Capítulo 5

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15 años después.
10 de Diciembre del 2022.
La nieve comenzaba a caer en la ciudad, las calles decoradas de rojo y verde, colores significativos de la navidad.
Un joven pelinegro, piel clara, alto y ojos azules estaba de visita para ver a sus padres, hacia cinco años que no los veía, quería pasar las fiestas decembrinas con ellos, aparte tenía que realizar otras visitas, porque el mundo es chico y el destino así lo quiso, sus amigos de la infancia también se encontraban en aquella ciudad.
En ese momento iba camino a visitar a Nerea, que ahora tenía una carrera universitaria e independientemente de su ocupación publicaba libros al igual que él; llegó a aquella gran casa, tenía un diseño minimalista y parada en el umbral de la puerta estaba Nerea con sus tan conocidos lentes.
- Tiempo sin verte chiquillo.
- Tenemos la misma edad.
- Pero a veces te comportas como un niño de siete años.
- Para qué querías verme.
- Hace quince años que encontré esto con Valentina, necesito que lo veas con tus propios ojos.
En el despacho de Nerea, que por cierto estaba repleto de libros de todo tipo, de libros hasta revistas y en una habitación aparte, mangas y figuras de acción coleccionables. Nerea saco de un cajón bajo llave, el inigualable retrato encontrado aquella tarde de Octubre en la habitación amarillenta, entre el montón de cajas empolvadas; estaba intacto en aquel marco de madera brilloso.
- Te quedó hermoso mi retrato.
- Ya quisiera que me quedarán igual de perfectos, pero no lo hice yo- Guardo silencio.- Fue Henry.
- Ya hemos hablado de eso, Henry fue solo un producto de mi imaginación al no tener amigos cuando llegue, porque...me sentía solo.- Su cara lo delataba cada que mentía.
- Entonces, ¿El retrato que tienes sobre tu escritorio es falso?
- Simplemente me lo encontré y me pareció interesante, éramos unos niños.
- El igual era un niño de nuestra edad, pero ya creció.
- ¿A qué te refieres?
-¿Recuerdas el nombre completo?
- Henry Leville.
- Mira esto.- Prendió el televisor que se encontraba en una esquina de la habitación.- Hace unos días se le hizo una entrevista a un pintor muy famoso, que se llama Henry Leville.
- Puede haber muchas personas que se llamen así.
- Tienes razón, pero no todas tienen historias como él, una historia como la tuya.
Un vídeo empezó a reproducirse, en el aparecía un hombre mayor de 52 años, alto, moreno, delgado y algo que sobresalía de él, eran sus ojos color verde.
- Buenos días, hoy estamos en el estudio de un gran pintor, representante en sus obras de que la vida es como una pintura, se puede interpretar de muchas maneras dependiendo de la perspectiva en qué se vea. Hoy estamos con Henry Leville, quien nos mostrará sus más reconocidas obras a lo largo de su carrera. Mucho gusto en conocerlo señor, es un honor estar con usted en esta apertura de su colección de obras más reconocidas a nivel mundial.
- Gracias a ustedes por estar aquí, como ya sabrán, soy Henry Leville, empecé mi carrera a los catorce años de edad en 1984, mi primera obra y la más reconocida es el famoso retrato- Se movió a la derecha para que la cámara pudiera enfocar mejor el cuadro- El niño al otro lado del río, a los siete años hice lo que muchos podrían considerar el mejor amigo, pero realmente yo conseguí un hermano, uno con el que pude jugar, hacer cosas de mi edad que nunca hice, durante dos meses en los que pude verlo, pero nunca cruce el río para verlo, él lo hizo por mí, recuerdo que ese día llegó de imprevisto que tuve que cuidarlo de que mis hermanos mayores no lo vieran o le hicieran daño, como si fuéramos dos amantes que tuvieran un amor prohibido, como Romeo y Julieta, jajaja... también recuerdo que pasó algo muy extraño ese día, mi madre subió a mi habitación donde se encontraba Néstor, sí, así se llamaba, mi madre no lo vio y él estaba de pie justo al frente de ella, como si fuera invisible ante los ojos de los demás menos los míos.
- ¿Cómo era ese joven?- Pregunto el entrevistador.
- Era alto, pelinegro, piel clara y unos ojos azules que brillaban con la luz de la luna, sus ojos eran lo que más llamaban la atención, era el único del pueblo que los tenía así, de ese color, de esa intensidad.- Apretó su puño con fuerza.
-¿Que pasó con él?
- Se mudó dos meses después de que llegó, la última noche corrió hasta el río, lo cruzó y me dio un beso en la mejilla, acompañado de una frase: Tenía que despedirme como es debido de ti.- Suspiro con fuerza.- Desde entonces nosé que pasó con él, es difícil saber de él...ahora que lo recuerdo con detenimiento, su ropa era algo moderna para la época, era la ropa de hoy en día.
- Es sorprendente, primero su invisibilidad y ahora la modernidad de su ropa, pareciera como si fuera un viajero en el tiempo invisible.
- Un amigo a pesar del tiempo, diría yo. Gracias a ese retrato pude conocer a gente que me apoyo en mi carrera y gracias a él pude hacer el cuadro para poder conocer a esa gente, pero sobre todo para poder mantener viva su imagen en mi cabeza.
- Es sorprenderte toda la historia que puede haber en una sola imagen.
- Pero más sorprenderte toda la historia que puede haber gracias a una persona.
-¿Seguimos con el recorrido?
- Claro, adelante, el siguiente cuadro es- El vídeo se pauso.
-¿Seguirás negando que Henry es producto de tu imaginación?
Lágrimas empezaron a bajar por las mejillas de Néstor, presas de la fuerza emocional por fin habían sido liberadas inconscientemente, una fuerte punzada en el pecho se hizo presente, Nerea se acercó con cuidado para comprobar que todo estuviera en orden en la cabeza de su amigo.
- Néstor, necesitas tranquilizarte.
-¿Por qué no me dijeron antes?
- Valentina no quería decírtelo, teníamos siete años, además nada estaba comprobado. Cuando cumplimos la mayoría de edad, todos nos pusimos de acuerdo para investigar cada uno por su lado, y al final juntaríamos lo investigado para poderle dar fin a este misterio...y llegamos a la conclusión de que gracias al río, dos épocas distintas pudieron unirse.
-¿Cómo?
- Es simple, el nació en 1970 y tú en el 2000, cuando cumplieron los siete años de edad en sus respectivas épocas el río unió el año 1977 y 2007 en, por así decirlo, uno solo, no tenemos más información al respecto, pero solo queríamos responder nuestras dudas.
- Así que los chicos lo sabían.
- Sí, me eligieron para que te comentará todo esto.
- Quiero verlo.
-¿Perdón?
- Quiero ver a Henry, quiero hablar con él.
- Hablaré con los chicos, para que no vayas tan solo.
- Dile que nos vemos dentro de una hora en la cafetería de siempre.
Y así, se encontraron nuevamente, todos tuvieron su " los años no perdonan", pero positivamente.
- Hey amigo, que bueno verte.- Sintió una mano revolver su cabello con fuerza.
- Digo lo mismo, mi cabello.
- Ya déjalo en paz, Marc.- Una mano aterrizó a modo de golpe en la cabeza de Marc.
- Oye, ¿Me pasas la tarea?- Bromeó Marc.
- ¿Cuál de todas?- Le siguió el juego.
- ¿Pues cuántas hay?
- Matemáticas, ¿Verdad?
-¿Tienes la de ciencias?- Todos voltearon, era Paula.
Y cómo en esos días de absoluta felicidad, se volvieron a reencontrar, todos maduros, unos más que otros, pero hechos unos adultos. Sin más, se embarcaron en un pequeño viaje , su único propósito, encontrar aquel señor.
Una sensación muy extraña invadió el pecho del hombre, algo importante se acercaba a él, no pudo evitar revisar puertas y ventanas como si lo que provocaba ese sentimiento estuviera al otro lado de estás.
En la oscuridad de su habitación se podía distinguir la silueta de una mujer, se acercó despacio, era un estatua, era su madre, había creado una estatua en su honor, fue la única que de alguna manera le creyó en su infancia.
- Madre mia, cuanto te extraño, me gustaría que me dijeras "estoy orgullosa de ti" como lo hiciste con mis hermanos.
El sonido del timbre interrumpió su meditación, camino hasta la entrada de la gran casa, la luz del exterior se hizo presente en el pasillo de la puerta, no pudo contener el llanto al ver aquel niño ahora hecho un hombre.
- Néstor.

El niño al otro lado del río.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora