Estoy empezando a odiar las noches de insomnio, más por tu recuerdo que me pega que por las ojeras al siguiente día. Siendo muy honesta, te extraño y Justo en este momento estoy pensando que no debería estarte escribiendo, pero mientras tú imagen lucha por salir de mi cabeza tus ojos se me entierran en lo más profundo del corazón. Me río sola recordando nuestros momentos mientras te imagino acostado a mi lado acariciandome el pelo y otras cosas que solías hacer, que si permito que las leas, sabrías que eres tú. Desde que te fuiste he vivido para pedir que regreses...