A veces una sonrisa no es verdadera. A veces esa sonrisa esconde muchas cosas y ese es el caso de Safrina Black, una chica de 17 años, con buen cuerpo, ojos verdes, cabello negro y una personalidad fuerte. Pero detrás de toda esa fachada de chica fuerte que ve casi todo el Twenty Century High School, hay una larga historia que contar.
Originaria de Bradford, una joven de tan sólo 15 años se dirige a Holmes Chapel huyendo de su vida anterior. Preston Richards se escapa de una vida de infierno donde durante toda su vida sufrió discriminaciones y bullying por ser obesa, incluso por parte de sus padres quienes la rechazaban completamente. Cansada de todo, roba a sus padres una gran y buena suma de dinero (casi todo el dinero depositado en el banco) y, sin decir nada ni dejar rastros, abandona el calvario que tenía por vida. Al llegar a Holmes Chapel, lo primero que hace es refugiarse en una zona apartada y de clase baja para tratar de pasar desapercibida y, decidida a todo, de buena forma baja de peso y obtiene una figura esbelta. Su cabello castaño fue decolorado y teñido por un negro pulcro artificial y su nombre y demás datos de vida ardieron entre las brasas de una chimenea. Para finalizar, hoy en día es Safrina Black.
Gracias a sus dotes como hacker, logra sobrevivir gracias al dinero que roba de cuentas bancarias sin dejar ni un solo rastro de su presencia en el lugar.
Al cumplir los 16 se mudó a Londres con la esperanza de poder brillar en el mundo de la música, su más grande sueño.
Hace un año que estudia en el Twenty Century High School pero, a pesar de su incomparable belleza y su gran simpatía, es una completa solitaria. Nadie se le acerca y ella está completamente agradecida con ello. Volver a pasar por aquel infierno no está entre sus planes y, aunque ella no lo admita, jamás lo superó. Y aquí entro yo. No hay mucho para explicar, es decir, no tengo que dar mucha información sobre cuál es mi misión con ella. Tal vez su problema no sea tan grande como el de Luke por ejemplo, pero voy a seguir insistiendo en que las apariencias engañan porque esta muchacha así como la ven, es una traficante que está comenzando a ser anoréxica. Wow, es un tanto fuerte ¿cierto?
Verán, cuando vivía en Holmes Chapel, comenzó a tener malas juntas, las cuales la llevaron a pertenecer a un grupo de drogadictos "mafiosos" el cual hoy lidera. Es increíble cómo cambian las cosas. Pasó de ser una obesa víctima de bullying a ser una traficante temida por ser brutalmente aterradora en ese mundo oscuro. Además de querer cumplir su sueño, se fue a Londres para protegerse de las malas miradas de los habitantes de la ciudad que habitaba.
Actualmente está sola, sus únicas compañías son sus porros, su gato "Gaffi" y su mejor amigo Steven a quien conoció en ese horrible mundo y quien la salva día a día. Steven en realidad sólo maneja la parte contable de uno de los centros de peleas clandestinas pertenecientes a la banda de Safri. Está ahí para poder mantener a su hijo Jeremy de 5 años de edad. La novia de Steven quedó embarazada cuando ella tenía 15 y él 16 años. Luego de ser dada de alta tras el parto, le dejó el bebé a Jay (seudónimo de Steve) y se fue dejándolos solos. Hace un año que Safri y Jay se conocen pero desde un primer momento hubo buena química entre los dos. Para Safrina, Jeremy es como un hijo y ayuda a Steven en todo lo que puede.
Ahora se encuentra en una de esas zonas de mala muerte, controlando que la transacción de mercadería (marihuana) sea completada con éxito. Steven está a su lado y a su vez, estos se encuentran al lado de un Audi negro. En el asiento trasero del auto se encuentra Jeremy durmiendo con su oso de felpa "Bob". Pres (para Steven quien conoce toda su historia) está fumando un Marlboro mientras observa a lo lejos cómo se efectúa la transacción.
-¿Aquel que está a punto de ser golpeado es Sam? —Jay señala hacia un punto que está a pocos metros de donde están haciendo los cargamentos de marihuana. Preston mira.
-Sí, es él. ¡Carajo! Quédate aquí, voy a ver qué pasa. —sin siquiera esperar a que el hombre que está a su lado responda, se aleja a paso rápido del auto y se acerca a donde está uno de sus hombres a punto de ser golpeado por alguien. Al acercarse, no cree lo que ve.
-Esto no es posible, ¿acaso eres...?
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Vidas perfectas
Teen FictionEl color de las alas no define la bondad o maldad de cada ángel ni el exterior de cada persona define lo que es.