Capítulo 3

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Hanna estaba frente al ordenador haciendo un trabajo de historia o más bien intentándolo, después de clase había quedado con Ash justo como habían dicho que harían por la mañana cuando el le había explicado que la noche anterior se habían besado y que ella se había desmayado.

Ella que seguía sin recordar nada de todo aquello pensó que tal vez podría ir al cine o a dar una vuelta con el centro comercial con Ash, cualquier cosa menos lo que había pasado, Ash la había acompañado a casa y de había despedido de ella sin darle un beso como ella esperaba y sin a penas mirarla a los ojos, como si solo la hubiese acompañado a casa porqué habían quedado y le supiese mal anular el plan.

Hanna necesitaba desahogarse contarle a alguien todo lo que pasaba por su cabeza, pensó en llamar a su amiga Carol Jones sin duda de todas sus amigas en Carol era en quien más confiaba, se conocían desde pequeñas y siempre la había considerado su mejor amiga, pero como iba a contarle algo que ni ella entendía. Desde luego Ash era todo un misterio muy distinto a cualquier chico con el que Hanna hubiera salido antes.

Hanna resignada a que no podía concentrarse en el trabajo de historia que intentaba hacer, cerró su portátil y se tumbó en la cama con la mirada fija en el techo intentando poner en orden sus ideas.

Pocos segundos después sonó el teléfono, era su padre así que Hanna decidió contestar a la llamada.


A un par de kilómetros de allí Ash entraba en una casa de aspecto aparentemente normal, en una zona residencial.

- Hola señor.

- Espero que me traigas buenas noticias.

- Así es señor. La hija de Dean Winchester ya ha caído, ayer mismo probó mi sangre, y lo mejor de todo es que no recuerda nada, así que no podrá contar nada a su padre ni a su tío hasta que ya sea demasiado tarde, señor.

- Vaya, por fin alguien me trae buenas noticias. - Dijo el hombre al que Ash se había dirigido mirando a los otros demonios que habían en aquella sala.

- Buen trabajo, espero que no lo estropees, necesito tener a esa chica totalmente bajo mi dominio cuanto antes. ¿Como reaccionó?

- Tal y como usted dijo que lo haría.

- Bien, supuse que así sería, el estúpido de Dean Winchester sigue creyendo que no sabemos que tiene una hija, cuando siempre lo hemos sabido. Por supuesto no sospecha que su hijita lleva en su interior sangre de demonio, mi sangre concretamente, igual que su hermano Sam llevó la de Azazel. Esa chica perderá la razón no podrá hacer nada cuando descubra el poder que le da nuestra sangre la tendremos bajo nuestro control, ella no se nos escapará Sam Winchester era todo un cazador y aún así Rubi consiguió mucho de el , a esa chica nadie le ha enseñado nada la caza, conseguiremos fácilmente engañarla y tenerla de nuestro lado, y eso nos servirá a los Winchester en bandeja, esos estúpidos siempre han sido unos sentimentales, seguro que hacen los que sea por recuperar a su pequeña.

- Haré todo lo que esté en mi mano porqué así sea señor. - Dijo Ash.

- Lo sé, tal y como he ordenado a los demás te diré que no debes levantar sospechas, nada de asesinatos ni nada que pueda llamar la atención, he manado a unos cuantos demonios a la otra punta del país a divertirse para mantener allí unos días a la mayor cantidad de cazadores posible y me consta que los Winchester se han enterdo y tienen intención de ocuparse, pero no me cabe duda de que si sospechasen de que algo ocurre en Farenwood vendrían de inmediato y eso aún no nos interesa.

- Así lo haré entonces, seguiré acercándome a Hanna Winchester haré que vuelva aprobar mi sangre lo antes posible y por supuesto seré discreto para no llamar la atención de ningún cazador.

- Bien, ahora retirese y continue con su misión.

Ash salió de aquella casa satisfecho con la visita que había hecho a su señor, cuando aquel demonio tan importante y temido por todos lo había elegido para aquella misión supo que era su oportunidad de empezar a ser conocido de diferenciarse de los demás demonios, supo que si cumplía con su misión sería recompensado al menos con una fama que el deseaba pero también sabía que si fallaba serían implacables con el.

Dean que tenía un mal presentimiento después de hablar con su hija, no paraba de dar vueltas por la habitación.

- Dean no te agobies, seguro que no le pasa nada a Hanna.

- Te digo que estaba rara Sam. Sabes perfectamente como es Hanna, ella simpre está riendo y bromeando, cuando la llamé parecía tener la voz apagada.

- Dean, es cierto que Hanna siempre ha sido muy risueña, pero ya no es una niña los adelescentes se preocupan por cosas, tal vez sea por algún chico.

- Eso no me tranquiliza.

Dean se levantó para coger el teléfono.

- ¿A quien vas a llamar, Dean?

- A Simon.

- ¿No crees que exageras?

Simon era un ángel que hacía dos años había ocupado el cuerpo del señor Jones justo cuando este estaba a punto de morir de un infarto, el hombre era el padre de Carol una de las mejores amigas de Hanna la hija de Dean y el ángel amigo de Castiel había aceptado la misión de cuidar de ella sin que nadie más que los Winchester y Castiel lo supieran para que ellos pudiesen hacer tranquilos el trabajo de mantener el orden, eran grandes cazadores y un ángel como el estaba feliz de ayudar a que ellos pudiesen hacer su trabajo tranquilos sabiendo que Hanna estaba protegida.

Dean habló con su amigo Simon durante unos minutos.

- ¿Te ha tranquilizado Simon?

- No demasiado, Sam. Simon no podía hablar demasiado porqué estaba en casa, pero me ha dicho que ha notado la presencia de algunos demonios por Farenwood aunque no han actuado.

- Si vas a estar más tranquilo, ves a Farenwood con Hanna yo me quedaré aquí y resolveré todo.

- Simon me ha prometido que si nota algo más me avisará de inmediato, creo que lo mejor será que me quede y nos ocupemos de lo que sea que está matando aquí juntos ya que seremos más rápidos, después los dos volveremos a Farenwood y comprobaremos que no hay ningún peligro acechando a Hanna.

- Me parece bien, hermano. -Dijo Sam.







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