Capítulo 23

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23.

Taehyung tomó un sorbo de su taza de café amargo, mirando atentamente cada paso que daba su madre alrededor de la cocina; miraba ocasionalmente a Yoongi también sólo para asegurarse de que seguía sumamente entretenido comiendo de las galletas que su madre preparó muy temprano en la mañana. Soltó un suspiro abatido, nadie parecía darse cuenta de su pesar.

-Bien, entonces regresaré en la tarde, Taehyung... después de la hora de la comida, quizá un poco más tarde, no lo sé... - la señora Kim revisaba su reloj de muñeca, haciendo el conteo de horas en su cabeza. Según entendió Taehyung, debía encargarse de unas cosas en la institución en la que trabajaba, aún cuando había pedido unos días libres para poder estar con él.

-Está bien, mamá. Puedo quedarme sólo. -le contestó Taehyung encogiéndose de hombros. No encontraba ningún problema en el hecho de que su mamá tuviera que salir y dejarlo sólo, después de todo, él ya era un hombre adulto, sus preocupaciones siempre venían demás a estas alturas; aunque se había percatado que desde su regreso, su mamá se esforzaba mucho en sus atenciones, preparándole todo siempre y teniendo más detalles de a los que él estaba acostumbrado, y pensó que era normal, después de todo también él se encontraba feliz de estar de nuevo con ella.

-Oh... -la mujer dejó sus afanes y se quedó quieta en su lugar, mirando en dirección a su hijo sentando en la mesa, y después hacia Yoongi sentado frente a él enajenado con sus galletas; suspiró con una sonrisa nostálgica en sus labios, mostrando sus comisuras tal y como en la sonrisa de Taehyung se mostraban, eran muy parecidos en sus rasgos, en su color de cabello y en muchas otras cosas, se sentía muy orgullosa -¿ya te dije esta mañana que te amo?

-Aproximadamente cuatro veces, señora. — se apresuró a contestar Yoongi, dejando su atención del plato que ahora escapaba de galletas -y a mí sólo me dio las gracias.... -agregó con un infantil puchero; Taehyung sonrió divertido, negando suavemente al ver a su madre mirándolo enternecida ante su actuar.

-Bien, a ambos los amo, niños. -la mujer se acercó a dónde Yoongi estaba sentado y lo abrazó recargando su barbilla en su cabello castaño, este sonrió complacido, logrando que Taehyung sonriera al ver cómo cerró sus ojos en forma de dos medias lunas y ampliando su sonrisa tiernamente; le causaba gran ternura el hecho de que su mejor amigo pudiese ser tan amable y lindo, aún cuando los años pasen y pasen sobre él, Yoongi sigue teniendo la misma dulce actitud desde que era un niño y un adolescente.

Taehyung y Yoongi se conocieron incluso antes de nacer, sus madres eran amigas y muy unidas, de modo que desde bebés estuvieron destinados a estar juntos. De esas amistades sanas en las que ambos eran tan diferentes que no podían encontrar forma de de que eso los separara, siendo Yoongi mayor a  Taehyung por un año, y finalmente siendo casi hermanos.

Taehyung aguardó el tiempo después de que su madre se despidiera de ambos con besos y recomendaciones maternales, esperando a que saliera de la casa y finalmente asegurarse de que él y Yoongi fueran los únicos en la casa. Cuando estuvo seguro sintió un suspiro desprenderse de su pecho, lo había estado reteniendo casi desde que Jungkook bajó del carro la noche anterior, sintiéndose ahogado ante la situación.

-Hyung, tengo que contarte algo. - Taehyung habló con una seriedad que Yoongi no tomó en cuenta, sólo lo miró curioso, porque pudo percibir un tono de angustia en el menor. Taehyung apretó la taza humeante entre sus manos, esperando por la atención de su confidente.

-¿Qué pasa? -Yoongi se inclinó un poco sobre la mesa, mirando expectante a Taehyung ante su semblante. Era temprano en la mañana y no podía negar que notó esa angustia en Taehyung, lo conocía bastante como para saber cuando algo lo tenía incómodo, incluso mortificado

Crecer KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora