Alemania siempre esta estresado aun cuando no lo demuestre realmente, sus amigos están preocupados por él y aunque intentan distraerlo nada parece convencerle o ayudarle empeorando la situación, sin embargo en una de las reuniones de trabajo con cie...
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México veía la mirada furiosa y en cierto modo lúgubre que el alemán poseía, sus manos temblaron un poco pues sabía que ya había visto aquello alguna vez. Alemania entonces deslizó sus dedos por su miembro barriendo a su paso el semen que el latino había dejado caer hasta tenerlo en su mano. Con su otra mano levantó el mentón del mexicano quien no había apartado su vista de los ojos del alemán.
–Öffne den Mund (abre la boca) – ordenó, México seguía pasmado por la impresión de ese cambio de actitud, es hasta que sintió un fuerte agarre en sus mejillas que salió de aquel trance en un pequeño grito. Al ver aquella oportunidad Alemania introdujo sus dedos junto con aquella sustancia y rápidamente empujó su mentón de tal forma que el mexicano mantuviera su boca cerrada. –Schluck es (Trágatelo) – ordenó en un acento diferente, profundo e hipnotizante.
México abrió sus ojos y con sus manos intentó apartar al alemán pero el espacio al estar reducido no le permitió aquello. Forcejeó un poco y al hacerlo en un instante escupió lo que tenía en su boca cayendo parte en la mejilla del alemán. Tembló.
Miró como sus ojos ardían en flameante color rojo sangre, su sonrisa se agrandó y en un movimiento tomó al latino de su cuello y se levantó un poco abalanzándose contra él, quedando el mexicano con su espalda sobre el freno del auto, dio un quejido de dolor, era incómodo, demasiado.
–A-Ale... me estas... ggh! –Apretó su cuello
–So rebellisch... so wild (tan rebelde... tan salvaje)
México soportó la incomodidad y dolor que sentía mientras aun con ese agarre forcejeaba para liberarse, ¿qué estaba pasando? No podían ser los efectos del alcohol pues para esas alturas ya debían haberlos disminuido.
–D-duel... gagh! – la fuerza del alemán aumentó, sin embargo ahora no solo tenía una mano suya en su cuello sino que otra ya había descendido hasta topar con su miembro, diablos, no debió haberse desnudado. Sintió como acariciaba su falo y poco a poco reaccionaba, su agarre superior disminuyó en fuerza permitiéndole respirar sin embargo volvió a apretar en cuanto notó que las runas del latino se desvanecieron al igual que sus tatuajes.
–Warum?... (por qué?) – Levantó su mirada hacia el mexicano quien se notaba entre molesto y asustado –Meine Blume... (Mi flor...) – susurró siendo a penas escuchado por México quien de estar asustado pasó a estar sorprendido, pues solo había, o más bien, hubo un country que le llamaba de esa forma.
–¿I-Imperio?
Notó como el alemán se alejó y finalmente pudo escapar de esa tormentosa posición. Cuando Alemania se sentó cubrió su rostro. México se levantó jalando aire y respirar. Quedó con sus brazos sobre las piernas del alemán y al ver a su cara notó como empezó a reír para poco a poco quitar sus manos y dejar ver al mexicano sus lágrimas al tiempo que su facción se iba relajando y su sonrisa se quitó.
