde entonces, cada vez que Beomgyu ve que su compañero está en celo, le prepara rápidamente un balde de agua fría donde poder calmar su calentura.

⭐¿CÓMO HARÉ PIPÍ AHORA?⭐