Si una bestia es arrinconada, hará lo necesario para sobrevivir.
Sin embargo...si a un alfa...lo amenazas con su manada...este te perseguirá hasta el infierno de ser necesario...
Puesto que el es el líder, nadie se mete con los suyos...y no necesita...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
____________________________________
(Narrador)
Ocurrió un día de escuela normal, apenas habían entrado a la escuela primaria y una nueva etapa estaba a la vuelta de la esquina.
La dragona en ese entonces estaba todavía deprimida por el hecho de haber destruido parte de su hogar con el uso de su quirk.
Pero no la detenía de sonreír. Sin embargo todavía escondía su dolor.
En una ocasión ella junto a Rumi estaban acompañando a Bakugo al parque, habían quedado de ver a Midoriya y Hakami allá debido a que la peliverde había quedado un poco herida por culpa de unos bravucones de grados más altos.
Hakami los espantó dando un gran rugido, tanto que espantó a todo su salón de clases y amigas. Excepto Midoriya quien estaba inconsciente...
Dejando eso de lado. En el camino al parque, un dúo de bravucones que, bueno...buscaban desquitar su vergüenza con un blanco más fácil. Que mejor que hacer pagar al niño engreído rubio y las dos mascotas.
—¡Hey idiota!
—¿¡Eh!? ¿¡¡Que me dijiste extra!!?
El chico mayor se molestó y una vena saltó de su frente, estaba enojado.
Rumi y Ryuko estaban algo asustadas, pero Rumi quería demostrar que también era valiente y se paró junto a Bakugo, mostrando su siempre sonrisa confiada, esa que usa cuando tiene miedo.
Una sonrisa que llegaba de oreja a oreja...bueno en este caso abarcaba gran parte de su lindo rostro, el punto es que ella señaló con su dedo a los dos bravucones.
—¿Que quieren par de inútiles? ¿Acaso mi amigo Hakami-kun no les dió su merecido? Si vinieron para que los humillemos de nuevos entonces son patéticos.
Bakugo y Ryuko estaban sorprendidos, más que nada la dragona...su amiga...fue...¡Asombrosa!
Bakugo solo pudo resoplar divertido la coneja tenía pelotas, lo tenía que admitir. Quizá patear traseros junto a la chica conejo no sería tan aburrido...
____________________________________
Al final los dos chicos se fueron corriendo llorando por mami con los pantalones mojados. Bakugo y Rumi estaban hombro a hombro y estaban algo apaleados, pero no era nada serio en cambio si era solo Bakugo hubiese sido peor.
