Rosa negra

1 0 0
                                        

La mujer exahuta de cargar con cadenas decidió romperla para poder liberarse de todo lo que la abruma pero de nada sirvió ya que es cadenas se multiplicaban con cada segundo que pasaba ya que se sentía traicionada. 

- ¡padre! ¿Por qué me haces esto? 

Pregunto la mujer a la persona que creía que la amaba a pesar de que la vendió por un puñado de tierra, el padre sin nada más que decir se convirtió en una polilla como las demás personas que solo quieren riqueza y poder. Esta polilla que revoloteaba buscando una pizca de luz para su mísera grandesa se olvido del tesoro que tenía junto a él, su sangre. 

Y detrás de los grandes barrotes y en una oscura mazmorra se encontraba una mujer hermosa que a simple vista atraía la atención de las personas, sin embargo el cande sin nada más que perder decidió empañar el brillo que tenía esta joven dama. 

- ¡SUÉLTAME! 

Grito la joven dama que después de unas horas era solo una mujer inpura, el duque ya saciado de beber el vino de su cuerpo se aburrió y dejó a la pobre sola y desamparada en la oscuridad eterna... 

***

- ¿cómo te llamas? 

Pregunto la voz que me habló hace unos segundos pero ¿cómo espera que conteste si no se hablar? Prácticamente este mundo es extraño, desearía volver al mundo en donde tenía un trabajo de medio tiempo. 

- mi rosa negra, dime... ¿Cómo diablos te llamas? 

- "Thalía" 

Dije en mi mente ya que no puedo hablar sin embargo eso no fue falta ya que a parecer esta voz puede leer mentes. 

- ... ¿Thalía? ¿Como esa zorra? 

¿Cuál zorra a que se refiere con zorra? pero mis grandes dudas fueron resueltas cuando el dueño de la voz se asomó en mi cuna, era un hombre de largos cabellos rojizos como el fuego carmesí y ojos brillantes de color verdosos como esmeralda. Es la primera vez que veo a este hombre tan extrabagante ¿quien es?

El con una sonrisa amigable y encantadora acercó su mano cálida colocándola en mi mejilla y mientras me acariciaba gentilmente me dijo. 

- Oh, mi rosa negra, no dejes que nadie te reconosca como Thalía o será tu perdición. 

- "¿quién..."

- maldito demonio. 

Dijo la voz del hombre quien me rescato y apuntando con una flecha a esta persona quien nombró como demonio pero este no tenía miedo de mi salvador a pesar de que esa flecha brillaba como las estrellas, al contrario, solo lo miraba como superior. 

El salvador solo miraba a esta persona despampanante con ganas de atacarlo pero se retenía a tan solo algunas amenazas con esa flecha de punta resplandeciente, era más que obvio que se trataba de una flecha mágica. 

- después de todo... Dejar crecer hierba mala en buena tierra, no es muy inteligente de tu parte. Señor emperador... 

- ¿te refieres a esa niña? 

Pobre DesgraciaWhere stories live. Discover now