Nervios

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Se sorprendía de la fuerza de voluntad que tenían los dos para quedar en buenos términos tan rápido. 

Es que, convivir y sobrevivir a Han Jisung era un reto diario, y él no es que fuera un tierno cachorro como lo pintan en las revistas o Stay. Su genio era comparable al del líder si lo tentaban.

Tras años de experiencia trabajando bajo presión de la industria de la música; había aprendido mucho sobre asertividad emocional, y había invertido en el desarrollado de sus habilidades blandas hasta ser medianamente aceptables. 

Con el avance y los logros obtenidos ahora se consideraba a sí mismo como alguien resiliente, casi a la par de Confucio luego de vivir 3 años con los niños perdidos. No obstante, I. N. alardeaba de lo guapo que se veía cuando se enojaba, buscando la manera de sacarlo de sus casillas cada momento libre.

Impartía miedo y masculinidad como un villano en un dorama, según profesaba el maknae; en cambio, Kim bufó divertido sobre la anécdota. 

No creía que su sex-appeal fuera lo suficientemente hechizante para mantener a la gente que quería cerca sin terminar en guerras habituales. Pero claro, algo o alguien, una ardilla tenía que ser, se inmiscuyó bajo su sistema de seguridad; abrió el candado sin miedo al peligro, y escapó sin saber que liberó la caja de pandora. 

El problema es que, para horrores de Seungmin, no se robó la esperanza como en el cuento original; ese ladrón escurridizo se llevó algo más valioso y no esa mera bagatela.

Han le codeó suave el brazo, despertándolo de su pensamiento; sacó de su bolso negro un mando, y en son de tregua lo colocó en su regazo.

-Tu futuro no se acabará si sabes o no sobre el clima, te lo aseguro. Ven, juguemos un rato.

Seungmin se detuvo a detallarlo; andaba con su pijama de cuadros azules de distintos tonos, y encima una gruesa campera gris que le daba un aspecto cómodo. 

Su cara desmaquillaba reflejaba un cuidado diario de skincare; el lunar en la mejilla izquierda acentuado en su pálida piel, y los ojos alicaídos y llenos de vergüenza en dirección a él le fastidiaba.

No pudo mantener la mirada de regreso; tosió, y volteó de nuevo su atención al televisor; cada vez que se dirigía directamente al tonto mayor, un ruidito sordo sucumbía embarazoso en su interior. Una molestia que pedía bajito permiso para salir, y hacer cosas que ni en sueños dejaría.

¿Cuáles cosas podrían ser? Un abrazo, por ejemplo. Una pequeña victoria con un tierno premio

También agarrarse de las manos, o...

-¿Acaso nunca lo hemos hecho?- agazapó el rapero esta vez ubicando sus piernas a lo ancho del sofá, casi tocando su pantalón de mezclilla; su corta pelea quedando en el olvido, - estamos en el mismo grupo y hemos dormido uno encima del otro sin importar si andamos desnudos o sudados- ubicó su pulgar derecho en dirección a su corazón, - asumo privilegios por compartir habitación.

- Corrección - el vocalista se acomodó sin poder evitar el rose de las telas; alisó la zona afectada con su mano libre, -. Ahora vives en otro apartamento; y jamás has dormido conmigo, ni cuando éramos trainers.

- ¿En serio? ¿Ni una vez?

- Ninguna, y estoy hablando serio.

- Oh, qué extraño de mí - murmuró el rapero, apoyando su barbilla en la palma de sus manos -. Entonces nunca hemos estado en una misma cama, es entendib-¡Espera! Eso no es lo que quiero decir, yo...

Acompáñame bajo la Lluvia 《¤ SEUNGSUNG ¤》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora