('⊙ω⊙')!+ 5

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Yibo y Zhan se entregaron en la cama dos veces más, una en el baño y otra frente a la ventana del hotel. La lujuria y el deseo los había calcinado hasta los huesos. Yibo quería cumplir su palabra de educar el cuerpo de Zhan a su antojo. Y este último no se mostró renuente a recibir cada capricho del menor.

Jamás había sentido tal intensidad a la hora de tener sexo. Yibo le había llevado a un nuevo nivel y dudaba que se cansaría de eso alguna vez.

Sin embargo, ser demasiados entusiastas le pasó factura al mayor. Quién tuvo que descansar medio día en cama y tomar muchos analgésicos para que su viejo cuerpo soportara regresar a casa. Donde su esposa cornuda le esperaba.

Yibo fue gentil, le cuidó y ya que no podían salir por el dolor de caderas del mayor. Se quedaron acurrucados en cama viendo televisión hasta que la hora de partir llegó.

-¿Quieres que maneje?- preguntó Yibo

-¿También sabes conducir autos? - el menor asistió. Zhan no era muy dudoso, así que le entregó las llaves y se fue hacia el lado del copiloto. Con la intención de dormir todo el viaje.

Tan como lo planeó así lo hizo. Durmió hasta que Yibo le sacudió el hombro para despertarlo. Vio a su alrededor algo atolondrado y se dio cuenta que era el estacionamiento del apartamento. Estiró sus viejos huesos para desesperezarse y salió.

Detrás de él Yibo, llevaba las metas. Zhan ni de loco planeaba cargarlas. Aunque los analgésicos funcionaron aún le dolía un poco el cuerpo y caminar ya presentaba un problema, si cargaba algo estaba seguro que lloraría del dolor.

Subió al ascensor y esperó por su pequeño leoncito. Este subió y se dirigieron hasta su piso. Zhan se sentía bien. Si sentía algo de nervios por ver a su esposa a quién le había sido infiel. Pero sólo eso, el remordimiento no estaba y se comenzaba a preguntar si eso era malo o no.

Es decir, él "amaba" a su esposa. Debería de sentirse mal por haberle fallado, pero cuando miraba el rostro reluciente de Yibo. Cualquier cosa le parecía insignificante.

Notando la adoración en los ojos de Zhan, Yibo se inclinó y juntó sus labios con los ajenos. El beso fue lento y cariñoso. Zhan, por supuesto, no lo apartó y se dejó besar con gusto.

Cuando el menor se separó, libró un suspiro y sonrió a su leoncito - Me encantan tus besos. - Soltó sin pensarlo.

Yibo sonrió - y a mi los tuyos.

Llegaron a su piso y entraron a su apartamento, tan pronto entraron la figura de Carman apareció en escena. Muy feliz de verlos. Se lanzó a abrazar a Zhan, con una sonrisa cariñosa.

-¡Que bueno que hayan regresado con bien!- dijo dirigiendo su mirada a su hijo mientras aún abrazaba a Zhan.

Yibo soportó que su madre tocará a su Zhan, pero cuando la mujer juntó sin previo aviso sus labios con los de Zhan. El castaño abrió desmesuradamente sus ojos lleno de cólera al ver que Zhan, al que acababa de besar segundos antes, correspondía al beso de Carman.

Yibo no lo toleró.

"Ni de coña" dijo mentalmente, lanzó las maletas y se giró para irse del apartamento.

Zhan dio un respingo cuando el estruendo de las maletas se oyó junto a un portazo estridente.

Zhan sabía que su leoncito estaba furioso. Y la preocupación y culpabilidad se instaló en su pecho al pensar cuán disgustado estaba Yibo por dejarse besar por su esposa. Pero ¿Qué podía hacer? Carman era su esposa y Yibo su hijastro, si se ponía más sinvergüenza hasta podía decir que era su amante. Pero sólo eso, no había nada más.

El hijo de mi esposa (YiZhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora