One-Shots Kimetsu no Yaiba

El tierno asesino

Pedido de: schrodinger
(Yoriichi x Muzan)

Esos ojos de color carmesí, que no puedo olvidar. En cada esquina puedo ver a esa persona, algunas veces siento que me acosa.
Me da.... escalofríos.

Mientras miraba por la ventana,  la maestra frente a la clase me llamó.

— Kibutsuji, ¿podría dejar de perder el tiempo y poner atención a la clase? — dijo la maestra frente a mi.

— Lo siento mucho, maestra — dije avergonzado entrando en si.

Todos mis compañeros comenzaron a reír mientras me miraban con pena y cierta inferioridad.
Me escondí detrás de mi libro de filosofía con pena, es así todos los días. Siendo honesto creo que la costumbre le ganó a la tristeza.

Siento que he estado un poco distraído últimamente. Debería empeñarme más en mis deberes.

Los ojos de mis compañeros en esta escuela me hacen sentir incómodo. Desde que me mudé a esta ciudad y me transfirieron a esta escuela me han comenzado a molestar desde el primer día de clase. Las mujeres me tratan como el invisible del aula y los hombres pues.....

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— ¡Escucha muy bien maldito cerdo, como eres nuevo te dejaremos escojer!.

Era un grupo de cobardes que solo me golpeaban al salir de la escuela, a veces eran más. Me superaban en número, era imposible el poder defenderme.

— ¡Si ser nuestro sirviente o nuestro saco de box! — contesto uno de ellos.

No servía de nada el pedir ayuda, todos me ignoran. Incluso las personas que pasan por aquel callejón, hombres y mujeres por igual no impedían que me golpearan. 
Era como si, a nadie le importará ni en lo más mínimo.

Pero....por alguna razón desde ese día todo fue diferente.

Al no recibir ninguna respuesta de mi parte, el más grande ellos me dió un gran golpe en la mejilla. Dejándome aturdido en el suelo, mi nariz comenzó a sangrar dejando una gran mancha sobre mi camisa.

Al tratar de levantarme uno de ellos me tomo del cabello, tirando de el para que lo mirara a los ojos.

— ¿Y bien, que dices?.

— ......Jamás voy a aceptar tal acuerdo — ¡¿Por qué rayos dije eso?!.

Estos tipos me golpearan hasta que se cansen y me dejarán aquí. Debí medir mejor mis palabras antes de hablar.

Me dejaron de sujetar de mi cabello y aún en el suelo. Me comenzaron a golpear sin descanso.

Ojalá y esto termine.....

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Y ahí estaba yo, tirado en el suelo lleno de golpes. Mirando al cielo de color naranja esperando a que mi cuerpo reaccionara.

No sabía ni que pensar. Quería llegar a casa y dormir.

Comencé a levantarme lentamente, mi mirada viajo hasta mis cosas que estaban todas tiradas en el lugar.
Nunca supe cuando fue que hicieron eso.
Lentamente me puse de pie y camine hasta llegar a mi mochila y meter todo dentro, después me marche de ahí.