Calma veraniega

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La noche lo recibió con una refrescante tranquilidad, cubierta por el ruido de los cantaros siendo llenados por los estragos del clima y el rítmico croar.

La cenicienta calma se camuflaba tras la ventana, y en el calor de una pequeña cena, un solitario té con un sándwich cumplía los estándares suficientes para pasar su hambre; apaciguando el pobre estomago que rugía necio por algo dulce.

Con los cafés consumidos horas antes, la pereza le estaba ganando la batalla.

Seungmin se dispuso entonces a ver la repetición de las noticias, con un poco de ilusión de volver a ver a la reportera para considerar que el día valió la pena después de tal mojada. No obstante, durante el avance de la serie su atención se desviaba por alguien más y no por la rutina de curvas lindas que se reproducía en el televisor.

Soy un caso perdido.

Palmeó su frente con rabia; pretendiendo luchar en vano contra el embrujo de la visita inesperadamente chispeante.

Detallaba por el rabillo del ojo a un Han Jisung recién salido del baño, estirado en la alfombra como una morsa, y con el brazo apoyado en el piso para sostener su cabeza dentro del radar.

Se amonestaba cada vez que ladeaba la vista en el invitado, pero el otro sinceramente no le estaba dejando sencilla la tarea; su corazón se incendiaba por avistarlo enseguida cada que rehuía la mirada hacía otro sitio; luchaba contra ello pero era gobernado por sus impulsos, sus ojos fijos en un recorrido que siempre regresaba a esa pacifica y sexy escena a sus pies. 

Reconocía su propio mal y sabía que no era apropiado sus sentimientos más allá de la amistad o familiaridad que podría suscitar por el otro, más la anómala sonrisa grabada en la trasnochada cara de Han, y la remembranza bajo el refugio del paraguas negro le invadía a ratos en su descuido.

Hasta la ultima gota que surcaba su encantadora personalidad destrozaba las barreras que se forzaba a construir con ahínco, abriendo su corazón como una corriente, fluyendo cada una sin piedad ante cualquier obstáculo, y llegando a cubrirlo con el mismo pensamiento de amor hasta el hartazgo.

La minia posibilidad de declarar el insoportable sentimiento de estar a su lado que provocaba en él, sin importar lo que se obligara a creer de otro modo lo mantenía en vela; con un conjunto de esmoquin y un bouquet de flores en mano para su desgracia.

Desafortunado y salado a más no poder, las miradas furtivas del rapero y el continuo temblor en su pierna derecha le estaba causando además una jaqueca horrible, arruinándole el momento de contención ascética.

-¿Puedes parar?-señaló Kim a la extremidad en movimiento- Estas interrumpiendo mi preciado tiempo de descanso.

-Wow-Pegó sus cejas hasta la coronilla el rapero, exagerado- ¿Por fin te das cuenta de mi persona? Ya me había cansado de que me ignoraras olímpicamente por esa mujer-exasperó dolido con una galleta en su boca, y esparramando su cuerpo por toda la alfombra.

-... ¿Qué tanto llevamos sin hablar? ¿Por qué Minnie se está volviendo todo un adulto y no me fijé del tiempo?-soltó exasperado señalando la chica que tanto adoraba con una pose de diva ofendida.

En cierto modo sonaba a celos.

Alzó una ceja, demostrándose indiferente ante la queja-... No se de que diablos hablas, estaba tranquilo viendo las noticias hasta que un mosquito interrumpió mi preciada tranquilidad.

Acompáñame bajo la Lluvia 《¤ SEUNGSUNG ¤》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora