𝐃ear 𝐓ower...¹ ꒰ ᵗᵃᵉᵍʸᵘ ꒱ ☑️

✦⋯ １２ ┈┈┈•

Aunque el clima en el lugar suele ser tranquilo, había unos pocos días al año donde la tormenta llegaba repentinamente.

Al principio a Beomgyu le asustaba mucho los truenos y el fuerte sonido de las gotas impactando sin cuidado tanto en las ventanas como en el techo, pero con el tiempo se fue acostumbrando a ello.

Y a pesar de que la torre se veía bastante fuerte como para aguantar incluso un tornado, las goteras eran algo usual con lo que Beomgyu batallaba constantemente durante los días lluviosos.

Cuando por fin lograba hallar dónde se metía el agua y lo arreglaba, luego se encontraba con otros dos orificios, y así sucesivamente.

Por eso, esta vez simplemente se rindió y puso cubos y toallas donde vió que las gotas caían. Sin embargo, no contaba con los recursos suficientes como para que todas las goteras tuvieran donde caer sin mojar el piso, y esta algo frustrado por ello.

—Ugh, a este paso parece que llueve dentro y no fuera... —se quejó notablemente enojado.

—Buh uhh.

—¿Y si dejamos que se inunde todo?

Eoduun lo observó con los ojos entrecerrados, señal de que la bromita no le hacía gracia alguna.

—A veces tienes muy poco sentido del humor —murmuró con un puchero—. Como sea, hay que arreglar esto de alguna forma. Tendré que volver a intentar uno por uno... —concluyó con un suspiro cansado. No tenía ganas de hacer algo que podría ser completamente inútil.

El búho lo empujó un poco, como queriendo decirle que se empezara de una vez.

—Eoduun, ¿no vas a ayudar? —puchereó Beomgyu, a lo que el ave negó, haciéndolo fruncir el ceño por esta respuesta—. ¿Por qué no?

El búho entrecerró los ojos nuevamente, y Beomgyu —sabiendo que eso significaba un posible picotazo— fue obedientemente a intentar arreglar las goteras, no sin antes maldecir varias veces.

Duun no podía volar si sus alas estaban mojadas, y que lo ayudara significaba que la probabilidad de que se hiciera daño por caer tras intentar llegar las zonas inalcanzables era muy alta, así que Beomgyu debía encargarse de todo con ayuda de la escalera.

Aunque primero se ocupó de las pequeñas zonas a su alcance, ya que eran los más sencillos de tratar. Los tapó con una especie de cemento improvisado que creó a base de arcilla, tierra y otros componentes. No contaba con más materiales y no sabía si eso aguantaría, pero al menos serviría durante esa tormenta.

Cuando ya le tocaba arreglar los de las zonas altas, la vagancia lo invadió. Esas eran las más tediosas, y odiaba la idea de estar horas subido a la escalera.

Aún así, no dejó sus planes de lado, principalmente porque le preocupaba que Eoduun no pudiera volar libremente dentro de la torre. Y así logró arreglar 2 de las 8 goteras que salían del techo.

Sin embargo, cuando iba por la tercera, en una mala ejecución de movimientos, el balde con el cemento improvisado se volteó, cayendo por toda la parte inferior de su cuerpo. Era lo suficientemente espeso y pegajoso como para que sea difícil sacárselo.

—¡Maldita sea! —exclamó enojado—. ¡Si no lloviera tanto estas cosas no pasarían! —bajó enojado de la escalera y fue rápidamente al baño antes de que la mezcla extraña se secara, pues no sabía si podría tener algún efecto tóxico en la piel.

En el momento en el que Beomgyu se encerró en el baño, todas las goteras se detuvieron de repente, y el búho, confundido por ello, observó hacia la ventana para comprobar si la lluvia había cesado.

Ese no era el caso. Es más, las gotas caían incluso con más fuerza que antes.

Entonces, ¿cómo se detuvieron las goteras?

Esa pregunta rondaba por su cabeza, pero gracias a su gran visión logró ver cómo pequeñas enredaderas estaban tapando todos y cada uno de los agujeros.

Su confusión aumentó. No logra encontrar una explicación a cómo es que crecieron enredaderas de la nada, a la misma vez y curiosamente en las dichosas goteras. Algo así sería imposible, ¿no?