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"Tú eres el viento qué guiará mi vuelo hacia ese lugar que me permitirá ser feliz."


Lujos, comida bien echa, ropa echa a medida, familia y un enorme castillo con un patio realmente grande, así vivía Son Dongju, un niño de apenas ocho años, con un hermano gemelo, él cuál no se parece en nada a él, a los ojos de Dongju, su hermano es alguien insoportable. Vive una vida sana y sin nada de que preocuparse, pues no tiene caso, sus padres ya le planearon la vida completa, por así decirlo. A Dongju no le agrada la idea de que sus padres planeen toda su vida, él quería ser libre, vivir su vida, conocer a gente nueva, divertirse, quiere ser alguien diferente a sus padres, él ser mismo es lo que desea, pero no se lo permiten. Un día aparece un ser realmente extraño pero magnífico ante los ojos de Dong, supuso que vino a ver la Aldea, pero lo trataban cómo a un monstruo, nunca lo había visto antes, le dio curiosidad y lo siguió, pasó por un mural lleno de espinas, por un bosque oscuro y tenebroso, pero después de tanto recorrido encontró un lugar realmente increíble, un lugar irreal, todo era hermoso ante sus ojos, criaturas extrañas y magníficas, plantas, flores, era un sueño, pensó. Pero hubo algo que detuvo su curiosidad y diversión. Sintió que lo jaloneaban y lo alzaban al aire, se asustó, era un árbol, sin hojas y tenía vida, desde ahí supuso que todo lo que había ahí tenía vida propia, sean plantas o animales.

-Señor, encontramos a esté intruso revolcándose en las aguas cristalinas. Habló el árbol, enseñándole al chico con pequeñas lágrimas en los ojos. Kim lo observó y lo analizó de pies a cabeza, no lo miraba con desprecio, más bien, le daba ternura aquel chico de ojos azules y cabello enrulado.

-lindo. Fue lo único que artículo.

-¿Es todo? No lo va a echar de aquí por andar de curioso en el páramo?- hablo otra vez el árbol.

-¿Qué te trae por aquí?-pregunto el peli negro.

-Y-yo.. - Kim lo estaba fulminando con la mirada. -S-solo te seguí..

-Sueltalo. Ordenó Kim.

Y así fue, el árbol soltó a aquel chico, quien cayó al suelo lastimandose la rodilla.

-¿Estás bien?- se acercó al chico para ayudarlo pero esté se apartó con miedo.

-S-sí.. no te acerques. Advirtió.

-Pero quiero ayudar..

-N-no hace falta, d-de verdad..- Tartamudeo.

-Déjame ver- se acercó al niño cuidadosamente, observó su rodilla,viendo que esta se raspó, posó una de sus manos en la herida y de pronto empezó a brillar está haciendo que a Dongju le sorprendiera aún más el hecho de que lo haya curado de tal forma.

-G-gracias- hablo bajito.

-No te oí, que dijiste?- bromeó Kim.

-Gracias.- le sonrió de labios tímidamente.

-Claro.- volteó quedando de espaldas frente al chico, se notaba la frialdad que transmitía, Leedo podría cambiar su forma de pensar y actuar en un abrir y cerrar de ojos, eso daba miedo.

-Qué eres exactamente? ¿Por qué fuiste al reino humano?- pregunto Dongju.

-Soy un oberón-

-U-un qué?-

-Un oberón- repitió y extendió sus enormes y hermosas alas dejando a un Donju sorprendido tal y cómo la primera vez que lo vio. -Soy cómo un hada- dijo volteando a verlo, encontrándose con un Donju con mejillas de color carmesí y con la boca abierta, Kim sonrió a tal acto.

-E-es hermoso.. tus alas- lo miraba cómo si estuviera viendo al mismísimo dios.

-Lo sé, ¿quieres tocarla? Es muy suave.- Sonrió con ternura.

-Sí quiero.- Kim extendió sus alas dejando que aquel niño de ojos azules y mejillas carmesí las tocara. -realmente es muy suave..-

-Lo es- respondió.

-Hay algo más que puedas hacer aparte de curar?- Kim lo miró.

-Eres muy curioso, te lo han dicho?-

-S-sí- Dongju bajo la cabeza apenado.

-No te preocupes- dijo y camino hacia un pequeño trono rodeado de flores. -no es lo único que puedo hacer, también pude haberte matado- Dongju sintió escalofríos. -me agradas-

-L-le agradó?- tartamudeo el chico.

-Sí.- Kim sostuvo entre sus manos una cantidad de flores y de esta creo una Corona realmente hermosa ante los ojos de Dongju. -acércate- a lo lejos se podría notar la felicidad del niño, Kim posó la corona en la cabeza del contrario y sonrió, por primera vez después de mucho tiempo se pudo ver esa sonrisa tan increíble en Leedo, las criaturas del Páramo los observaban asombrados a tal acto de su rey, pues no solía ser así y se les hizo extraño la forma en la que trató a este niño.

-G-gracias- dijo tímidamente con una sonrisa en el rostro y las mejillas de un color carmesí fuerte.

-Cuál es tú nombre?- pregunto el peli negro.

-S-Son Dongju- hizo una reverencia.

-Mucho gusto, Dongie-

-Y usted? Cóm-

-Kim Leedo- interrumpió. Oberón y rey del Páramo.- se presentó.

-Un gusto, Maléfico.- todas las criaturas miraron atentamente, temían por aquel niño, pero lo que no esperaban fue que Kim se echara a reír.

-El gusto es mío Dong Dong, pero debes irte, de seguro te andan buscando- dijo.

-S-sí..- de pronto, la sonrisa de Kim desapareció por completo al ver al niño de tal manera, se veía triste y desanimado luego de mencionar eso, Kim se maldijo a si mismo por haber mencionado aquello.

-Sucede algo?- preguntó gentilmente.

-N-no quiero volver, me gusta aquí, me gusta pasar tiempo con usted, mis padres casi no me dejan salir, es cómo si fuera un prisionero- Dongju hablaba débilmente. Kim lo observaba con pena, se había encariñado con el niño tan rápido, realmente era un ángel, pensó.

-Dongie.. debes irte, pero puedes volver cuando quieras, el páramo siempre se mantendrá abierto para ti, cuando quieras, puedes regresar- le sonrió cálidamente.

-De verdad!?- Kim asintió, lo que no espero fue que el niño de ojos azules se abalanzará a el en un fuerte abrazo.

-Gracias- fue lo último que dijo antes de separarse e ir corriendo de regreso hacia el reino humano con una sonrisa enorme en su rostro, dejando a un Leedo con las mejillas de un color carmesí claro.

















Les dejó aquí el primer cap. Algo cortito.
Estaré actualizando todos
Los domingos y jueves.
De nuevo, muchas gracias por leer^^
⿻࣪࣪͜ litzi.◌᮫۪۪۪۪᳝۟

My Evil |Leedo + Xion| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora