Escape

604 58 15
                                    

Comían desesperados y bebían con bastante intensidad, estaban satisfaciendo su hambre no habían podido comer bien en la hora del almuerzo ya que tenían bastantes cosas por hacer en los pocos minutos que quedaban del receso, Na-yeon estaba sentada unos metros atras de donde estaban Su-hyeok y Nam-ra, ambos tenían las muñecas atadas con una cinta de color rojo, formo una pequeña sonrisa al recordar la vieja creencia del hilo rojo, su abuela se la había contado decía que dos personas que están destinadas a estar juntas, siempre los une un hilo de color rojo, estos se encuentran atados a sus meñique, claro que nadie podía verlo pero según su abuela ese hilo significaba el destino y que tarde o temprano ambos se encontrarían.

Alguien se sentó al lado de ella y vio a Woo-jin ofreciéndole una lata de refresco, esta miró el objeto seria y después dirigió su mirada a él, este estaba sumamente nervioso lo que quería ahora mismo era poder disculparse por la forma en la que la había llamado en la sala de transmisión - yo... pensé que tenías sed no te vi tomar nada desde que trajiste esa caja - extendió su mano aún más cerca de ella.

-la verdad es que... yo... ya tome uno, pero gracias por acordarte de mí - curvo los labios tomando la lata y dejándolo en la mesa.

-por cierto... quería disculparme, no era mi intención llamarte "clasista moles... - se calló de nuevo y pasó su manos por todo su rostro, estaba muerto de vergüenza lo había hecho otra vez y ahora se estaba preparando para que Na-yeon lo mandara al diablo.

-no estoy molesta, si eso es lo que te preocupa - dijo dando pequeñas palmadas en la espalda del chico.

-¿enserio? - preguntó

-si, además ¿porque me molestaría algo que si es cierto? - sus manos tocaron sus rodillas y solo se dedicaba a observar un punto fijo.

-oye, yo no lo dije de mala de manera.

-y tampoco lo sentí así... se que todos aquí todos apodaron a mi famila "clasista", eso también me vuelve una ¿verdad? - miro al chico esperando una respuesta.

-no necesariamente - respondió.

-pero si lo soy, quiero decir mírame me comporto igual que ellos eso explica porque siempre estuve sola, nadie quiere relacionarse con una persona tan desagradable como yo.

-oye, no te mortifiques por todo lo que tu familia piense o haga, eso no te hace responsable - intento hacerla sentir mejor pero por la expresión de tristeza que mostró Na-yeon, pensó que había empeorado las cosas.

-pero si lo soy, ellos adaptaron ese tipo de mentalidad en mi, siendo una pequeña niña, que aun no estaba lista para comprender un tema tan maduro como ese, aún recuerdo ese mismo día en el que mis padres me hablaron a acerca de las clases sociales y el estatus económico, y todo esto surgió porque mi abuela me había llevado a un parque de la zona a jugar y un niño de cara sucia se me acercó para poder jugar conmigo, yo obviamente no sabía si el era pobre o rico la verdad no me interesaba, lo único que yo quería en ese momento era divertirme y hacer un amigo, mi abuela me sonreía alegre cuando me vio compartir con ese niño, pero su expresión cambió cuando observó como mi padre se acercaba con una mueca de indignación y mi mamá se escandalizaba, él me tomó del brazo y me alejó bruscamente de su lado, la expresión de ese niño era de completo terror al ver como mi padre lo miraba, yo estaba asustada y el me entregó a mi mamá quien nerviosa se acercó a mi preguntandome si el me había hecho daño o algo, yo no entendía nada no sabía que había hecho mal para que mis padres se enojaran así conmigo, mi abuela intentaba razonar con ellos pero no le hacía caso solo se dedicaban a humillar al niño y a amenazarlo, recuerdo que todos los padres de alrededor nos veían, algunos con miedo y otros con rabia, aquel pequeño niño se acercó a mí para entregarme la muñeca con la que jugábamos, mi padre no se lo permitió y por primera vez pude oir esas palabras "ya no te le acerques, acabas de contaminar el juguete de mi hija", estaba en shock nunca lo había visto tan alterado, mi abuela se quedó horrorizada al escuchar lo que había dicho mi papá y mi mamá solo se dedicaba a mirarlo con desprecio, ambos me subieron al auto y nos alejamos de ahí, solo pude ver a ese pequeño llorando y a mi abuela consolandolo, obviamente el camino a casa fue peor mi papa discutía con mi mamá y yo solo pude preguntarles, que era lo que ocurría, el me explicó y me dijo que personas como nosotros jamas deberíamos de mezclarnos con gente tan corriente como ese pequeño, que ellos solo están aquí para seguir las órdenes de alguien con mucho más poder, me dijeron que juntarme con personas así solo me traería miseria y una vida llena de desgracias... desde ese día me prohibieron salir al parque o a cualquier sitio, sin que ellos no estén a mi lado, y para segurarse de ello me llevaban a sus reuniones de trabajo con sus inversionistas y ahí seguía escuchando esos mismos argumentos que mis padres me dijeron ese día en el auto cada uno peor que el anterior, se podría decir que truncaron mi infancia, y para un niño de 4 años rodeado de ese tipo de pensamientos, era obvio que ellos mismos también lo iban a imitar - Woo-jin estaba sorprendido y no solo el, Nam-ra también la había escuchado al igual que Su-hyeok, pero no voltearon para nada, no querían parecer unos entrometidos, así que se levantaron discretamente y se fueron a sentar a otro sitio.

𝙇𝙖 𝘾𝙝𝙞𝙘𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝙨𝙪𝙚́𝙩𝙚𝙧 𝙧𝙤𝙨𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora