Cinco

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Miré a Donghyuck a la distancia, charlando con el comerciante para comprar el candado.

Cuando terminó, vi a una chica sonriente caminando hacia él con sus amigos, y un teléfono en la mano.

Espera ... ¿Ella no va a preguntarle a su número?

En un lugar para parejas, ¿en serio?

El castaño se dio la vuelta y casi saltó al ver a la joven detrás de él.

La vi sonrojarse desde aquí.

Ella le dijo algunas palabras antes de estirar su móvil hacia él.

Curiosamente, senti como si tuviera una pelota en mi estómago que estaba aplastando mis intestinos. Apreté los labios en respuesta.

El chico levantó la vista un segundo antes de sonreírme.

Al instante tomé mi teléfono y fingí hacer algo más, avergonzado de que él supiera que lo estaba viendo.

Luego regresó, una sonrisa burlona adornaba sus labios.

—¿Entonces ? ¿Ahora me espias?

—Por supuesto, porque es lo único que tengo que hacer. —Dije irónicamente, cuando, sí, solo tenía eso que hacer.

—Sabes, si quieres salir conmigo de verdad, puedes decírmelo. Con frecuencia sucede que mis clientes se enamoran de mí.— Se burló de él.

Levanté una ceja.

—¿Enserió?

—... Hubo uno. Pero me llevaba como cinco años y además, ¡era enorme!— Dijo, lo que me hizo reír.

—Bien, ¿colgamos este candado o no?— Le pregunte mirando el objeto en su mano.

—Obviamente.

Dongyuck luego procedió a caminar hacia el puente, buscando un espacio vacío, el cual encontró y luego colgó el objeto en el.

Justo cuando lo hizo, note como había hecho que escribieran "S + D" en el.

Lo vi sonreír antes de sacar el teléfono y tomarle una foto.

— Te enviaré la enviare cuando esto se termine, para que siempre pienses en mi. Aunque creo que eso ya debes hacerlo ¿no? — Dijo, añadiendo un guiño a sus últimas palabras.

— Si, claro que lo hago. ¿Qué vamos a hacer ahora? — Dije, evitando su comentario.

— ¿Qué tal si vamos a comer algo?

— Esta bien. Pero quiero que me cuentes eso de tu cliente enamorado.

— Trato.

El chico me estiro la mano, la cual tome, antes de comenzar a caminar para buscar algún lugar donde ir a comer.

...

Unos diez minutos después, nos encontramos con una pastelería.

Después de pedir un postre para cada uno, nos sentamos en una de las mesas fuera del local.

— Ahora. Cuéntame todo lo de tu cliente enamorado de ti.

— ¿Porqué quieres saber eso? ¿Acaso ya te enamoraste de mi? — Dijo con una sonrisa burlona.

— No, es que me pregunto como podría haber sucedido tal cosa. — Dije, ignorando sus burlas.

Él puso una mano en su pecho, fingiendo dolor. — Ouch. Bien. Él era mi segundo cliente-

— Espera. ¿Era un chico? Vaya.

— Si, como era mi segundo cliente, no sabía mucho de los precios, así que negociamos y el dinero era... Vaya, bastante. No es que me gusten los hombres, no pi-

𝗦𝗢𝗡 𝗜𝗡 𝗟𝗔𝗪 - 𝐥.𝐡𝐚𝐞𝐜𝐡𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora