Lilith: ¡Buen día, planeta tierra!
La joven de cabello rubio se levantó con todo el ánimo del mundo y abrió la ventana.
Lilith: Hola sol radian, hola pajaritos, hola mundo humano
La jovencita estaba de vacaciones en la casa de su tía Estella, no estaban ninguno de sus hermano y por mucho que los amaba, amaba más tener un tiempo para ella.
Se aseo y se vistió más Infantil que de costumbre. Tenía sentido, solo tenía 13 años.
Una pequeña Lilith bajo a desayunar con su tía Estella. Ambas tenía algo que compartían, las mismas marcas en el cuello.
— ¿Cómo te hiciste eso? — pregunto Estella confusa sirviéndose el desayuno. Ella sabía el porque de las suyas, pues no era nada raro que alguno de sus amantes la viniera a visitar
— M-me picaron los mosquitos — mintió
— ¿Estás segura?
— Si, tia. No te preocupes
Estella no le dió mucha importancia. Terminaron de desayunar y la mayor le dió una noticia a su sobrina:
— Saldré un momento. Volveré para la hora del almuerzo. No le hablas la puerta a nadie y quédate tranquila
Lilith sonrió mientras vio como su tía Estella se iba.
Ya sola, sonrió y subió rápidamente a su cuarto para jugar.
Estella: Está es una cena elegante. Y necesita a los mejores invitados — tomo algunos peluches de su tía y los sentó en la mesita de su habitación
También debía buscar comida y bebidas. Y, aún que no debía, tomo un poco de jugo de granada y leche.
Les puso sombre a los peluches y se sentó en el centro de ella.
Lilith: Si preguntan por mi pecado, es algo extraño la verdad — hablo como si los peluches la entendieran — papá dice que mi mayor pecado fue entregarme a ese chico. Me preguntó si yo estaba completamente segura de lo que hacía, yo estaba insegura. Pero al final accedí
— pero porque lo hiciste? — hizo que el oso se moviera con sus poderes e imitó la voz
Lilith: Amor. Aquel hombres es el primero que podía llamar el amor de mi vida. Papá dice que es un violador porque yo solo una niña; pero cuando lo entiendo no se el porque secretamente... Lo deseo
— es por tu parte dominio? — lo volvió a hacer
Lilith: Tal vez. No puedo hablar con esto con mis amigos o mi familia, no lo entendieran.
— pero para eso nos tienes a nosotros. Jamás te harías daño, Lilith
Lilith: gracias
Con un sonrisa, abrazo a los peluches, pero sin querer dejo caer un taza de platico.
Lilith: jajaja, que tonta soy
Se levantó y se agachó para levantarla.
Pero la taza rodó un poco bajo la mesa. Y este se agachó más para extender su brazo.
Esto ocasionó que accidentalmente, un osito de peluche cayera encima de ella, concretamente en su tracero.
Eso la quebró...
Lilith: No.. no puedes...
Lentamente unas lágrimas cayeron a sus mejillas. Recodo lo que le había pasado horas después. Su parte humana sufría. Pero a su parte demonio solo le exitaba.
Lilith; se suponía que soy especial... Tú me lo dijiste ¿Por qué eres como los demás?
Ya no sabía aquí le dirigía esas palabras.
Bruscamente se movió para tratar zafarse, pero con lo que no contaba es que el muñeco dejaría caer los vasos de jugo de granada y leche, manchando la cara de Lilith de leche y su entrepierna con el rojo del jugo.
Lilith: No puedes. No puedes hacerme eso — se limpio las lágrimas
Suspiro con melancolía y se levantó.
Tener la cara llena de leche hacia que su memoria se transportaba a ese traumate... Y exitante momento en su vida.Se levantó y se miró en el espejo. Verse con la entrepierna roja ñ, como si sangrara le hizo recordar a aquel ratificó día. Y el espejo no ayudaba, este solo era un portal cuyos demonios internos utilizaban para torturarla.
Pero ella lo había aceptado hace mucho.
Solo era el juguete de alguien más, y eso no iba a cambiar.
Le quitó la ropa,tiró a la basura sus pantis. Ella ya sabía la rutina después de "eso".
Entro a la duche y mientras el agua caía por su cuerpo. La pequeña Lilith solo se pewguntaba cuando sería el día en que la traten como persona normal...