Un día solo para mí

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Pedido de: Schrodinger


Un pequeño que se encontraba siendo transportado en el auto con sus padres se encontraba mirando por la ventana.

- ¡Ten cuidado Muzan no te acerques mucho a la ventana!.

El pequeño de tan solo 5 años se sentía hastiado por sus padres. Básicamente no le dejaban hacer nada en dónde fuera posible que se lastimara.

- Papá, ¿No crees que te preocupas mucho por mi?.

- Para nada, ese es mi papel. Protejerte de todo lo malo. También quiero que te coloques el cinturón.

- Está bien.

Muzan se sentó en el asiento de enmedio. Para después colocarse el cinturón, el niño solo miraba a la distancia a través de la ventana esperando el momento en que sus padres se descuidaran y lograr ver aunque sea un poco de lo que había en el exterior.

Al llegar a la escuela, su padre Yoriichi bajo junto con Uta la madre de Muzan para dejarlo en la entrada del colegio.

- Aquí está tu mochila - pronunció su padre al pequeño.

- También recuerda no consumir azúcar te podría hacer daño - aclaro Uta.

El menor solo asintió y tomo sus cosas, para después caminar; despedirse a lo lejos de sus padres.
Una infancia bastante complicada para alguien que solo ha vivido 5 años.

Lamentablemente para Muzan su vida solo ha sido controlada por sus padres.
Una madre cuya afición es que su hijo no consuma azúcar temiendo que le pueda generar una terrible enfermedad y un padre sobreprotector que no quiere que nadie se le acerque a su hijo.

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A pasos cortos caminaba por los pasillos con la cabeza baja tratando de no mirar a los demás.

Los demás niños le temían al padre de Muzan, pues siempre que intentaban hablarle Yoriichi se interponía entre los menores y su hijo dándoles una mirada terrible a los niños.

Eso ocasionó que lo marginaran y no tuviera ningún amigo. Pobre Muzan, ningún niño merece eso.

Aunque tuviera una corta edad se sentía mal cuando estaba con sus padres. Pues no dejaban que hiciera las cosas por si solo, siempre tenían que ir con el para que su padre se sintiera calmado.

Cuando entro a su aula todos evitaron mirarlo esto hizo que se sientiera mal el pequeño pelinegro pero no dijo nada y solo se fue a su asiento.

Las clases comenzaron al menos no estaban sus padres para impedirle hacer las cosas.

Saco sus útiles y comenzó a escribir.

Los profesores sabían de la actitud de sus padres y sentían lastima de él. Pues sabían de su potencial en la escuela si tan solo sus padres lo dejarán estirar las alas él podría llegar muy lejos.
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Al finalizar las clases Muzan entretenía la clase para que jamás se marchara de ahí. Aunque sus compañeros lo marginaran prefería eso a estar un segundo en su hogar.
Pero como siempre las cosas no duran para siempre y tenía que marcharse.

Camino arrastrando los pies con tristeza y logro ver su padre afuera en su auto esperándolo.

Subió al automóvil y saludo a su padre como de costumbre.

- ¿Estás listo para ir a casa?.

- Si papá.

- ¿Cómo estuvo la escuela?¿Nadie te molestó?.

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