❝ 𝐓𝐎𝐆𝐄𝐓𝐇𝐄𝐑 ❞ | Lucifer X Pierce

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Tanto Lucifer como Pierce caen en una rutina de trabajo cómoda, cumpliendo el voto de silencio impuesto por ambos, ninguno de los dos tocarían el incómodo tema antes mencionado.

Se despiertan juntos cuando suena la alarma de Pierce. Lucifer hace el desayuno y comen juntos, el día de hoy se caracterizaba por ser una mañana fría, pero ambos estaban tranquilos y abrigados.

Discuten sobre si tomar vehículos separados o viajaran juntos, de cualquier forma, siempre llegan a la comisaría al mismo tiempo.

Lucifer no puede molestarse con alguien por demasiado tiempo, uno de sus defectos como también podrían ser virtudes. Hace acciones odiosas en el departamento de policías, como despedidas cariñosas, da un toqueteo o un beso improvisado en la mejilla y  luego se separa como si nada.

Quizas lo mas odioso de todo, desde el punto de vista de Pierce, es que mientras está en su oficina, Lucifer siempre se va con la detective.

Era conciente de que es parte del trabajo pero no deja de ser molesto. De camino a casa, Pierce piensa seriamente si es sano para su estado emocional quedarse con esta rutina para siempre...

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Es difícil desprender el odio que se tiene a uno mismo.

El miserable impulso de morir no desaparece, a pesar de la promesa de una rutina permanente.

Lucifer prometio no volver a preguntar, pero por el impulso del momento le pregunta a Pierce:

"¿qué deseas?"

Y Pierce todavía le miente, pero la mentira cambia, dependiendo del humor con el que Lucifer esté ese día.

Comienza a pedir algo sin sentido, como un momento de paz y tranquilidad, o un beso, o cierto platillo especial  para la cena, o que le preparen el almuerzo con sus propias manos para el día siguiente.

Pequeños detalles que hacen de su rutina una pequeña mejora.

Lucifer toma la mano de Pierce entre las suyas, besa sus nudillos y accede a sus deseos.

A veces a Lucifer le cuesta aceptar la forma en que tanto Pierce como el mismo, son tan fácilmente desarmados por la dulzura y las muestras de afecto, aunque disimuladas, pero genuinas.

Denota la falta de cariño que ambos padecieron a lo largo de sus vidas, un humillante y amargo trago del recuerdo.

Pierce nota esa inquietud en el demonio en medio de una cena. Lucifer comenta su pensar de forma abierta.

— No pienses mucho en sentirte vulnerable — le recuerda Pierce — Las intenciones positivas son las que realmente cuentan.