Pobre Desgracia

Polillas

Había una vez una mujer elegante de familia noble quien bailaba con gracia y belleza con una máscara dorada y un bello vestido movía sus tacones finos revoloteando con su talento por todo el salón.

Sin pensarlo y como se esperaba llamo la antencion de muchas polillas adineradas pero no era lo que quería esta bella mujer, si no, atraer la atención al pez gordo, el emperador pero simplemente ni un vistazo le echaba. 

Esas polillas que con un puñado de su fortuna querían persuadir a esta joven dama para que bailara como aquella vez en ese salón, pero, ella cansada de la situación solo volteaba la mirada hacían resonar un rechazo Plácido de su parte. 

Pero ella no contaba que las polillas no asentarían un no por respuesta y así con más de dos puñados compraron a esta bella mujer y despojándola de todo lo que ella creía que nunca perdería para convertirse en un premio... 

***

Al despertar me percaté de que estaba en una habitación y nuevamente mariposas revoloteando alrededor de mi, note que había flores de decoración pero lo que más me impacta a era lo que estaba soñando ¿un bebé sueña cosas como esas? Pero esa pregunta solo era un pensamiento trivial, pues no era importante y exagerado. 

Aún quería saber si ese hombre me ayudaría o me tendría como sirvienta o escalaba, temía de que fuera igual que Ginger pero lo que más temía era que todo esto fuera solo un sueño y que estuviera en coma porque si eso fuera real volvería a mi rutina despreciable. Pero mis pensamientos fueron interrumpidos. 

- oh Thalía, tú aura hace que las criadas te desprecien, pobrecita. 

Dijo el hombre que me cargo nombrándome Thalía, pensé que me llamaron así en un sueño pero veo que es verdad, note que él venía caminando hacia mi batiendo un biberón mientras hablaba cosas raras sobre mi aura. 

Luego el colocó el biberón en la mesa de los muebles de esta habitación para después tomarme con sus manos y así tenerme cargada en sus brazos me medio por unos minutos para luego centarce en los muebles. 

- no es tu culpa, si no la de tus padre... ¿te gustan las mariposas? 

Me pregunto con una sonrisa en un noto cálido y gentil pero no sé a lo que se refiere lo del principio... ¿Culpa de mis padres? ¿Qué hicieron mis padres como para que la gente me desprecie? 

- ¿sabes? Ahora que te conozco... Creo que puedo cerrar una herida que aún no ha sido cerrada a pesar de los años. — dijo eso mirando a la pared, como si estuviera mirando algo más allá que una simple pared — pero eso no te lo  puedo contar y nunca te lo contaré — añadió mirándome con una sonrisa. 

El me estaba alimentando con el biberón mientras las mariposas que estaban  al rededor tocaban una hermosa melodía, una para dormir o quitas para hambrienta por lo suave y encantadora que era. 

Me acurruqué en sus brazos para poder dormir mientras bebo de mi biberón pero sin embargo al cerrar mis palpados ecucha una voz, era de un tono amable, sentía que por fin alguien me amaba pero las palabras de esas voz eran lo contrario. 

- valla su majestad trajo otra rosa negra... Se párese a la otra niña, que horror. 

Desperté para saber de quién era esa voz pero solo fue el techo de la habitación oscura