Capítulo 6

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- Henry.
Ambos corrieron a abrazarse con fuerza, Néstor no pudo contener nuevamente sus lágrimas, nuevamente salieron sin su consentimiento.
- ¿Cómo has estado?
- Eso debería de decirlo yo.- Bromeó Néstor.
- Problemas en la espalda, la vista, etc. Cosas de la edad, pero pasen todos.
Se instalaron en la sala de estar, era acogedora, la luz del enorme ventanal que abarcaba desde el piso hasta el límite del techo del primer piso producía asombrosas sombras oscuras que dansaban con los colores que esté poseía, parecía una acuarela.
-¿Qué les parece?- Pregunto Henry señalando el ventanal.
- Es hermoso. - Comentaron todos al mismo tiempo.
- Gracias, me encantó hacer ese trabajo.
Pasaron las horas platicando, el porque se habían juntado sus épocas no importaba, lo único interesante era saber que era del otro, que fue de su vida durante esos años que no se vieron. Aún con la diferencia de edad de 30 años, seguían hablando con tanta confianza como la primera vez que se conocieron.
Cada quien se fue a sus respectivas casas, Henry volvió a quedar solo entre aquellas habitaciones llenas de oscuridad, fue directo a su cama, se recostó y cerro los ojos con facilidad, ese sentimiento de antes se había ido, por fin podría descansar en paz.
-¿Recuerdas este lugar? Aquí fue donde nos conocimos y...aquí será tu último adiós.- Dijo con voz temblorosa Néstor mientras cargaba la foto enmarcada de Henry donde esté sonreía, la sostenía con tal fuerza para que no se cayera, se encontraba a la orilla del río, de pie, llevaba un traje negro, de los indicados para un velorio, su mejor amigo estaba a lado de su madre para que por fin escuchara las palabras que tanto anhelaba de su parte, el pueblo entero estaba de luto, el único capaz de captar la verdadera belleza de ese lugar ya no estaba.
La fría brisa del invierno junto con la caída leve de la nieve informaba que la Navidad estaba cerca.
En una habitación encerrada bajo llave y pintada por la oscuridad, se encontraba una pintura recién acabada. En ella un río atravesaba la mitad del papel y a ambos lados se formaban dos niños quienes intentaban alcanzarse a tocar con las puntas de los dedos sin tener que cruzar el río, pintada con detalles perfectos y con la pintura adecuada, le daba el toque que pareciera una fotografía antigua y en una esquina inferior junto a su firma tenía escrito.

¿Recuerdas este lugar?

FIN.

El niño al otro lado del río.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora