Otra vez...
Algo ha sucedido otra vez.
Esta vez fue mi computadora, esa fiel compañera de tareas, escritos y ratos para distraerme, hoy decidió no acompañarme una vez más.
La pantalla negra del monitor me saluda con cierta burla y yo la miro, obviando con ahínco la expresión atormentada de mi reflejo.
Porque no debo sentirme así, no debo estresarme, no debo pensar que apenas ayer pude pagar la reparación de la nevera y hoy gasté el poco dinero que tenia en comida, no debo pensar en la tarea que debía entregar dos semanas atrás y el borrador se encontraba en mi computadora.
No debo pensar en mi teléfono timbrando, por cosas que no quiero pensar porque no es el momento. O el mensaje que estoy esperando de un hermano para ir a lavar en su casa algo de ropa, pues mi lavadora también se daño esta semana.
No.... no debo pensar.
Aunque no puedo evitar sentirlo.
Y quiero fingir que las nauseas, el dolor de cabeza y las uñas que me estoy comiendo solo es porque estoy inquieta. Que mis repentinas ganas de limpiar toda la casa es solo porque viene alguien a revisar la computadora y debo tener la casa presentable aunque ya lo esté.
O que ese chuto de Ron que me bebí hizo su efecto y estoy relajada, aunque mi pie no deje de moverse bajo la mesa. Que meter mi cabeza en el chorro de agua de la regadera, era solo porque tenía calor y no porque mi cuerpo comenzaba a sufrir espasmos.
Prefiero fingir todo eso que pensar que la noche pasada me quede hasta la una de la madrugada escribiendo al fin algo, después de meses sin hacerlo y antes de apagar la computadora pensé en que quizás debía guardar el respaldo en mi teléfono. Pero ya tenía mucho sueño, mi espalda crujía y ya deseaba descansar.
Así que solo me dije: "mañana a primera hora lo hago."
Si solo hubiera sabido que la computadora no encenderia al día siguiente, quizás no estaría ahora fingiendo que no estoy llorando, que no estoy teniendo un ataque de pánico mientras pienso en las tareas que debo, en el dinero que debo, en lo mucho que quiero dormir y no puedo.
Si hubiera encendido, yo no estaría justo ahora minimizando lo que siento, diciéndome entre susurros: "es solo una computadora, son solo unos escritos, hay cosas peores que eso, hay gente peor que tu. No puedes quedarte, hay niños pasando hambre y siguen luchando por vivir, tienen más ganas de vivir que tú... tú que tienes ansiedad solo porque no enciende tu computadora. ¿Y te quieres morir solo por eso?"
Quizás me volví tan dura conmigo misma por culpa de esos pensamientos, cada uno con un tono de voz perteneciente a algún miembro de mi familia, que ya he mandado a la mierda después de tanto tiempo oyendolos, pero que su marca indudablemente continúa apareciendo en los momentos más oscuros, en especial cuando dejo de ser fuerte.
Ah, solo si hubiera encendido...
Por algo tan simple me he quebrado, como una pieza de domino causando un caos con solo una caída, como un simple signo mal colocado en una ecuación que se veía perfecta... como aquel libro de la biblioteca que derrumbó una sección completa.
Tan simple es el problema, como lo es la solución.
Un minuto de sueño, una recarga de energía, un último intento de levantarme del suelo y continuar el duelo.
Solo un momento de descanso para luego coger la espada y continuar el sendero... aunque a veces solo quiera seguir durmiendo.
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Paginas Eternas
PuisiUn "libro" de aquellos versos que escribí desde que ese maníaco impulso llamado escritura nació en mi, a los 12 años. Algunos serán tontos, absurdos, tristes, bonitos, impresionantes, decepcionantes, iracundos e incomprensibles. Hablo de escritos he...