Pip estaba muy cansado.
Si pequeña Lilith había nacido. Pensó que todo lo malo había pasado, pero solo comenzaba...
Tenerla en sus brazos era lo más bello, quería protegerla y cuidala. Pero es más fácil decirlo que hacerlo.
Su vida había sido tan fácil hasta ese momento. Pero ahora era un infierno.
La bebé quería leche.
El no había dormido en 1 semanas.La bebé no comía. No sabía si alguna enfermedad tenía que ver con eso.
El solo quería licor.
La imagen era fea y triste.
Aquel joven rubio que anteriormente rebosaba de vida...ahora es solo un veinteañero con enormes ojeras, cabello sucio, pálido y cansado como la mierda.
No podía hacer que su propia hija dormirá. Damien estaba en el trabajo así que estaba solo.
Ver a su pequeña llorando, lo hacía deprimirse.
Las hormonas seguían presentes y por eso estaba tan sensible. Depresión post parto así lo llamaban.Sentía que era el peor.
La peor madre del mundo.
No entendía a su hija, no estaba seguro se su sentimientos por su pequeña y siendo sincero no sabía si la amaba o no.
Una madre que ni siquiera ama a su hija, era mala como madre, fría y cruel.
Quería rendirse. Abandonar todo e irse.
-¡Cállate!- le gritó a su bebé- te cambie el pañal, te bañé, te di de comer, dormiste, no querés que te cargue, entonces ¿Que? ¿¡Que más quieres de mi!¿
¡Que gran castigo es la maternidad!
Y se suponía debía aguantar esto por el resto de su vida?
Por 18 años no podía salir.
Era un perdedor, un fracasado.
Era la peor madre del mundo.Estaba apunto de derrumbarse a llorar.
¿Por qué no lo hizo?
Damien había tomado su mano. Había llegado antes de trabajo. Vio a su esposo apunto de estallar en llanto, cuidar a una bebé demonio debería ser duro.
Se acercó a él y tomo su mano para mostrarle apoyo. Pip subió a cabeza y lo vio. Damien le limpió las lágrimas de su cara y le dió un tierno beso.
Pip respiro para calmarse.
-Ella solo quiere amor- dijo el rey del infierno cargando a Lilith
- Cosa que no puedo darle, estoy cansado, estresado y sobreexplotado
- ¿Por qué no le dijiste que te sentías así?- preguntó Damien
-No lo sé- contesto entre lágrimas- De un momento a otro estoy muy deprimido y odio eso. Estabas muy ocupado y no quiero ser una carga más
-Nunca serás una carga para mi. Estas en un momento muy hormonal de tu vida, que estés así es normal- le dijo secándose las lágrimas- Pondré a alguien para que me sustituya, me quedaré contigo estos meses.
- ¿Crees que yo no puedo hacerlo solo- pregunto indicnado- Tienes razón soy la peor madre del mundo
- No, eres la mejor madre del mundo- le dijo para alentarlo- pero un bebé es algo más grande de lo que tú y yo imaginamos, ninguno estaba listo para eso
-pero no hay vuelta atrás- dijo Pip- Lilith está aquí, y para eso no hay cura
- Esto es duro, pero se que tu y yo lo lograremos. Juntos- dijo damien
- ¿Crees que soy una mala madre?
-Eres la mejor madre del mundo- contesto Damien
Pip beso a Damien, estaba feliz. La ayuda extra le vendría bien. Solo quería que su hija estuviese bien.
La maternidad era algo más grande que él. Pero si ambos ya había desafiado a Dios, cualquier obstáculo era un chiste si lo enfrentaba juntos.