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Desde su estancia en la torre, Beomgyu se ha mantenido bastante saludable gracias a la buena alimentación y sus propios cuidados, pero eso no lo salvaba de caer enfermo de vez en cuándo

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Desde su estancia en la torre, Beomgyu se ha mantenido bastante saludable gracias a la buena alimentación y sus propios cuidados, pero eso no lo salvaba de caer enfermo de vez en cuándo. 

De hecho, Beomgyu tiende a pasar por unos pequeños periodos de resfriados de manera más constante que lo que es considerado 'normal', sobre todo si hay cambios muy bruscos en las temperaturas, especialmente en primavera. Sin embargo, se trataba únicamente de mucosidad acompañado de una simple tos y varios estornudos.

En cambio, hubo una ocasión donde se sintió mucho peor. 

Despertó con poca energía a pesar de haber dormido bien; no tenía mucho apetito; se encontraba extremadamente mareado y apenas lograba mantenerse de pie; sus párpados pesaban demasiado y luchaba por mantenerlos abiertos; su cuerpo se sentía muy caluroso, por lo que iba prácticamente en ropa interior; y todo esto acompañado de muchos mocos y tos constante que parecía desgarrar su garganta sin piedad. 

No se encontraba para nada bien, y el malestar era tan grande que las lágrimas salían aunque él no pudiera notarlas. 

Apenas era consciente de lo que pasaba a su alrededor, y no sabe en qué momento Eoduun dejó un trozo de papel enfrente suyo. 

Ponía '¿Estás bien?' escrito con muy mala caligrafía. Y aún sintiéndose fatal, Beomgyu sonrió con los labios temblorosos. 

—Has mejorado mucho —quiso aplaudir para celebrar, pero si levantaba las manos del suelo (donde se había dejado caer por la poca fuerza que tenía en ese momento) su cuerpo se desviaría hacia un lado—. No, me encuentro muy mal... —finalmente respondió con voz nasal debido a los mocos. 

El ave voló hasta su brazo y lo agarró para intentar jalarlo hacia la cama. Obviamente no podía alzarlo, pero sí hacerle entender a Beomgyu sus intenciones. Que por suerte el rubio entendió y se dispuso a levantarse, pero era como si su cuerpo y mente dejaran de estar unidos, y cada vez que hacía amago de levantarse, volvía a caer al suelo completamente abatido, incapaz de mover las extremidades. 

Rendido, cerró los ojos al no poder aguantar más la dura batalla con sus párpados. Lo último que logró escuchar antes de quedar completamente inconsciente es el usual 'Buh' fuerte que su amigo búho suele hacer cuando estaba preocupado. 

No sabe cuanto tiempo pasó desde entonces, no se encontraba lo suficientemente bien como para despertar e intentar mejorar su condición por sí solo. Tampoco es que supiera cómo aliviar su malestar, pero si estuviera consciente buscaría la manera de hacerlo. 

Y así, mientras su cuerpo temblaba involuntariamente en un intento de autorregular su temperatura, Beomgyu logró escuchar el sonido de unos pasos para luego sentir como unos cálidos brazos lo cargaban con cuidado y lo dejaban cómodamente acostado en la cama. Hasta sintió como esa persona lo arropaba con delicadeza. 

Alguien había ido a ayudarlo, y estaba siendo muy cuidadoso con él. Quería abrir los ojos y ver quien era, si el príncipe o el hechicero, pero no podía abrirlos, sentía que sus párpados estaban pegados con el pegamento más fuerte que puede existir, por lo que no se molestó en intentarlo ni siquiera cuándo escuchaba como los pasos se alejaban. 

Por instinto, lloró. Pudo sentir la calidez de alguien después de mucho tiempo, pero ahora que se fue se siente extremadamente frío y solo.

Quería ser abrazado, necesitaba ser querido, deseaba volver a ser un niñito de 2 años estando en los brazos de su madre mientras esta le cantaba una nana. Un tanto curioso que quisiera eso teniendo en cuenta que su madre nunca fue tan cariñosa como para hacer algo así, pero cada vez que se hacía un ovillo y cerraba los ojos podía imaginarlo de esa manera.

Aunque ahora la situación es muy distinta. Es un adolescente desesperado por sentir ese cariño que nunca tuvo, sea de quien sea, le hacía falta al menos para poder sentirse seguro en momentos de vulnerabilidad como este.

—A-alguien... p-por favor... —balbuceó entre pequeños sollozos, y como si sus plegarias fueran escuchadas, sintió unos nudillos acariciar con delicadeza su mejilla, o más bien estaba limpiando sus lágrimas, las cuales cesaron en el mismo instante en el que notó el tacto. 

—Beomgyu, necesito que despiertes un momento —pidió una suave voz varonil con bastante amabilidad. 

El rubio abrió lentamente los ojos como pudo, aunque veía algo borroso por el cúmulo de lágrimas. 

Al llevar la mirada hacia el sujeto que estaba de pie a su lado, solo pudo divisar una capucha negra tapando el rostro de la persona. 

—¿H-hechicero...? —preguntó dudoso casi en un murmuro. 

—Siento interrumpir tu sueño, pero te traje jarabe —soltó mostrando un vasito lleno de líquido amarillento. 

El rubio, a pesar de su estado, seguía siendo precavido. Estaba reacio a tomar una bebida extraña, y no porque no confiara, tiene en mente que es el hechicero quien le deja la comida todos los días, por lo que dudar de un simple líquido después de tanto tiempo alimentándolo sería hasta ofensivo. Pero en palacio le daban muchas cosas extrañas que empeoraba su estado cada vez que se sentía mal, incluso cree que es debido a todo aquello que su cuerpo es más débil de lo normal. 

Viendo la duda en los ojos del rubio, el encapuchado tomó un poco del jarabe—. No es nada raro, solo una mezcla hecha con plantas medicinales y miel.

Con el acto y la aclaración, Beomgyu aceptó aún algo dudoso, y tras posicionarse un poco, se tomó el dulce jarabe para luego acostarse nuevamente. 

—Muy bien. Verás como al despertar te encuentras mucho mejor —alentó en voz baja mientras daba unas leves caricias en la cabecita del rubio. Luego, el hechicero se dirigió a la puerta para dejarlo descansar.

—¡Espere! —exclamó Beomgyu nervioso alzando un poco la mano, como si quisiera que el contrario la agarrara.

Se ve incapaz de pensar correctamente en sus acciones, y cuando rogó: —No me deje solito, por favor... —entre sollozos, estaba muy fuera de sí.

Ni siquiera sabe a quién se lo pedía exactamente, tampoco es consciente de haber dicho algo así, pero notó como su mano estaba siendo entrelazada con la de otra persona, y quizás unos suaves labios se posaron en el lomo de esta. Fue lo suficientemente rápido como para que un inconsciente Beomgyu no lo notara correctamente, por eso se quedó en un dudoso 'quizás'.

—Permaneceré a tu lado hasta que te duermas —avisó el contrario en un murmuro. Desde su llegada, las pocas palabras que han salido de su boca se sentían con cierto cariño. Y aún sin saber si era fingido o real, Beomgyu se permitió ilusionarse un poco.

—Gracias... 

Después de eso, todo se volvió oscuro. El sueño lo dominó por completo, y con ello también se fue su oportunidad de mantener una conversación con la persona que lo trajo a esa torre.

Al despertar, Beomgyu pensó que todo fue un sueño, pues no había rastro alguno de su invitado sorpresa. Pero la pequeña notita que ponía 'Espero que ya estés mejor' al lado de un hermoso ramo de flores dejado en su mesita de noche le daba a entender que todo fue real.

Quería preguntarle a Eoduun si también alcanzó a verlo, pero este estaba plácidamente dormido justo a su lado. Algo inusual, pues el ave suele dormir en el barrote, pero supone que el hechicero se lo pidió antes de irse. Es su búho después de todo.

 Es su búho después de todo

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𝐃ear 𝐓ower...¹ ꒰ ᵗᵃᵉᵍʸᵘ ꒱ ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora