Capítulo 4: Los Prefectos

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Las mañanas en Savanaclaw eran las más duras. A diferencia de los otros dormitorios eran los que menos reglas tenían, pero eso era compensado por las sesiones de entrenamiento matutino obligatorias. A los de primer año aún les costaba hacerse a la idea de abandonar el confort de sus sábanas cuando el sol aun ni había salido, pero Ashton estaba más que acostumbrado. No solo porque ya era su segundo año en NRC, sino porque en casa solía seguir una rutina similar.


Las rutinas le ayudaban a mantenerse centrado; ejercicios, actividades, horarios escolares, todo le ayudaba a mantener un orden. Ya había pasado una semana desde el ingreso por lo que su rutina se había estabilizado; tras entrenar desayunaba y se reunía con Dire y Divus antes de clases, luego iba a clases y almorzaba con ellos en el dormitorio abandonado.


Pensando en qué podría comer ese día terminaba su serie de lagartijas, alternando de tanto en tanto con aplausos debido a su buen humor.


— Vargas, ¿Terminaste de presumir?


Ashton reconocía perfectamente aquel tono de voz malhumorado. No le sorprendió levantar la vista y encontrarse con su prefecto.


Abe Kerchack, prefecto de Savanaclaw y alumno de tercer año. No solo era alto y musculoso, cosa que se marcaba más al observar cómo se ajustaban las mangas de su camisa, sino que sus brillantes ojos negros eran intimidantes y reflejaban su aparente constante mal humor. Su tez oscura se acentuaba más con el cabello negro cortado al ras en la parte inferior. Las únicas partes animales que poseía eran sus orejas negras de gorila y unos filosos colmillos que relucían siempre que estaba enojado, lo cual era bastante a menudo.


— ¡Buenos días! — Ashton se puso de pie enseguida mostrando una amplia sonrisa hacia su superior. — No estaba presumiendo, señor. Simplemente estoy feliz.


— Últimamente lo estás... espero que te estés tomando en serio tus estudios esta vez. No quiero volver a lidiar con lo del año pasado. Savanaclaw tiene una reputación que mantener y todos colaboran en ello, tu fracaso no es solo tuyo ¿Soy claro? — Reafirmó cada palabra con cuidado sin romper el contacto visual.


Ashton tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no apartar la vista. — ¡Sí, señor!


— Bien, mantente en forma y esfuérzate el doble en los estudios. Una manada es tan fuerte como el más débil de sus miembros. Y siendo de los pocos humanos aquí, si te descuidas los demás te harán su blanco. Demuéstrales que tu lugar es este. — Ordenó con un tono severo antes de marcharse.


Ashton lo observó con una pequeña sonrisa; las palabras podían ser duras y su gesto atemorizante, pero sabía que esa era la forma de su prefecto de preocuparse por los suyos. Debía mostrarle que no había necesidad de preocuparse, este año definitivamente lo haría mucho mejor.


Por su parte Divus agradecía la pequeña libertad que obtenía en Pomefiore durante las mañanas. Como cada alumno tenía sus propias rutinas, tratamientos o hábitos de belleza la mañana era el único momento donde todos iban de un lugar a otro sin fijarse en el resto. Por lo que Divus podía tomarse un desayuno rápido y partir para encontrarse con Dire y Ashton sin que nadie lo molestase. O al menos así era siempre.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2022 ⏰

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