◌᮫۪۪۪۪᳝۟7

46 13 1
                                    


-Gracias por hacerme feliz una vez más-

-¿Yo? Te hago feliz?-

-Me hace feliz estar contigo Leedo, me da paz- sonrío mirándolo a los ojos con ternura.

-Tú no imaginas la felicidad que siento cada vez que vienes al páramo solo para verme- sonrío de labios.

-Me gusta cuando sonríes, nunca dejes de hacerlo Leedo- lo observo detalladamente.

-Cómo puede gustarte una sonrisa cómo la mía?-

-Queda con tú personalidad y, es lindo verte sonreír, me hace saber que de verdad te hace feliz estar conmigo- dijo con sus ojitos brillando.

-Ya te lo dije, con solo tú presencia, me haces más que feliz, Dongie- sonrió y lo volvió abrazar cubriéndolo con sus enormes alas.

-Leedo-

-Uh?-

-Me tengo que ir- dijo con la voz entrecortada.

-Entiendo-

-Pero no me quiero ir, no quiero volver allí, me hace mal estar ahí- lloriqueo.

-D-dongju, no llores, todo estará bien, lo prometo- lo miro a los ojos con cariño. -Prometo que, mientras yo exista, nadie podrá hacerte algún daño- dijo mientras limpiaba las pequeñas lagrimas que habían caído por las mejillas de Dongju.

-Me lo prometes?- lo abrazó cómo si fuese a ser la última vez que lo vería.

-Lo prometo- lo hizo a un lado sintiendo un vacío dentro de él, tomó la mano del contrario y la entrelazo con la suya. -Prometo no soltarte jamás-

-Cómo sería eso?-

-Qué no importa el motivo o situación en la que ambos estemos, yo jamás voy a dejarte solo, jamás soltaré tú mano, menos cuando más la necesites- sonrió con ternura, Dongju pensó, sus palabras eran tan sabias, aveces no las encontraba sentido o no las entendía del todo, pero pensó que cuando sea un poco mayor las entendería a la perfección así que solo asintió y volvió a abrazar al niño con alas.

-Es hora de irme- dijo triste.

-Ve con cuidado y recuerda que esté también es tú hogar- plantó un pequeño beso en las mejillas del menor haciendo que está se tornará de un color carmesí fuerte, Leedo lo notó, pero no dijo nada al respecto.

-G-gracias de nuevo- sonrió tímido.

-Hasta pronto Dongie- extendió sus alas y se elevó alto, Dongju lo observó hasta que lo dejó de ver.

-Hasta pronto, Maléfico- sonrió para si mismo y se fue de nuevo a la aldea.

-Señora por favor calmese- decía el hombre quien intentaba calmar a la familia del Rey

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Señora por favor calmese- decía el hombre quien intentaba calmar a la familia del Rey. Mientras tanto, Dongju todavía no aparecía y su madre se ponía aún peor.

My Evil |Leedo + Xion| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora