Capítulo 32

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32.

Las cosas que pasaban por la mente de Taehyung dentro de esa misma mañana, estaban tan espesas y amargas como el café que Yoongi tenía en su taza, sentado frente a él en el comedor de su casa, esperando por el desayuno que su madre había insistido por preparar aún por sobre las quejas de ambos hombres, al final cedieron por la noche de desvelo que afrontaban.

-¿Qué tal la pasaron? -la mujer habló desde la cocina, sin desconcentrarse de lo que hacía. Taehyung, dándole la espalda sentado en su lugar, recargó su frente contra su mano y formó una mueca lastimosa, dándole a entender a Yoongi que no deseaba precisamente responder esa pregunta, siquiera estar presente.

Así que, como buen amigo, decidió afrontar él la situación. Después de todo, hacía tan solo una hora que él había salido del departamento de Jimin por la llamada de Taehyung, pidiendo que pasara por Jungkook y él. Era temprano, y tan solo Taehyung y Jungkook subieron al coche, se sumergieron en un silencio que se permitió justificar con el cansancio, no insistió en nada porque no era un entrometido tan determinado. Llevó a Jungkook a su departamento y ya no supo nada más cuando llegaron a casa de Taehyung a descansar y reponerse. Por supuesto que tenían de qué hablar, pero aún no era el momento.

-La pasamos muy bien, todos reunidos por el regreso de Taehyung, fue una gran noche...
-contestó con voz animada, y en realidad, aprovechando que la mujer no estaba mirándolo, para darle a Taehyung una mirada de intriga, y un seguro: "debes decirme lo que pasa" sin necesidad alguna de hablar.

-¿Y Jungkook y Jimin? bueno, con eso de que ustedes dos pasaron la noche fuera, quería asegurarme de que ellos sí regresaron sanos y salvos a su departamento, era responsabilidad suya después de todo -habló la mujer, con un toque de represalia en sus palabras. Yoongi llevó la taza de café a sus labios y alzó ambas cejas sin apartar la mirada de Taehyung, quien rodó los ojos y dejó de lamentarse de su existencia por un momento allí sentado.

-Por supuesto que sí, mamá, ellos regresaron bien a casa... -habló esta vez Taehyung, ignorando con maestría la mirada inquisidora de su amigo. Su voz rasposa se dejó acariciar por el trago de jugo que se permitió tomar una vez que se libró de la conversación. Definitivamente no era debido que le hablara a su madre con la verdad en esa ocasión, él no podía simplemente decir que había pasado la noche con Jungkook, después de todo, era él el adulto, no había forma de que sonara bien su confesión. Era esa la razón de su mortificación entonces.

Continuaron hablando al tomar su desayuno, en esa ocasión, la mujer los acompañó bajo una amena conversación, para la fortuna de Taehyung y su consciencia, ella no se miró muy enfocada a divagar demasiado en los detalles de la fiesta, Taehyung lo tomó todo superficialmente, destacando cualquier hecho que no involucrara a Jungkook.

Y aceptaba que quizá estaba postergando y minimizando el hecho de que Yoongi ansiaba el momento en quedarse a solas con él para exigirle una explicación. Él se la daría, por supuesto, pero es que uno no siempre está preparado para escuchar sus errores, después de todo, él aún sentía que todo lo que pasaba con Jungkook era como un error; un error que lo hacía sentir estúpidamente feliz.

No estaba seguro de nada, solo no podía negar el hecho, de que de pronto cayó ante Jungkook. Y ya no podía hacer algo respecto a eso, era cierto, Jungkook le gustaba, y no había forma en la que eso no lo hiciera sentir mal.

Era un niño para él, y lo seguiría siendo aún al pasar del tiempo, pero Jungkook de repente decidía enfrentarlo y actuar como un hombre, y él se sentía sumamente confundido, abrumado y doblegado de una forma nueva que le resultaba atractivamente peligrosa.

Crecer KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora