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JungKook se encontraba junto a TaeHyung, llevaban un mes saliendo y pasando más tiempo juntos. Ambos no podían estar más encantados con ello, pero había un problema: Taehyung se había ilusionado y después de todo, kook estaba enamorado de alguien más. La conversación de su primera cita se repetía cada momento en que el mayor se comportaba lindo con él.

Temía preguntarle a Jimin sobre ello, temía ser rechazado y perder la linda amistad que había formado con su Hyung. Y, sumado a ello, creía que era momento de hablar con JungKook sobre él. Confesarle su pequeño secreto.

— Hyung, tengo algo que decirle. — Habló el castañito captando la atención del azabache, el cual estaba buscando una película en la televisión.

— Claro bebé, ¿qué sucede? — Respondió con una cálida sonrisa.

—Yo... bueno... — Comenzó a jugar con sus manos, desviando su mirada al suelo.

JungKook pudo darse cuenta de que algo no estaba bien, el tiempo juntos le enseñó un poco sobre la conducta de su Dongsaeng, y claramente estaba nervioso.

— Hey, tranquilo bebé. — Tomó sus manos y les dio un pequeño apretón cariñoso. — Puedes contarme.

Taehyung asintió, dando un pequeño suspiro y cerrando sus ojos.

— Yo soy... soy un híbrido, Hyung. — Confesó, alejando las manos de las de su mayor, bajando la capucha de su buzo, liberando sus orejitas blancas las cuales reposaban bajitas.

Decir que JungKook estaba en shock era poco, abrió ligeramente su boca y luego frunció el ceño.

No, no puede ser. Se decía en su mente una y otra vez. Se negaba a creer que Taehyung era un híbrido. Esperaba que le dijera que fuera una broma pero la mirada del menor lo decía todo. No era una broma.

— ¿Hyung? — Preguntó el menor, inseguro ante el silencio del azabache.

JungKook bajó la vista al suelo, aclaró su garganta y luego habló:

— Creo que es muy tarde, te llevaré a tu casa. — Sin más se levanto yendo a la entrada, tomando sus llaves y esperando al menor en el auto, el cual iba a acondicionar para no tener frio.

Dentro de la casa, TaeHyung estaba hecho un lío. ¿Qué había sido eso? ¿Acaso dijo algo malo? Prefirió creer que no, que su Hyung simplemente se preocupaba por él. Así que retuvo las lagrimas que quiso soltar, negándose a llorar. Tomó sus cosas y saliendo, no sin antes volver a colocar su capucha sobre su cabeza.

Ninguno habló mientras Kook conducía, tampoco cuando Taehyung bajó del auto se despidió. Ambos estaban con sus propios debates mentales: JungKook preguntándose si esto cambiaría su visión sobre TaeHyung y el menor se cuestionaba sobre si hizo lo correcto al confesarse.

Ambos, en sus hogares, paralelamente al llegar se echaron en sus camas y tomaron sus teléfonos:

—Jimin, ¿Puedes venir? — Preguntó el menor con un pequeño sollozo.

— Bogum, necesito hablar contigo. — Dijo el mayor, con una de sus manos sosteniendo su cabeza y una incontrolable duda rondando su corazón.

Conejito | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora